Junio 30 de 2007
Cualidades del iPhone son tan buenas que se le perdonan todas las debilidades
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Foto: Spencer Green/AP
James Budd fue uno de los cientos de compradores que se agolparon en la tienda de Apple en busca de un iPhone.
El híbrido entre iPod y celular que lanzó esta semana Apple tiene capacidades que ningún teléfono ha ofrecido antes, pero carece de funciones presentes hasta en los celulares más básicos.
Hablemos de mercadeo exagerado. En los últimos seis meses, el iPhone de Apple fue el tema de 11.000 artículos impresos y generó cerca de 69 millones de hits en Google.
Los fanáticos de Apple estuvieron acampando frente a las tiendas de esa empresa, y los bloggers lo llamaban el 'teléfono de Jesús'.
Todo eso antes de que un solo cliente hubiera tocado este producto, que se lanzó el 29 de junio en Estados Unidos (Apple no ha dicho cuándo llegará a América Latina).
Al final, muchas de las exageraciones y algunas de las críticas resultaron justificadas. El iPhone es revolucionario, pero deficiente.
Los modelos de 500 y 600 dólares tienen 4 y 8 gigabytes (GB) de almacenamiento, respectivamente. Ese espacio es suficiente para guardar 825 o 1.825 canciones (en ambos casos, 700 MB de memoria están ocupados por el software del teléfono).
Es una gran cantidad de dinero, pero por ese precio se obtiene un teléfono celular, un iPod de video, un terminal de correo electrónico, un navegador web, una cámara, un reloj despertador, un organizador tipo Palm y un extraordinario símbolo de estatus.
La magia está en el software
El teléfono es tan liso y delgado que hace que el Treo y el BlackBerry se vean obesos. El vidrio se ensucia -una pasada con la manga lo deja limpio-, pero no se raya con facilidad. He cargado un iPhone en mi bolsillo durante dos semanas, desnudo y sin protección (el iPhone, no yo), y no tiene marca alguna.
Pero su mayor logro es el software. Es rápido, atractivo, libre de menús y muy fácil de manejar. No hay manera de perderse, ya que el botón solitario que tiene el iPhone en el frente siempre lo lleva a la pantalla principal, en donde están los íconos de las 16 funciones del equipo.
El funcionamiento es sencillo. Para desplazarse por una lista en la pantalla, basta tocarla con un dedo; si se da un golpecito en la portada de un álbum de música, este da la vuelta y le muestra la contraportada con los nombres de las canciones.
Para revisar el correo de voz, solo debe presionar una vez el botón que activa dicha función. No hay que marcar ningún número, ni escribir una contraseña.
Para atender una llamada, se toca el ícono Contestar en la pantalla, o se oprime un diminuto botón en el audífono estéreo blanco que viene con el iPhone. La música o el video que se estén reproduciendo quedan en pausa hasta que usted cuelgue.
Hacer una llamada, en cambio, puede tomar hasta seis pasos: 'despertar' el teléfono, desbloquear los botones, ir a la pantalla principal, abrir el programa de telefonía, ver las llamadas recientes o la lista de marcación rápida y seleccionar un nombre.
El navegador es sobresaliente
El correo electrónico es fantástico. Los mensajes entran con todo su formato, incluyendo imágenes; es posible incluso abrir archivos de Word, Excel y documentos PDF (aunque no editarlos). Sin embargo, lo más sobresaliente es el navegador de Internet. No es la versión limitada y claustrofóbica que trae un celular básico; en este navegador encontrará todos los diseños de páginas web, las fuentes y demás.
No es perfecto
No tiene ranura para tarjetas de memoria, no trae programa de chat y no ofrece marcación por voz. Los únicos programas nuevos que deja instalar son los de Apple. Las otras compañías pueden crear únicamente miniprogramas para el iPhone en la Web. El navegador no maneja Java o Flash, lo cual impide disfrutar de millones de videos web.
La cámara de dos megapíxeles toma buenas fotos, siempre y cuando el objeto no esté en movimiento y la iluminación sea buena (hay ejemplos en esta dirección: nytimes.com/tech), pero no puede capturar videos. Además, no es posible enviar mensajes multimedia (MMS) a celulares.
Otro problema en Estados Unidos es Internet. Si uno está en un punto de acceso Wi-Fi, la conexión es rápida y satisfactoria. Pero esto cambia cuando se tiene que usar la arcaica red celular Edge de AT&T (el operador exclusivo del iPhone en ese país), que es dolorosamente lenta. Hace tantas cosas tan bien, y de forma tan agradable, que uno tiende a perdonar sus debilidades.
DAVID POGUE
THE NEW YORK TIMES NEWS SERVICE