Pulsar 180 UG
Una sorpresa, asì fue la presentación de la nueva Pulsar 180 UG “Última Generación” durante el V Encuentro Nacional monomarca más importante del país y tal vez, del continente, ya que los asistentes no esperaban una actualización del modelo estrella de Auteco. Simplemente mejor, así se puede describir la nueva Bajaj, y no es solo “maquillaje” como muchos pueden pensar, se trata de una renovación estética y mecánica que pone a la Pulsar 180 de nuevo en el tope de la categoría.
Texto y Fotografías: Luis Felipe Franco Herrera
Colaboración: Rodolfo “Coco” González
A simple vista, parece una 200 con el escape de la 180 y con un manilar deportivo totalmente nuevo. Pero mirando su interior, encontramos que se cambió completamente el plato de bobinas y se pasó de corriente alterna a corriente directa, de esta manera se logra una estabilidad en todo régimen, que se traduce también en una mayor iluminación que no depende de las revoluciones del motor.
Al pasar a corriente directa se suprime la bobina de encendido y se adopta un nuevo CDI que optimiza la ignición en todo momento, además, el sistema de doble bujía característico de Bajaj, trabaja al 100%, es decir, ahora las dos bujías envían “chispa” al propulsor permanentemente. Este sistema permite también suprimir el descompresionador del árbol de levas y el veterano pedal de arranque “cranck”. Para no tener problemas con el encendido, el tablero digital de la nueva UG informa si el nivel de carga de batería se encuentra en óptimas condiciones. Por último, el exhaustec, sistema también exclusivo de Bajaj, fue modificado para generar mayor potencia, 16.8 hp en la Pulsar 180 UG y una velocidad máxima declarada por Auteco, de 125 km.
A simple vista, parece una 200 con el escape de la 180 y con un manilar deportivo totalmente nuevo. Pero mirando su interior, encontramos que se cambió completamente el plato de bobinas y se pasó de corriente alterna a corriente directa, de esta manera se logra una estabilidad en todo régimen, que se traduce también en una mayor iluminación que no depende de las revoluciones del motor. Al pasar a corriente directa se suprime la bobina de encendido y se adopta un nuevo CDI que optimiza la ignición en todo momento, además, el sistema de doble bujía característico de Bajaj, trabaja al 100%, es decir, ahora las dos bujías envían “chispa” al propulsor permanentemente.
Este sistema permite también suprimir el descompresionador del árbol de levas y el veterano pedal de arranque “cranck”. Para no tener problemas con el encendido, el tablero digital de la nueva UG informa si el nivel de carga de batería se encuentra en óptimas condiciones. Por último, el exhaustec, sistema también exclusivo de Bajaj, fue modificado para generar mayor potencia, 16.8 hp en la Pulsar 180 UG y una velocidad máxima declarada por Auteco, de 125 km.
La prueba de la Pulsar UG se inició en Medellín durante la rodada al municipio de Guatapé en el oriente antioqueño, donde se realizó el cierre del V Encuentro Nacional Pulsar. Ya en Medellín, luego del evento, y sin las limitaciones de rodar al ritmo de la caravana, iniciamos el viaje de regreso a la capital de la república, unos 415 km con diversidad de vías de montaña, curvas y rectas infinitas para finalizar con el ascenso a Bogotá por la calle 80. 11:00 a.m., morral a la espalda, $ 20.000 de combustible, el cuentakilómetros parcial en 0, solos la Pulsar y yo listos para disfrutar la carretera, el buen clima y personalmente, con la certeza de rodar en una motocicleta que me llevaría seguro a mi destino.
La posición de conducción es natural, un poco adelantada que permite mantener la espalda recta y evitar cansancio en la parte lumbar, los pies, un poco atrás no generan malestar alguno ya que las palancas de freno y caja de cambios se encuentran cerca y fáciles de accionar y el manilar deportivo y ancho, permite mantener el control de la moto. Sus comandos se mantienen como en las versiones anteriores, de fácil acceso y con su bonito detalle de la iluminación interior que además de exclusivo, aporta en la seguridad al conducir en la noche.
El ascenso por la autopista Medellín Bogotá se encuentra en excelentes condiciones, doble calzada y un hermoso paisaje a mi izquierda. En estas condiciones la Pulsar acelera de manera progresiva desde cero, aprovechando muy bien la parte baja del cuentavueltas en las tres primeras marchas, de ahí en adelante es necesario mantener la aguja por encima de las 6.000 rpm para sentir los caballos adicionales de la UG.
El ritmo se mantiene entre 80 y 90 km, adelantando fácilmente buses, camiones y vehículos particulares que se encontraban en el camino.
El embrague y caja de cambios son precisos y permiten subir o bajar de marcha con total confianza según las necesidades de la vía. Poco a poco el cuentakilómetros marcaba el terreno dejado atrás y la hermosa ciudad de Medellín quedaba cada vez más lejos. Luego de casi una hora, la situación cambia, la vía pasa a una sola calzada de dos carriles y contraflujo, y se inicia el descenso hacia el municipio de Doradal. Aunque no hay doble calzada, la vía cuenta con suficiente espacio para realizar adelantamientos y tomar las curvas rápido, apoyado en la parte ciclo de la Pulsar que en versiones anteriores ha sido comprobada, doble amortiguador trasero a gas con precarga en varias posiciones que permite regularse según el tipo de conducción, suspensión delantera telescópica hidráulica de buen recorrido que nunca llega al tope y permite frenadas extremas sin perder adherencia al suelo.
