No entiendo el porque la insistencia que nadie se le va a medir a una inversión de ese tipo a menos que en ese orden de ideas todo el mundo ya de por sentado que seria un mal negocio ergo no tendría sentido invertir tirar el dinero de los Colombianos en esta empresa.
Si las rutas son viables económicamente otras empresas se harán cargo de estas tanto para carga como pasajeros, simple oferta y demanda y lo mejor estamos dejando que el mercado se regule solo, como debe ser, de no ser viables económicamente pero necesarias para la economía/desarrollo del país pues en ese caso lo mejor seria que se encargue Satena, ya que ese seria el derecho de la cosas a menos que sigamos con esa doble moral indicando que la asistencia del estado solo es buena para las empresas privadas pero mala para los individuos, corporate welfare que le dicen.
Pues hombre, ud tal vez tenga una percepción mucho más optimista del comportamiento del mercado aéreo que yo, así como del funcionamiento de la mano invisible del mercado libre. Pero la lectura, con base no solo de la evolución del COVID sino de medidas que se han tomado en otros países es que: no tenemos certeza de cuando puedan volver a operar las rutas internacionales (o nacionales inclusive) por el cierre de fronteras, no tenemos certeza de las medidas que se van a tomar en el país respecto a la circulación de pasajeros, y así se vuelvan a reabrir los aeropuertos la gente no va a querer viajar por que van a tener miedo de montarse a un avión y correr el riesgo de infectarse o de tener que cumplir con las cuarentenas forzosas que en cada país se ordene. Esto ultimo es bastante sensible sobre todo para quienes viajan para asuntos de negocios, quienes por mucho se quedan una semana o menos en sus destinos. Y estos últimos son quienes solventan en gran medida la operación de vuelos, ya que ellos son quienes principalmente comprar vuelos a tarifa completa, vuelos de última hora, vuelos en primera clase o clase ejecutiva, o una combinación de las tres.
Y en cuanto a SATENA, sería valido si ellos tuvieran la capacidad para hacerlo. Pero la flota de ellos siempre han sido de aviones de pequeña capacidad, aptos para llegar a rincones de difícil acceso por carretera u otros medios de transporte. Incluso el Decreto 940 de 1962, por el que se creó la aerolínea, recalca la función social de SATENA, por encima de la generación de riqueza. Entonces, para que pudiese convertirse en una aerolínea estatal que sea competencia en el mercado, no solo tendría que expedirse una ley al respecto, sino que tendría que destinarse una partida grande del presupuesto para ponerla al corriente, adquirir o rentar aeronaves de mayor capacidad, celebrar convenios de código compartido, contratar personal...en fin, prácticamente fondear una nueva operación de ceros. Y aunque el mercado para la adquisición de aeronaves va a ser mucho más barato por la cantidad tan macha de aviones que van a devolver las aerolíneas a nivel mundial y la baja del petroleo, no va a dejar de ser un gasto bastante elevado para el presupuesto nacional, e inclusive pueda llegar a ser más costoso que un eventual rescate de Avianca.
Ahora, en caso que procediese un eventual rescate de Avianca, la tendencia mundial ha sido la de conceder créditos blandos directos o créditos de entidades financieras garantizados por el gobierno, con condiciones de destinación, compromisos de no despidos de personal, o inclusive de cambios en los esquemas de operación. El caso más extremo que he visto ha sido el de Lufthansa, en donde el gobierno alemán condiciona un auxilio de 9000 millones de euros a cambio de una participación del 25% en el capital de la empresa, que los tiene brutalmente mareados ya que ellos no le quieren copiar de a mucho a la injerencia estatal de los países en que opera (ya que ellos tambien son dueños de Austrian, Brussels y Swiss). El problema con Colombia es la variable Carrasquilla. De el se puede esperar lo que sea, y no siempre va a ser lo mejor.