11 actitudes que te descalifican como macho
1 – Usar colores exóticos.
Si cuando vas a comprar una camisa, en lugar de decir “me das aquella café clara”, dices “me das aquella cremita”. Tremendo floripondio. Crema, salmón, verde agua, azul bebé, tremenda homosexualidad. Solo existen 7 colores en el mundo masculino (y si pensaste en los colores del arcoíris, eres todo un fresco a morir). Azul, negro, blanco, verde, rojo, amarillo, café y nada más. Se permiten las derivaciones como el azul oscuro, verde oscuro… el resto es para tragasables. El gris es negro más blanco. El rosa es rojo más blanco. Naranja es rojo más amarillo. Azul marino es igual a negro. Lima es una fruta. El vino es una bebida. Púrpura es para las locas. Y punto.
2 – Cargar bolsas y bolsos por las asas.
¿Cuándo vas de compras, sostienes la bolsa por las asas? ¿Sí? Tremendo come salchichas. Agarra esa maldita bolsa por el cuerpo y no de las asas, como lo hacen los estibadores, que llevan las cargas por el cuerpo, pues esas no tienen asas.
3 – Quedarse parado en las escaleras automáticas esperando llegar al final.
La escalera es para escalar, no para quedarse parado. Si la escalera automática, muy su problema. Haz tu parte y camina para llegar más rápido al final. Si estás cansado, usa el maldito elevador.
4 – Tomar jugo de frutas mezcladas.
“Mesero, un jugo de naranja con papaya”. ¿Qué clase de sopla cabezas pide eso? O tomas de naranja, o tomas de papaya. O uno después de otro, pero mezclarlos es un completo desliz homosexual.
5 – Decir que te gusta el postre.
¿Eres de esos a los que les gustan los cupcakes, hot cakes o el petit gateau? Maldito azucarado. ¡Ah! ¿Entonces papaya con crème de cassis? Úsalo para untártelo en el trasero maldito hidrocanóico. Al hombre que es hombre no le gustan los dulcecitos. Como máximo, después de almorzar, un pedazo de ate de membrillo. Y si alguien te mira con cara de extrañeza indícale que es para quitarte el mal gusto de la porquería que comiste antes.
6 – No tener cicatrices en el cuerpo.
¿Eres un sujeto que no tiene cicatrices, que pasó toda su vida ileso sin arrancarse la piel? Maldita loca. Para el hombre es un honor caer en el suelo, arañarse con alambre de púas, quemarse con el fuego, recibir golpes de aquí y de allá, etc. No hay nada que demuestre más virilidad. Las cicatrices son señales de que no eres un niño criado en casa de abuela con tapete persa y que nunca pudo bajar al patio para jugar a la pelota.
7 – Decir que vas a la playa a tomar el sol.
¿Cuándo sales a la playa dices que vas a “tomar el sol”? ¡Mariposón! Los hombres no toman el sol. Cuando el verdadero macho va a la playa es para jugar pelota, beber con los amigos, ligar, surfear, ver ***** etc… broncearse es una consecuencia de estar expuesto al sol haciendo dichas actividades. Y ni pensar en usar bloqueador solar, mucho menos uno de chocobanana.
8 – Rasurarse el vello corporal con excepción de la barba/bigote.
¿Qué es eso amigo? No puedo creer que pierdas el tiempo depilándote. Maldito cola fugaz. El hombre solo tiene derecho a rasurarse la barba y el bigote, y de preferencia cuando crezcan defectuosos, pero no parecer ridículo. Depilarse el pecho, las axilas, las piernas, ¡NO! Acepta tu aspecto de oso y múdate a Siberia.
9 – Ponerte luces, alaciados, etc., en el cabello.
¿Has hecho alguna de estas cosas o algo parecido a tu cabello? ¿Sí? ¡Gatorade! El cabello es cabello y nada más. Es más, los verdaderos hombres raramente tienen pelo en la cabeza. Todo hombre debería ser calvo. Es por naturaleza. Ahora que cambiarse el color del cabello es de puñetas, y de los grandes. Si quieres pintarte el pelo de rubio échate agua oxigenada, es menos de sopla nucas que ponerse luces.
10 – Hacer aeróbicos.
¿Gimnasia localizada, cardio, spinning, atletismo? ¿Es bueno para el cuerpo? Es más que genial. Genial para ti, señorito. El macho solo va al gimnasio para ganar músculo y conseguir mujeres, el resto es jotería, y de las grandes.
11 – Helados los sábados.
¿Te gusta comer helado mientras vas de compras con tu novia? ¿Sí? Entonces no pasas de ser un tremendo cola voraz. El sábado es sinónimo de fútbol, cerveza, de asado y de mujeres. El verdadero macho va al shopping con su novia en domingo, en el horario de En Familia con Chabelo, y mientras ella mira las promociones, tú debes quedarte tomando cerveza en la fuente de sodas.