Tomado de http://www.elcolombiano.terra.com.co/hoy/nem003.htm
Tarifa de Ola afecta a EPM y ETB
La junta llegó a tener un plan B, por si se iba Mauricio Mesa y su equipo.
El malestar en la Junta llegó a un punto tal que uno de los representantes de la ETB dijo que si habían dudas sobre el asunto, quien estaba formulando tantos reparos debería pedirles la renuncia a los directivos e iniciar un procedimiento en contra de la Junta que había santificado tales actuaciones. Ese miembro de Junta por la ETB se paró y dijo que renunciaba a su cargo.
El segundo error
La inconformidad en la Junta con Mauricio Mesa también era extensiva a un tema clave: la tarifa de introducción de Ola no fue aprobada por Junta y es tan baja que causa enormes daños al negocio de larga distancia de los dueños, o sea al 05 de Orbitel (propiedad en un 50 por ciento de EPM) y al 07 de la ETB.
"¿Quién les autorizó los 30 pesos por minuto?", preguntó un miembro de Junta a los directivos de Ola, durante una sesión del mes de septiembre de 2003. "¿Cómo así que vienen con un plan especial de larga distancia? ¿Qué vienen con otro plan para corporados? ¿Cuándo nos vamos a enterar si esto afecta los negocios de los dueños?".
"Eso se los explicamos", replicaron los vicepresidentes de Ola. Sin embargo, al ir a las actas no se encontró ninguna evidencia de ello. Ante tal situación, los ejecutivos replicaron que eso no había quedado en actas, pero que sí estaba en una presentación. Tal presentación, que tenía unas 200 gráficas, se revisó durante toda una noche y por allá se encontró una frase, chiquitica, en la que se decía que es posible diseñar un plan de 30 pesos por minuto. La Junta se sintió asaltada en su buena fe, y aunque calificó de irresponsables a los directivos el plan pioneros de Ola ya no tenía reversa.
Para medir el daño sobre los dueños, Telecomunicaciones de EPM hizo un análisis de los impactos y detectó cifras escandalosas, porque 30 pesos por minuto en larga distancia es la muerte para las Empresas Públicas de Medellín, para la ETB y aún para la misma Telecom. La primera sufre por partida doble. De un lado, porque Ola le muerde mercado de larga distancia a Orbitel. Y del otro, porque también le deteriora el mercado de telefonía local a EPM.
Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, actual Gerente General de las Empresas Públicas, es consciente de esos conflictos de intereses entre firmas de telecomunicaciones del mismo grupo empresarial y dice que quien más puso el grito en el cielo con la tarifa de Ola fue Orbitel. Añade que Telecomunicaciones de EPM aún no registra el cambio del teléfono fijo por el móvil, pero reconoce que sí se siente la competencia de Colombia Móvil en la baja de ritmo en la comercialización de la segunda línea telefónica a nivel residencial.
Mesa sumaba así dos equivocaciones lo suficientemente poderosas como para terminar, con justa causa, su "contrato laboral". De la inconformidad de los dueños dan cuenta dos cartas en las que le llaman la atención por haber incumplido mandatos expresos, tanto en materia de tarifas, como en el salario de él y de los vicepresidentes. La primera carta fue firmada por Edith Cecilia Urrego Herrera, quien reemplazó a Iván Correa Calderón en la gerencia General de EPM, y por Paulo Orozco, presidente de la ETB. La segunda misiva es muchísimo más fuerte, porque resalta que la Junta en pleno no compartía las políticas y censuraba el desconocimiento flagrante a los estatutos y a sus órdenes.
El tema era en extremo delicado. Corría el mes de diciembre de 2003. Ola recién había entrado al mercado y se veía con preocupación una eventual salida del presidente y de su cuerpo directivo. Para evitar traumatismos se diseñó un plan B y se comisionó a un miembro de Junta para que entrara a renegociar con Mesa su remuneración y la de los vicepresidentes, con todo y gabelas.
Mesa, asistido por su Secretario General, Henry Tapieros, no daba su brazo a torcer. Los voceros de la ETB eran partidarios de que se fuera. Los de EPM sostenían la opinión contraria, pues pensaban en el daño que podría sufrir la empresa recién nacida.
A través de Tapieros, el presidente entregó los documentos que sirvieron de base para establecer su salario. Después de más de cinco días de extenuantes negociaciones, lo único que hizo entrar en razón a Mesa fue que había una justa causa para dar por terminado su contrato, porque desconoció la orden de la Junta sobre la manera como se debía firmar.
Mesa asintió. Pidió que le aceptaran el argumento de que siempre había actuado de buena fe. Solicitó que le respetaran sus condiciones y, de manera inteligente, pidió que le recortaran sólo aquello que fuera contrario a la ley.
