Los 4,6 kilómetros del túnel Fernando Gómez Martínez, más allá de recortar el camino a Occidente y Urabá, significan para el viajero un encuentro con el asombro. No sólo es el más largo del país y de Latinoamérica sino el que está dotado con los mayores recursos tecnológicos para este tipo de macroproyectos.
La iluminación, la vigilancia con circuito cerrado de televisión, el sistema de ventilación, la red antiincendios, la disposición para atender emergencias, todo manejado desde dos torres de control gemelas, hacen parte del conjunto de novedades que cautivan al visitante.
Hasta una emisora operada desde el sistema central (106.9 en el dial), que sólo funciona en el interior del túnel con información de servicio, hace saber al usuario que se encuentra en una obra diferente.
Cada 20 metros hay dos pequeñas ventanas de techo o salidas de ventilación por las que llega el aire, impulsado por cuatro ventiladores gigantes que se encuentran en las dos torres de control.
Son 210 ventanas a cada lado, para un total de 420 a lo largo del túnel.
Los ventiladores no trabajan al mismo ritmo, a toda hora, sino de acuerdo con la cantidad de equipo rodante que haya dentro del ducto. En condiciones normales de operación, precisa Villegas, pueden trabajar dos o los cuatro ventiladores con caudales muy bajos. En horas de la noche, cuando se reduce el tráfico vehicular, se actuará sólo con dos, pero en las 24 horas nunca se deja de inyectar aire.
El sistema se puede mover a un ritmo de 300 a 1.200 revoluciones por segundo, ante lo cual se pueden inyectar desde 50 metros cúbicos por segundo hasta 72 metros cúbicos por segundo, por ventilador.
Esa potencia implica que si una persona adulta tiene al frente un ventilador prendido, la puede arrojar a unos 20 metros de distancia.
El túnel tiene una vigilancia permanente a través de un sistema de 49 cámaras que permiten que el usuario, desde que entra hasta que sale, siempre esté supervisado.
Los "ojos" del túnel están localizados cada 100 metros frente a los 45 nichos de auxilio que guardan los teléfonos de emergencia, los extintores y el sistema de botones pulsadores para enviar alguna alerta al centro de control, bien porque se trate de varada, choque o problemas de salud de los pasajeros.
También hay cuatro cámaras externas que recogen todos los movimientos en las entradas de ambos portales.
Todos los hidrantes de la red antiincendios están en la pared izquierda, en tanto que un cable lineal recorre el ducto para detectar cualquier cambio de temperatura y reportarlo al centro de mando.
La iluminación es otro de los puntos de asombro con un sistema que consta de 832 luminarias, pero cuya distribución no es igual. Al comienzo las lámparas están cada 1,50 metros y se van distanciando a cada 5 metros, pero en la mitad del túnel están cada 12 metros, pues el propósito es ofrecer mucha luz al ingresar.
MEJOR DICHO OTRO ORGULLO PAISA PARA EL MUNDO!!!
La iluminación, la vigilancia con circuito cerrado de televisión, el sistema de ventilación, la red antiincendios, la disposición para atender emergencias, todo manejado desde dos torres de control gemelas, hacen parte del conjunto de novedades que cautivan al visitante.
Hasta una emisora operada desde el sistema central (106.9 en el dial), que sólo funciona en el interior del túnel con información de servicio, hace saber al usuario que se encuentra en una obra diferente.
Cada 20 metros hay dos pequeñas ventanas de techo o salidas de ventilación por las que llega el aire, impulsado por cuatro ventiladores gigantes que se encuentran en las dos torres de control.
Son 210 ventanas a cada lado, para un total de 420 a lo largo del túnel.
Los ventiladores no trabajan al mismo ritmo, a toda hora, sino de acuerdo con la cantidad de equipo rodante que haya dentro del ducto. En condiciones normales de operación, precisa Villegas, pueden trabajar dos o los cuatro ventiladores con caudales muy bajos. En horas de la noche, cuando se reduce el tráfico vehicular, se actuará sólo con dos, pero en las 24 horas nunca se deja de inyectar aire.
El sistema se puede mover a un ritmo de 300 a 1.200 revoluciones por segundo, ante lo cual se pueden inyectar desde 50 metros cúbicos por segundo hasta 72 metros cúbicos por segundo, por ventilador.
Esa potencia implica que si una persona adulta tiene al frente un ventilador prendido, la puede arrojar a unos 20 metros de distancia.
El túnel tiene una vigilancia permanente a través de un sistema de 49 cámaras que permiten que el usuario, desde que entra hasta que sale, siempre esté supervisado.
Los "ojos" del túnel están localizados cada 100 metros frente a los 45 nichos de auxilio que guardan los teléfonos de emergencia, los extintores y el sistema de botones pulsadores para enviar alguna alerta al centro de control, bien porque se trate de varada, choque o problemas de salud de los pasajeros.
También hay cuatro cámaras externas que recogen todos los movimientos en las entradas de ambos portales.
Todos los hidrantes de la red antiincendios están en la pared izquierda, en tanto que un cable lineal recorre el ducto para detectar cualquier cambio de temperatura y reportarlo al centro de mando.
La iluminación es otro de los puntos de asombro con un sistema que consta de 832 luminarias, pero cuya distribución no es igual. Al comienzo las lámparas están cada 1,50 metros y se van distanciando a cada 5 metros, pero en la mitad del túnel están cada 12 metros, pues el propósito es ofrecer mucha luz al ingresar.
MEJOR DICHO OTRO ORGULLO PAISA PARA EL MUNDO!!!