Como recomendación general, pienso que es bueno mantener un buen flujo de trabajo entre cliente, diseñador y programador porqué muchas veces los lenguajes de cada uno de ellos no son los mismos y pueden surgir problemas. Además es indispensable definir qué es lo que se quiere conseguir con el proyecto (imagen de marca, experiencia de usuario, estética…) ya que muchas veces el propio cliente no tiene muy claro que necesita y va cambiando a medida que avanza el proyecto, afectando tanto el proceso de creatividad como el de programación.