buenos dias. por aca esperando que abran el consultorio del cardiologo.
tenia cita a las 8 y ni siquiera ha llegado la secretaria :/
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y nada que llega. Hasta la secretaria esta aca esperando. No que pereza.
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EL DERECHO A PERDER LA PACIENCIAla paciencia, en mi nueva teoría es un bien perecedero. Como el yogur o los tamales, tiene fecha de vencimiento. En determinadas circunstancias no sólo se agota, sino que tiene derecho a agotarse. Casi diría que tiene el deber de hacerlo. Los ciudadanos que aguardan dos horas sin quejarse a que los atienda el dentista nos están perjudicando a todos. Pasado un tiempo prudencial, el paciente (por algo lo llaman así los médicos) adquiere el derecho a protestar; si ese tiempo se duplica, tiene la obligación de prenderle fuego al consultorio. Y así con todo.
¿Alguien se vió ayer "Un minuto para ganar" ?
uy profe. puedo prenderle fuego a esto???? seria muy vacano XD
na en serio. sigo aca y nada que llega el descarado ese. y ademas que la secretaria tmb anda esperando. estamos parados y sin poder sentarnos. a que mamera.
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EL DERECHO A PERDER LA PACIENCIA
La paciencia, en mi nueva teoría, es un bien perecedero. Como el yogur o los tamales, tiene fecha de vencimiento. En determinadas circunstancias no sólo se agota, sino que tiene derecho de agotarse. Casi diría que tiene el deber de hacerlo. Los ciudadanos que aguardan dos horas sin quejarse a que los atienda el dentista nos están perjudicando a todos. Pasado un tiempo prudencial, el paciente (por algo lo llaman así los médicos) adquiere el derecho a protestar; si ese tiempo se duplica, tiene la obligación de prenderle fuego al consultorio. Y así con todo.
Según la nueva teoría de la paciencia, esta debe guardar relación inversamente proporcional con la edad del ciudadano: a mayor edad, menor paciencia. No es lo mismo pedir media hora de espera al joven de 20 años que al viejo de 80. Tampoco puede medirse con el mismo reloj al cojo y al atleta, o a la mujer embarazada y al vago que hacen fila en la cola, la hora del anciano, del cojo, de la mujer embarazada tiene menos minutos.
Pero como también la paciencia de los lectores tiene un límite, suspendo en este preciso renglón y pido perdón por haber abusado de ella.
Daniel Samper Pizano, en revista Credencial, Bogotá, mayo de 2006
Artículo completo.
No es lo mismo pedirle media hora al agüelo que a Ju(A)n