3 Anécdotas amorosas
Primera Anécdota
Dos parejas están jugando a las cartas. De repente, a Manuel se le caen unas cartas al suelo. Cuando se agacha para levantarlas, nota que la mujer de Juan está sin ropa interior y que abre provocativamente sus piernas para que él la vea sin problemas.
Medio incómodo, Manuel se golpea la cabeza con la mesa y se levanta con cierto rubor en el rostro. Más tarde, Manuel va a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Juan lo sigue y le pregunta:
Viste algo interesante debajo de la mesa? Manuel admite que sí, y ella continua:
Puede ser tuyo, por sólo 100 dólares! Manuel piensa un minuto, y admite estar interesado.
Quedan en encontrarse el viernes siguiente a las 2 de la tarde, cuando Juan estuviera en la oficina.
El viernes, Manuel va a la casa de Juan y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo no tenia, le paga a la mujer los 100 dólares acordados.
Rato después llega Juan y le pregunta a su mujer:
-¿Dime.. Manuel estuvo aquí hoy en la tarde? La mujer un tanto sorprendida (y un poco asustada), responde que sí.
- ¿Y te dió 100 dólares? (Dios mío, él lo sabe!!! ), piensa ella. Y finalmente dice:
- Si, me los dió... por qué?
- Ah, que bueno! -responde Juan-, el pasó por mi oficina en la mañana y me pidió 100 dólares prestados. Me dijo que me los devolvería esta tarde al pasar por la casa y que te los dejaría a ti si yo no estaba... Menos mal no me falló!
Segunda Anécdota (Por teléfono)
- Hola, mi reina. Cómo estás, mi amor?, Bien??
- Si, muy bien!...
- Los chicos están bien?
- No te preocupes amor, están de lo mejor..
- Perfecto. Almorzaron?
- Si, almorzaron muy bien.
- Sí? Qué bueno! Dime, preciosa, qué cocinaste para la cena?
- Lomo a la pimienta...
- Mi plato preferido!... Te adoro, divina! Siempre complaciéndome. Y dime... Todo tranquilo en casa?
- Todo bien, te espero con la cena caliente y luego el postre que tanto te gusta....
- No me digas esas cosas, que me dan ganas de volar hacia allá¡ ahora
mismo... Me prometes que esta noche te pondrás esa tanguita de hilo dental que me explota la cabeza???
- Como mandes, dulzura, sabes que soy tu esclava...
- Sí? Gracias cosita, por eso te quiero tanto... Bueno amorcito... Ahora pasame a mi esposa un momento, sí?
- Patronaaa!! La llama el Ingeniero
Tercera Anécdota
Nunca había entendido porqué las necesidades sexuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes entre si... Nunca había entendido todas esas idioteces de que las mujeres son de venus y los hombres de Marte. Y nunca había entendido porqué los hombres piensan con la cabeza y las mujeres con el corazón. Pero... Una noche, mi esposa y yo nos fuimos a la cama. Y bueno, empezamos a acariciarnos, el inevitable agarre de pechos, el trasero, etc.
La cuestión era que ya estaba lista y en ese momento, me dice: "Ahorita no tengo ganas mi amor, y tan sólo quiero que me abraces".
Eso me lo dice con una cara de cínica... ¡Yo dije: QUEEEEEEEE????????'
Entonces me dijo las palabras mágicas de toda mujer: "No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer".
¡NO JOODAAAAAASSSSSSSSSS! Al final, el asunto era que esa noche no iba a haber pelea, guarde los aceites afrodisíacos, apagué las velas, quité el CD de Alejandro Sanz,(en ese momento casi siempre funciona) apagué el equipo de sonido, guardé las TKT's (champaña regia) y demás.
!Ta' mare'! Me eché un regaderazo con agua helada a ver si podía calmar a la 'bestia' y me puse a ver 'Discovery', a todo volumen para no dejar dormir a la hija de mi suegra...
Después de un rato me quedé dormido... Al día siguiente fuimos de compras al Jockey Plaza, entramos a una tienda, me fui ver relojes mientras ella se probaba tres modelitos carísimos 'Liverpool'.
Como mujer al fin no podía decidirse por uno u otro, le dije que se llevara los tres.
Luego me dijo que necesitaba unos zapatos que le hicieran juego! a $320 el par, le contesté que me parecía bien. Luego fuimos a la sección de ropa sport, de donde salimos con unos abrigos de piel con plumas y una Bolsa Luis Vuitton o alguna cosa de esas. ¡Estaba tan emocionada!
Yo creo que pensaba que me había vuelto loco, pero de todas maneras las traía. Pienso que me estaba poniendo a prueba cuando me pidió una faldita muy corta dizque para jugar tenis, si no sabe ni correr, mucho menos jugar tenis.
Entró en 'shock' cuando le dije cómprate todo lo que quieras. Estaba casi excitada sexualmente después de todo esto; y dijo la palabra mágica de toda mujer:
Ven papito lindo, mi gordo hermoso (y otras pendejadas que dicen las mujeres), vamos a la caja a pagar.
Fue aquí cuando, de repente faltando solo una persona para pagar le dije: "No mi amor, creo que ahorita no tengo ganas de comprar todo esto..."
De verdad, ojalá le hubieran visto la cara, se quedó pálida cuando le dije: "Tan solo quiero que me abraces".
Empezó a poner cara de que se iba a desmayar, se le paralizó la parte izquierda del cuerpo, le dio un tic nervioso en el ojo derecho y le dije:
"No sabes conectarte con mis necesidades financieras como hombre".
Tomado de un blog.