Lo realmente interesante de este fenómeno es el método de difusión viral, que ha dado lugar a las nuevas técnicas de marketing viral. Estas técnicas persiguen una gran notoriedad de marca con una mínima inversión, siempre y cuando se diseñe un mensaje lo suficientemente atractivo para captar la colaboración desinteresada de los internautas.
Los desenmascaradores
El único remedio posible contra hoax y rumores en la Red es la información. Algunas páginas web como la David Emery son un auténtico filón sobre rumores y fraudes en Internet y fuera de la Red. Un sitio que resulta obligatorio visitar porque reúne una colección exhaustiva de enlaces sobre esta cuestión. También incluye una mención especial a los premios Darwin. Tras un paseo por la web de Emery uno descubre que los algunos norteamericanos piensan que los vinos franceses incorporan sangre humana en su composición, que el pollo del Kentucky Fry Chicken pertenece a una raza mutante, y que en Brasil crece una especie de plátanos que se alimenta de carne humana.
Sin embargo, los mejores científicos sobre este tema es Snopes la presentación del sitio es un poco naif, pero la investigación que realiza para desmitificar cada rumor es rigurosa. Resulta curioso observar que tienen secciones especiales dedicadas a desmentir rumores sobre la Coca Cola y otra sobre el veneno del día. Aunque pueda parecer que el planteamiento es más o menos humorístico, lo cierto es que científicos y universitarios de todo el mundo colaboran con este sitio web. El código de colores para identificar los rumores ciertos y separarlo de los falso o de los ambiguos es un auténtico hallazgo.
Un grupo de funcionarios norteamericanos decidió un buen día unir sus esfuerzos para descubrir los hoax de Internet. La mayoría de los colaboradores pertenecen al CIAC, una unidad gubernamental especializada en alarmas sobre incidentes informáticos y a la Comisión Norteamericana de Energía. La clasificación de los hoax que recogen es muy buena, pero además aporta información sobre los riesgos y costes de este fenómeno, así como las medidas que se deben tomar para evitarlo.
No todas las páginas sobre hoax están en inglés. La nave de los locos es un sitio web dedicado a eliminar mitos referidos a ovnis, tarot y otras paraciencias. En los últimos tiempos ha incluido una estupenda traducción al castellano de la página del observatorio del CSICOP (Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal). Este comité está realizando una soberbia labor desmantelando todos los mitos que circulan en la Red acerca de temas como terrorismo o guerra biológica, contribuyendo sobremanera a serenar los ánimos. El CSICOP está dirigido por Kevin Christopher y Barry Karr.
Otro buen sitio web en español es Rompecadenas. Se especializa en desmitificar leyendas urbanas e informa sobre cómo protegerse contra los e-mail en cadena y contra los distintos fraudes perpetrados a través del correo electrónico. El autor recomienda romper todas las cadenas posibles, porque es la única manera de evitar que sigan llegando esos mensajes al buzón electrónico. Su autor se llama Eugenio Siccardi y lleva cuatro años investigando sobre esta cuestión.
En cualquier caso, para las alarmas de virus basta con visitar las secciones que las marcas más importantes de antivirus dedican a los hoax.
Bulos y estafas
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No todos los rumores o los bulos que corren por Internet persiguen la diversión o gastar una broma. Hay otros que tienen la intención de causar daño o bien de lucrarse con el engaño. Muchos de ellos en realidad caen dentro del campo de la más sórdida y cutre delincuencia. De nuevo los atentados de Washintong y Nueva York han destapado lo peor del ser humano. Junto a las diversas iniciativas llevadas a cabo por organizaciones sin ánimo de lucro, han comenzado lo que se conoce como “cadenas de caridad”. Estas cadenas de caridad son literalmente cartas en cadena enviadas por correo electrónico que buscan, amparándose en los buenos sentimientos ajenos, hacer el agosto. El escándalo ha explotado cuando una coordinadora de familiares de víctimas de los atentados de pronto ha empezado a preguntarse a dónde ha ido todo el dinero que presuntamente está recaudándose en su honor. Algunas organizaciones como la Cruz Roja y otras de carácter humanitario han podido dar cumplida cuenta del dinero recaudado. Sin embargo, cuando se intentó comprobar la legitimidad de algunas de las presuntas asociaciones que recaudaban fondos vía e-mail, se constató que habían desaparecido.
El timo es sencillo, y por desgracia no se ha circunscrito solamente al ámbito norteamericano. En España también se han recibido varios miles de correos de este tipo. El internauta recibe un e-mail lacrimógeno donde se le describe en términos muy vívidos la catástrofe acontecida (el atentado en las torres gemelas, el hambre en Sudán o el terremoto de Nicaragua...). Después se afirma que una organización de prestigio, como la Cruz Roja o Médicos sin Fronteras, por ejemplo, está recaudando fondos para paliar la catástrofe. Suele incluir un número de cuenta para que se realice el ingreso. Lo más curioso es que la catástrofe es cierta, y la necesidad recaudatoria también. Sin embargo, el número de cuenta pertenece a un pillo que pasadas unas semanas cierra el chiringuito y desaparece sin dejar rastro. Estos estafadores se aprovechan de que el contribuyente de Hong Kong jamás va a comprobar la legitimidad de la cuenta. Ni siquiera el compatriota del timador se sentirá movido a realizar esa comprobación, dado que se trata de una acción caritativa.
