Tres estudios científicos intentan dar respuesta a las místicas sensaciones de los pacientes que tienen una experiencia cercana a la muerte.
Súbitamente abrió los ojos. Al recuperar la conciencia se percató de que se encontraba en una sala de cirugía rodeado de médicos. La máquina que controlaba su pulso cardiaco se había detenido por un instante. En su mente, sólo habitaba la imagen de un túnel angosto y resplandeciente. No era un sueño, tampoco una alucinación, al parecer se trataba de algo más real.
Durante años, la ciencia se ha interesado por dar respuesta a los fenómenos cercanos a la muerte que experimentan algunos pacientes, tales como ver una luz al final de un túnel, reencontrarse con familiares fallecidos e incluso tener contacto con seres místicos. Tres teorías científicas apuntan a que la respuesta de estas experiencias están más cerca de la ciencia que de lo sobrenatural.
La primera fue propuesta por un grupo de científicos que lidera Zalika Klemenc-Ketis, de la Universidad de Maribor (Eslovenia), quienes encontraron en su investigación que las extrañas sensaciones y visiones de algunos pacientes se deben a un aumento en los niveles de dióxido de carbono en la sangre causado porque hay un paro en la respiración. Las conclusiones de su estudio, publicado en la revista Critical Care, establecen que más del 25% de las personas que sufren un infarto experimentan estas sensaciones.
Para la realización de la investigación se tomó como muestra a 52 pacientes sobrevivientes de paros cardiacos, de los cuales sólo 11 afirmaron haber tenido extrañas sensaciones cuando estaban al borde de la muerte. Dentro del estudio, los científicos no encontraron que existiera un patrón en estos casos asociado al género, edad, nivel de educación, creencias religiosas o fármacos suministrados durante el proceso de resucitación.
Según Klemenc-Ketis, “los resultados son una pieza más del rompecabezas, pero se necesitan más investigaciones para descifrar estos enigmas”. Por su parte, la teoría de Penny Sartori, enfermera de terapia intensiva de dos hospitales británicos, apunta a que estas experiencias pueden explicarse por tres razones: niveles anormales de los gases sanguíneos, bajos niveles de oxígeno en el cuerpo y el efecto de las endorfinas (sustancias químicas que libera el organismo como respuesta a la ansiedad o el dolor).
Para la realización de su estudio, publicado en el libro Experiencias cercanas a la muerte de pacientes hospitalizados en terapia intensiva, Sartori hizo seguimiento a más de 300 casos durante diez años. A las explicaciones de esta enfermera se suma, finalmente, el planteamiento de Peter Fenwick, médico de la red de científicos del Reino Unido, quien acaba de presentar una investigación sobre el tema en el Festival de Ciencia de Inglaterra.
Fenwick resaltó el hecho de que las experiencias cercanas a la muerte son más comunes de lo que se cree, el problema es que la gente prefiere ocultarlas por temor a ser ridiculizada. “La evidencia que ha aflorado de nuestras entrevistas es contundente. Los pacientes no hablan sobre sus visiones con sus enfermeros y quienes trabajan en lugares donde se encuentran pacientes terminales no abordan estos temas porque no están enmarcados en el campo científico”.
Lo cierto es que más allá de establecer cuál de estas teorías se acerca más a la realidad, Klemenc-Ketis asegura que “las experiencias cercanas a la muerte nos han obligado a tener un mejor entendimiento de la conciencia humana”.
Fuente
Súbitamente abrió los ojos. Al recuperar la conciencia se percató de que se encontraba en una sala de cirugía rodeado de médicos. La máquina que controlaba su pulso cardiaco se había detenido por un instante. En su mente, sólo habitaba la imagen de un túnel angosto y resplandeciente. No era un sueño, tampoco una alucinación, al parecer se trataba de algo más real.
Durante años, la ciencia se ha interesado por dar respuesta a los fenómenos cercanos a la muerte que experimentan algunos pacientes, tales como ver una luz al final de un túnel, reencontrarse con familiares fallecidos e incluso tener contacto con seres místicos. Tres teorías científicas apuntan a que la respuesta de estas experiencias están más cerca de la ciencia que de lo sobrenatural.
La primera fue propuesta por un grupo de científicos que lidera Zalika Klemenc-Ketis, de la Universidad de Maribor (Eslovenia), quienes encontraron en su investigación que las extrañas sensaciones y visiones de algunos pacientes se deben a un aumento en los niveles de dióxido de carbono en la sangre causado porque hay un paro en la respiración. Las conclusiones de su estudio, publicado en la revista Critical Care, establecen que más del 25% de las personas que sufren un infarto experimentan estas sensaciones.
Para la realización de la investigación se tomó como muestra a 52 pacientes sobrevivientes de paros cardiacos, de los cuales sólo 11 afirmaron haber tenido extrañas sensaciones cuando estaban al borde de la muerte. Dentro del estudio, los científicos no encontraron que existiera un patrón en estos casos asociado al género, edad, nivel de educación, creencias religiosas o fármacos suministrados durante el proceso de resucitación.
Según Klemenc-Ketis, “los resultados son una pieza más del rompecabezas, pero se necesitan más investigaciones para descifrar estos enigmas”. Por su parte, la teoría de Penny Sartori, enfermera de terapia intensiva de dos hospitales británicos, apunta a que estas experiencias pueden explicarse por tres razones: niveles anormales de los gases sanguíneos, bajos niveles de oxígeno en el cuerpo y el efecto de las endorfinas (sustancias químicas que libera el organismo como respuesta a la ansiedad o el dolor).
Para la realización de su estudio, publicado en el libro Experiencias cercanas a la muerte de pacientes hospitalizados en terapia intensiva, Sartori hizo seguimiento a más de 300 casos durante diez años. A las explicaciones de esta enfermera se suma, finalmente, el planteamiento de Peter Fenwick, médico de la red de científicos del Reino Unido, quien acaba de presentar una investigación sobre el tema en el Festival de Ciencia de Inglaterra.
Fenwick resaltó el hecho de que las experiencias cercanas a la muerte son más comunes de lo que se cree, el problema es que la gente prefiere ocultarlas por temor a ser ridiculizada. “La evidencia que ha aflorado de nuestras entrevistas es contundente. Los pacientes no hablan sobre sus visiones con sus enfermeros y quienes trabajan en lugares donde se encuentran pacientes terminales no abordan estos temas porque no están enmarcados en el campo científico”.
Lo cierto es que más allá de establecer cuál de estas teorías se acerca más a la realidad, Klemenc-Ketis asegura que “las experiencias cercanas a la muerte nos han obligado a tener un mejor entendimiento de la conciencia humana”.
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