Reality - El hombre más rico
del mundo - Capítulo 1
2007-07-10
A pulso logró monopolio en México y casi en
telefonía celular en Colombia. ¿Qué harán
estos dos gobiernos ante su posición
dominante? ¿Tiene un teléfono fijo a la mano?
Por Orlando Rojas Pérez desde San Francisco - Cuando salieron al mercado colombiano los teléfonos celulares, los costos por minutos eran tan altos y prohibitivos, que quien llamaba y paga el 100% de la llamada inmediatamente preguntaba: ¿tiene un teléfono fijo a la mano?
Carlos Slim es hoy el hombre más rico del mundo; posee unos 70.000 millones de dólares, y es, además, colega mío, solamente por que ambos somos ingenieros civiles. Slim vive en la misma casa de hace 30 años; él mismo sale a los centros comerciales a comprar su ropa, y no la manda a hacer sobre medida. Es una persona modesta; salvo unas muy valiosas colecciones, vive muy lejos de la opulencia que su tesoro trabajado le permite. Trabajó con su padre, un emigrante libanés, y poco a poco conformó un verdadero emporio en acciones de cadenas de almacenes como Sears, Saks Fifth Avenue, tabacaleras, bancos, restaurante, Cocacola y, por supuesto, sus empresas de telecomunicaciones: Telmex, Telcel y América Móvil. Mención especial y aparte merece Televisa, de la que es era accionista. Fue accionista de Apple, justo antes de salir el primer iMac, producto que le significó excelentes ganancias, y de Prodig, proveedor de Internet en Estados Unidos que luego se alió con MSN. En resumen: los ingresos de Slim corresponden al 7% del Producto Interno Bruto de México.
Slim se presentó como Grupo Carso y ganó, en 1991, la subasta para hacerse con las Teléfonos de México, licitación que ganó en franca lid. Hubo errores en la subasta y en la regulación de los que Slim supo sacar provecho de inmediato. Por ejemplo, exigir que la mayoría accionaria de los compradores fuera de mexicanos, así quedaron por fuera oferentes internacionales. Con el tiempo, se pudo comprobar que los puntos grises que no se debatirían amigablemente, los ganó Slim en los estrados judiciales. Eso fue en México. Pero esa misma táctica aplica Slim en Colombia. Cronológicamente se vendió Telmex a Slim y luego sí se comenzó la discusión de cómo se le regulaba. Telmex ha manejado el 95% de las redes de líneas físicas en México, y desde esa posición dominante ha sabido sacar partido: no brinda interconexión a nadie, o lo hace a unas tarifas extremadamente altas. Cualquier parecido con los que vive Avantel actualmente en Colombia, es pura coincidencia. De eso hablaremos más tarde.
Cuando la ley 500, que creaba un tercer competidor móvil, comenzó su camino, lo encontró obstruido por demandas, derechos de petición y tutelas interpuestas por Comcel – América Movil en Colombia, y Telmex en otros países –, por Asocel o por abogados pagados directa o indirectamente por estos mismos, que se encargaban de las querellas para bombardear la salida del operador PCS en Colombia. Vivimos en Colombia la misma táctica que usaban y todavía usan en México, como veremos más adelante cuando hable del triple play mexicano.
Finalmente, la ministra de Comunicaciones del momento, Ángela Holguín, sacó adelante la ley y la subasta para que ese tercer operador móvil, que debía romper el duopolio, saliera al aire. Crearon a Colombia Móvil, con participación igual – del 50% - por parte de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá – ETB y de las Empresas Públicas de Medellín - EEPPMedellín. Ha pasado mucha agua por debajo del puente de estas dos empresas, que hasta soñaron e ilusionaron a los ciudadanos de ambas ciudades, que a semejanza de su hijo, también se unirían. Pero ninguno de los dos alcaldes tomó la decisión en serio; se abstuvieron de aportar o de vender su joya de la corona municipal y de ser juzgados en el futuro como enterradores o Caín de su respectivo tesoro. Colombia Móvil nació con ínfulas de grandeza, especialmente de su primer presidente, Mesa, quien con tal de lograr usuarios y su cuota y merecer su bono, ofreció el minuto de llamada por celular en un centavo de dólar, como si Colombia ya estuviera al nivel de Corea del Sur. Colombia Móvil logró muchos clientes de entrada, pero ahí se quedó; además, el bumerán de tantos usuarios congestionó sus redes y era casi imposible llamar por Colombia Móvil, y cuando se lograba la comunicación, la calidad de la era tan mala, que en Colombia se volvió a la costumbre de preguntar: "¿tiene un teléfono fijo a la mano?, es que no le entiendo nada". La empresa subió como palmera y cayó como coco.