No sólo los timadores utilizan el método de las cartas en cadena con fines ilícitos. En ocasiones publicitarios sin escrúpulos ponen en marcha un sistema de éstos para incrementar su base de datos de direcciones de correo electrónico. Los internautas reciben un e-mail, casi siempre redactado en su propio idioma. En nuestro caso suelen venir en castellano, aunque a menudo con algunos modismos de sudamericanos. Se trata de una historia muy triste donde se piden firmas para consolar a un niño que necesita dos transplantes de hígado y tres de córnea, o para presionar a favor de un periodista que lleva encerrado en una cárcel totalitaria ciento cincuenta años. Lo realmente inteligente de este sistema es que son los propios internautas quienes realizan el trabajo. El mentiroso desaprensivo en este caso sólo tiene que poner en marcha la cadena, en la seguridad de que los internautas movidos por la compasión irán añadiendo su nombre y su dirección de correo a la lista. Incluso se irán numerando para que cada internauta número cien envíe la lista preparada y ordenada al remitente original. Muchos internautas se sorprenderán cuando en los próximos meses reciban publicidad de saunas virtuales, casinos online, o fabulosísimos negocios que se pueden llevar en casa y sólo con una computadora. Estas cadenas para obtener datos de forma ilícita estarán prohibidas cuando se publique la LSSI (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico).
Uno estaría tentado de pensar que los viejos timos de la mina de oro en Alaska o en el Yucatán tan frecuentes en los últimos trescientos años ya habrían pasado a la historia. Unos delincuentes españoles pasarán a la historia con el dudoso mérito de ser los últimos en vender una mina de oro inexistente. Para perpetrar semejante timo con visos de verosimilitud necesitaron el concurso de la Red. Habían preparado una página web con fotos de la presunta mina, que en realidad era una instalación industrial abandonada, acompañada de una gran profusión de documentos donde se hablaba de capacidades de explotación y posibles beneficios. Vendían acciones a todos aquellos que estuvieran interesados. Mucha gente sintió en su interior que podía confiar plenamente en esos tipos tan majos que resultaban tan transparentes por e-mail e invirtieron. Además recibieron un precioso título acreditativo de que habían invertido dinero en la mina. Todos los meses recibían informes de rendimiento en su buzón de correo electrónico. El problema llegó a la hora de cobrar los primeros dividendos anuales. Esos tipos tan estupendos en los que se podía confiar habían desaparecido, olvidando indicar su nuevo domicilio.
Las subastas de Internet son terreno abonado para todo tipo de estafas. Las casas de subastas no son más que meros intermediarios virtuales, y no se responsabilizan de la legitimidad de la transacción. Rubén y José Manuel son dos internautas, catalán el uno y andaluz el otro, ambos pujaron en una subasta de iBazar por dos consolas Play Station. Finalizada la subasta fueron declarados ganadores y realizaron el ingreso en la cuenta del banco del vendedor. Desgraciadamente nunca recibieron la mercancía. Como ellos, en ocasiones, los usuarios de subastas online caen en manos de desaprensivos, siendo el mayor número de reclamaciones que recibe el FBI por delitos electrónicos.
Aviso para navegantes
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La mayoría de los rumores en cadena logran el éxito debido a la bisoñez de los receptores. Los veteranos de Internet reconocen estos bulos casi antes de abrir el mensaje de correo. Sólo los más novatos se apresuran a compartir el misterioso descubrimiento con todos sus amigos, familiares y conocidos. Para no quedar en ridículo contribuyendo a la divulgación de este tipo de mensajes recomendamos que compruebe por sí mismo la veracidad de los hechos descritos. Para ello deberá acudir a los sitios web de Microsoft, la CIA o el Vaticano que se indican en el mensaje como origen de la alarma. Si no lo encuentra, es justo pensar que se trata de una broma pesada y que al no enviársela a todos sus conocidos se ha librado de hacer el más espantoso de los ridículos.
No se crea que los rumores que corren por los foros de opinión y las listas de correo, sobre todo si éstos tienen que ver con temas económicos o de bolsa. Un niñato californiano se hizo rico en tan sólo una semana haciendo correr falsos rumores sobre unas acciones que acababa de comprar. Todavía intenta explicarles a los del FBI que era una broma y que pensaba devolver los diez millones de dólares.
Nunca dé su e-mail, la dirección de su domicilio o su teléfono para ninguna campaña de recogida de firmas en Internet. Si la campaña es legítima, es un procedimiento poco efectivo. Si no lo es, en el peor de los casos acabará en la lista de spam de la agencia publicitaria Plómez.
Si no quiere caer en la trampa de los hoax, visite con regularidad cualquiera de las páginas que le indicamos en el presente reportaje. Estará al día sobre la veracidad de los últimos rumores, y no caerá en la tentación de difundirlos. Es un ejercicio muy divertido para comprobar la credulidad del ser humano.
Web de interés
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CSICOP
www.csicop.or
Hoaxbusters hoaxbusters.ciac.org
La nave de los locos
www.geocities.com/lanavedeloslocos
Rompecadenas
www.rompecadenas.com.ar
Snopes
www.snopes2.com
The AFU archive
www.urbanlegends.com
The urban legend combat kit netsquirrel.com/combatkit
Urbanlegends urbanlegends.about.com
Eva Martín (polaris@idg.es) y Juan F. Marcelo (abracadabra@idg.es) son colaboradores de iWorld.
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Fireman
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