El clima y la vía se mantienen a favor, algo de rock y techno en mi casco pero es mientras escucho “bang” de Ramstein, momento en el que encuentro el feeling sobre la Pulsar y puedo disfrutar de las muchas curvas, trazándolas cada vez con mayor confianza alcanzado a varios “pulsareños” que también hacían su regreso a sus ciudades de origen, luego de un fin de semana inolvidable en el encuentro que acababa de finalizar. Unas horas más tarde llegamos a Doradal, municipio reconocido por su importancia durante el reinado del “capo” Pablo Escobar, que como gran atractivo turístico tiene a la Hacienda Nápoles, donde “nacen” los hipopótamos.
Unos kilómetros más adelante nos detenemos a tomar algunas fotos junto al largo puente sobre el río magdalena, antes de llegar al peaje. Seguimos la ruta pasando por la glorieta que contiene el tentador aviso “Santa Marta” con flecha hacia la izquierda, un destino que muchos sobre una Pulsar han conquistado. La vía sinuosa de montaña quedó atrás hace un rato, ahora nos enfrentamos a las interminables rectas hacia Puerto Salgar, en esta zona las motos de baja cilindrada y poca velocidad final son desesperantes, varios kilómetros en los que no es necesario cambiar de dirección, poca altura sobre el nivel del mar y el viento a favor, se convertían en el escenario perfecto para confirmar esos 125 km que anunciaba Auteco. Así que una marcha menos, el cuentakilómetros hasta la zona roja y quinta marcha, para lograr la velocidad punta, 118, 122, 125, 127, 128!, sí, 128 km/h a 9.500 rpm marcó la Pulsar 180 UG, un kilómetro menos que la 200 que probé un año atrás y 10 más que la Pulsar II 180, en posición natural, sin agacharme sobre el depósito.
Un poco más tarde hacemos nuestra primera parada el municipio de Honda, al norte del Tolima, que ofrece su gastronomía basada en la pesca, un buen restaurante y un merecido descanso para la fiel compañera de viaje. Al cruzar el río Magdalena, se inicia el ascenso hacia la capital, una ruta que nunca había recorrido y que estaba por descubrir.
Es una vía en muy buenas condiciones, con buen asfalto, muchas curvas y una altura sobre el nivel del mar que permite exigir el propulsor y sacar el máximo rendimiento de la Pulsar. Aquí se adelanta con facilidad, gracias a la buena respuesta en bajos de la UG, las curvas se toman al límite y los kilómetros siguen subiendo en el marcador.
Llegamos al municipio de Villeta, y curiosamente, parecía que todos los turistas del fin de semana se hubieran puesto de acuerdo para encontrarse aquí. Un “trancón” interminable que afortunadamente por la facilidad de “ratonear” en medio del tráfico, la Pulsar y yo pudimos adelantar hasta la punta, donde el agente de tránsito abrió vía. Un aviso con el texto “Bogotá a 1 hora” me hizo sentir más cerca de las estrellas, ya que los kilómetros dejados atrás habían pasado relativamente rápido, eran las 4:00 p.m. Continuamos subiendo dejando atrás cientos de turistas que se movilizaba en carro y que veían impotentes cómo a bordo de la UG, podíamos mantener un ritmo superior a ellos y adelantar donde ellos no pueden. Pero no todo fue belleza, al llegar al peaje, se vislumbraba algunos kilómetros adelante un fuerte aguacero, que nos obligó por ausencia de un traje impermeable, a permanecer en un estadero por más de 2 horas.
Cuando la lluvía disminuyó, continuamos nuestra ruta a unos 60 km de Bogotá, con la carretera completamente mojada, muchos vehículos compartiendo la vía y en la oscuridad de la noche. Una parte más de la prueba, ya que las condiciones habían cambiado completamente. Aquí es necesario de un buen grupo óptico, afortunadamente la Pulsar viene dotada de una excelente luz delantera, que permite visualizar la vía aún cuando la lluvia cae. Las llantas y frenos respondieron correctamente ante esta prueba y a pesar de rodar a una velocidad superior a la establecida, en las curvas no se presentaron problemas de frenado ni adherencia. Así llegamos a la Capital, en medio del frío de la noche y muchisimos vehículos a nuestro lado. Un escenario donde la Pulsar 180 UG permanecería por varios días.
Una semana después, luego de las labores de oficina, nuevamente la Pulsar y yo salimos a carretera, en esta ocasión hacia Ibagué, ciudad natal de quien escribe.
La salida se realizó por el sur, por la vía a Fusagasugá, una autopista en construcción, con varios tramos habilidados con doble calzada y asfalto recién aplicado. Realmente ya se había probado la Pulsar en las diferentes condiciones posibles, vía de montaña, ascensos, descensos, larga rectas, bajo la lluvia y en una ciudad capital de alto tráfico. Era un viaje más motivado por la fiabilidad y economía de la Pulsar, que nos arrojó un consumo promedio de 154.7 km/galón y una autonomía de 485 km (antes de reserva).
Casualmente, al presentar el texto de la prueba, se confrontó con los resultados obtenidos en el comparativo 150 - 180, que aparece en esta misma edición, en el que la Pulsar 180 UG, promedió un consumo de 154.5 k/galón, confirmando así su mínimo consumo y excelente autonomía que la hace apta para largos viajes por carretera.
Bajaj Pulsar 180 UG “Última Generación”, mucho más que simple maquillaje