Un tribunal gringo
anuló la multa de US$521 millones a Microsoft por violar la patente Eolas. El asunto volverá a juicio en instancias inferiores.
La patente Eolas, básicamente, es sobre técnicas para ejecutar código externo al browser desde una página Web. Es decir, una patente que hace ilegales todos los plug-ins de los browser.
Eolas demandó a MS, quien fue multada en 2003, pero ahora la multa ha sido anulada. Esto puede beneficiar a los demás browsers, como Opera y FireFox, que tendrían sus días contados si la demanda contra el IE prospera y Eolas decide demandarlos a ellos también.
Eolas fue fundada en 1994 y fue la creadora del primer browser (basado en Mosaic) que soportaba plug-ins. En honor a la verdad, todo parece indicar que la patente fue correctamente concedida, pues fue el fundador de Eolas, Dr. Michael David Doyle, quien inventó y puso en funcionamiento esta tecnología, y fue quien por primera vez la puso en el mercado en su propio browser. Microsoft se ha beneficiado de la tecnología de plugins al incorporarla en IE y además, incorporar el IE a Windows. Según la demanda interpuesta con Eolas, la tecnología patentada ayudó a MS a vender copias de Windows 95 y posteriores, y a sacar a Netscape del mercado, por lo que debe pagar una compensación por el dinero ganado a expensas de la tecnología de Eolas.
Visto así, es legítimo que Eolas demande, y sería justo que MS pagara. Sin embargo, el caso de Eolas es un ejemplo de lo peligroso que es el asunto de las patentes de software. Por supuesto, no es lo mismo que Eolas Software, una empresa unipersonal, sea la que demanda en nombre de la Universidad de California, dueña de la patente. Aunque Eolas está en su derecho, MS sigue apelando y alargando las cosas, y Eolas sigue pagando gastos legales y judiciales sin recibir dinero por su patente. Este asunto se puede alargar un par de años más, y es muy probable que MS termine ganando. Al menos por ahora, la ley se ha puesto de su lado y le ha dicho que no tiene que pagar.
Si el demandante fuera Microsoft y la patente de plug-ins le perteneciera, podríamos ya decirle adiós al Firefox, entre otros. Esa es la cuestión: las patentes de software no pueden proteger al pequeño, porque el dinero y el poder del grande terminan por imponerse. En cambio, las patentes sí que dan garantías a las grandes multinacionales para mantener los precios elevados y mantener su monopolio.
Por eso, sigo diciendo NO A LAS PATENTES DE SOFTWARE.