La controvertida ley Hadopi, aprobada por el gobierno francés para luchar contra el intercambio de archivos y otros tipos de piratería en el línea acaba de cumplir un año y ha demostrado nula eficacia. Algunos expertos incluso apuntan la posibilidad de que la piratería haya aumentado en el pais galo, aunque se ha desviado hacia los servicios de intercambio de archivos en streaming y en descarga directa.
Esta ley ha levantado ampollas prácticamente desde sus inicios parlamentarios hace ya tres años. El gobierno Sarkozy, asediado por lobbies internos, pero sobre todo por las presiones del amigo americano, hizo todo lo posible para sacar la ley adelante pese a la enorme oposición social despertada.
La ley establece un sistema de avisos de gravedad progresiva. Los infractores podráan recibir hasta tres avisos, y si a pesar de todo no cesan en sus actividades ilícitas, serán castigados con multas y con la pérdida de la conexión a Internet, aspecto precisamente que sido el más criticado de la ley.
En estos momentos, todavía no se ha enviado ninguna advertencia, ni se ha impuesto ninguna multa o castigo. Esto está haciendo es que casi todo el mundo ponga en duda la utilidad de una ley semejante. De todas formas, Francia no es el único país que no se atreve a castigar a sus ciudadanos. Irlanda, Reino Unido o Suecia tampoco se atreven a perseguir a sus ciudadanos, y en España la ley Sinde no ha entrado en vigor.
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