Ya en Colombia declararon ilegal a Uber y ahora, nada más ni nada menos, que la Federación de Software de Colombia, declara abierta y públicamente, que quien no tenga un cartón que certifique conocimientos, comete un delito.
En teoría, esta vieja y anacrónica institución fue creada para “velar por el fortalecimiento del sector (…) desarrollo de políticas que normalizan, defienden y promueven los intereses de los industriales del software en Colombia”.
Por supuesto es una tarea que ha venido haciendo perfectamente. Quizás de allí el atraso y la poca capacidad real de innovación en Colombia. Este gremio defiende viejas prácticas en las cuales los nuevos desarrolladores no tienen cabida y ahora: son delincuentes.
Quien las hace, no es ni nada menos que uno de los emprendores reales más importantes del país. Se ha criticado la falta de capacidad y la forma cómo se forman ingenieros para cumplir tareas dentro de una industria. Se vienen diciendo que el sector no tiene conocimiento para competir globalmente y sus nuevos actores sufren una serie de retraso de innovación, además, si se compara con experiencias internacionales Colombia queda muy mal parado.
Quizás el modelo de Fedesoft sea el culpable de que en Colombia todo sea un drama en Internet. No sirven los servicios, las plataformas del Estado son un saludo a la bandera, pero contraticos sí tienen… y muchos.
Gracias a mucha gente con pensamiento independiente hoy se están rompiendo una serie de cadenas y hoy, de forma tímida y con las uñas, muchas personas se lanzan a las aguas turbulentas del emprendimiento personal, que ahora, incluye, un nuevo obstáculo: el delito.
¿No sabrá Fedesoft la historia de David Karp, quien a los 21 años, lanzó Tumblr sin asistir o terminar el High School?. Hoy su empresa cuesta la modesta suma de 800 millones de dólares. Sin cartón y sin pendejadas como la que ahora quiere inventar la institución que en teoría agremia a los desarrolladores que crean software.
Este es un ataque directo a todos aquellos que están tratando de crear otras posibilidades de enseñanza y creación. Por supuesto es todo lo contrario a lo que debe hacer una entidad que debería promover la innovación y la creatividad en vez de prohibirla. Si no les gustan los nuevos negocios pues lamentamos informar que allí estarán por que Internet lo permite.
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