ETB y EEPPMedellín se pusieron de acuerdo y el propagandístico presidente Mesa salió por la puerta de atrás. De nada le valieron las páginas enteras y repetidas de publicidad que pagaba en la misma edición en los principales periódicos de Colombia. Su segundo presidente, León Darío Osorio, luchó cuanto pudo con el lastre de llamadas a centavo de dólar. Hasta que ETB y EEPPMedellín decidieron no invertir más en Colombia móvil, no dañar más sus balances financieros e imitar la figura hecha con éxito por Alfonso Gómez en Telecom. Buscaron un socio capitalista que sí fuera experto en la operación celular y en la operación. Así llegó Millicom a Colombia con su marca Tigo.
La vieja empresa Telecom Colombia fue recibida por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez con un remanente de flujo de caja que le permitía operar máximo ocho meses, antes de declararse en quiebra. No tenía cómo pagar su costosa nómina y, mucho menos, cómo pagar las mesadas a los pensionados de Telecom. Así recibió Alfonso Gómez Palacio la presidencia de la empresa. Gómez se dedicó a buscar y hasta a suplicar una alianza con ETB y con EEPPMedellín, como única alternativa de enfrentar el duopolio de la telefonía celular en Colombia. Gómez era consciente de la necesidad de movilidad para el futuro, y lo único que recibió fueron portazos en la cara: a ETB y a EEPPMedellín no les interesó la alianza con Telecom. Y es que Telecom no tenía telefonía celular porque un ilustre presidente de la empresa – Eduardo Pizano -, frente al Congreso de Colombia, exigió retirar de la ley 500 de PCS, el privilegio que la ley le otorgaba a Telecom para ser operador móvil de PCS, por derecho propio y sin pagar por la licencia. El ilustre presidente de Telecom afirmó y consta en los anales del Congreso de Colombia: “En cada pueblo colombiano solamente hay dos ricos que puedan tener un teléfono celular. Telecom no necesita de licencia de telefonía móvil PCS”. Así que los congresistas atendieron el sabio llamado de su presidente y quitaron la parte del proyecto de ley 500 que le entregaba gratis una licencia de movilidad a Telecom.
Gómez Palacio, con el respaldo de la ministra de Comunicaciones, Martha Elena Pinto de De Hart, y del mismo presidente Uribe Vélez, se mantuvo en su tarea de conseguir una salvación para Telecom y especialmente para sus pensionados.
Un domingo, en nuestra columna 4G Fucsia, sorprendimos al país y a Latinoamérica con la primicia de que Telmex tenía lista la compra de Telecom Colombia. Dejamos sorprendidos a todos. Hasta cuando a los dos días, el mismo presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, se encargó de informar al país que Telecom estaba en venta y que ya se había negociado con Telmex, que faltaban algunos procedimientos, pero aún así confirmó nuestra primicia..
Al comentar esta proceso de compra por parte de Telmex con el presidente de Movistar, Sergio Regueros, que una vez fue el jefe directo de Gómez, me comentó: “Si Gómez no logra vender parte de Telecom, que le inviertan dinero y volver lucrativa a Teelcom, al gobierno no le queda más remedio que tramitar unas dos reformas tributarias para subir en cada una de ellas el valor del impuesto a las ventas en un 2%, de otra manera el gobierno no tendrá como pagar las pensiones de sus exempleados”.
El ingeniero Slim visitó Colombia y vino a firmar el acuerdo de compra. La Contraloría General de Nación encontró reparos al procedimiento y solicitó información. Finalmente ordenó recomendó echar para atrás la venta para que hubiera igualdad de condiciones para todos los posibles oferentes.
Slim se molestó mucho por lo ocurrido y no ofreció en la subasta final. De manera que la ganó en esta oportunidad Telefónica, que se quedó con el 51% de Telecom y con su operación.