El ejecutivo hizo un excelente negocio. Después de estar a un paso de quedarse en la calle, logró salvar beneficios como éstos:
1. El contrato pasó de término indefinido a dos años pues, por estatutos, ese es el período del presidente, aunque reelegible por las veces que quiera la Junta. Si se prescinde de los servicios de Mesa, antes de tiempo y sin justa causa, habría que indemnizarle por el término restante para honrar el contrato.
2. El ejecutivo no podía tener la primera opción para adquirir los dos carros comprados por leasing, porque éstos forman parte del patrimonio público y se tienen qué someter a reglas como la declaratoria de desuso y la venta en subasta pública. El vehículo que usa en Medellín es un Volkswagen, de 112 millones de pesos, y el que utiliza en Bogotá es un Mercedes Benz, de 123 millones de pesos.
3. Mesa no probó que en el anterior trabajo gozaba de un seguro de vida de 25.000 dólares. Se estableció que uno de 5.000 dólares era hasta exagerado para su nivel y se acordó una cifra de 4.000 dólares.
4. Los 6 millones de pesos mensuales para arriendo no tenían presentación y se pactó que desde enero de 2004 el directivo pagaría de su salario lo concerniente a su vivienda.
5. También se quedó sin plata para el mercado, o sea los 500.000 pesos mensuales de prima de alimentación.
6. Se acordó adquirir una acción de un club social pero a título corporativo. Es decir, quien llegue a ese cargo de Presidente de Colombia Móvil la disfruta. Los consumos, antes ilimitados para Mesa, ahora tienen un tope de un millón de pesos.
7. No se le aceptaron los 600.000 pesos mensuales para salud prepagada. Se le dijo que se acomodara a un plan con menos de 100.000 pesos. Antes estaba amparado con señora e hijos. Ahora el valor de su familia lo debe cubrir con su salario.
8. También sobrevivieron los 368 millones de pesos anuales que recibiría como incentivo por cumplimiento de indicadores de gestión (equivalente a dos de sus salarios mensuales) y por la obtención de los indicadores de resultados (6 de sus salarios). Esos indicadores aún no están elaborados y en el 2003 la Junta no aprobó bonificación alguna. Primero, porque Ola no entró en octubre, como se había dicho, sino el 18 de noviembre. Y segundo, porque cuando EPM le inyectó más capital a esta empresa de telefonía lo hizo con la promesa de que al final del 2003 se estaría facturando el servicio a 500.000 usuarios, un número que Mesa y los directivos pretendieron hacer bajar después a 400.000, para ganarse el bono.
Una Junta generosa
En medio de todo, los dueños de Colombia Móvil, o sea la ETB y EPM, fueron bastante generosos con Mauricio Mesa, en un ambiente empresarial en el que durante todo ese proceso brilló la ausencia de un personaje clave: aunque a mediados del 2003 EPM seleccionó al auditor interno de Colombia Móvil, de una terna propuesta por la ETB, a finales de diciembre pasado el funcionario no se había posesionado. Esa falta de control interno apenas ahora se intenta corregir, aprovechando una auditoría que un grupo de ocho analistas, de las dos casas matrices, está efectuando.
En Medellín la administración del alcalde Sergio Fajardo ha visto como normal la remuneración del presidente de Colombia Móvil y el gerente General de EPM, Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, se niega a suministrar informes sobre el particular. Su argumento: "No es que yo esté escondiendo absolutamente nada. El problema es que cometería una indelicadeza con la Junta. Hable con quienes asistieron a esa Junta, a ver qué se puede hacer. Yo no voy a entregar una cosa en la que no participé. Eso no es mío, yo no estaba en esa Junta y no me voy a poner a echarle leña al fuego. Eso es como si yo me estuviera robando información. ¿Para hacerla pública con qué sentido? Usted conoce el cuento, pues cuéntelo".
Un miembro de Junta Directiva de Colombia Móvil tuvo una reacción aún más desconcertante. Este diario lo invitó a que escuchara el relato, pero se negó a la confrontación y dijo que prefería leerlo cuando se publicara. Mauricio Mesa, a través de sus voceros, comunicó el jueves que del tema laboral no hablaba. Al día siguiente, se informó que estaba solucionando problemas con la red de Ola y que podía hablar el lunes.
Todo indica que los documentos que Gaviria Gutiérrez protege con tanto celo, y que también atesora su Gerente de Inversiones, Óscar Velásquez Johnson, no tienen en la capital de la República ese manto de estratégico o confidencial que se les pretende dar. Allá, además, el ex contralor Distrital, Juan Antonio Nieto Escalante, ha llamado la atención del alcalde Luis Eduardo Garzón sobre los salarios que pagan en Colombia Móvil, los problemas del servicio y el milimétrico reparto regional de la nómina.
Sobre el primer punto, Nieto le advirtió en una carta a Garzón que "es claro que la puesta en marcha de la nueva empresa trae consigo altas inversiones y gastos ineludibles; sin embargo, es prudente revisar los gastos administrativos actuales, en especial los concernientes a servicios personales asociados a la nómina, que parecen desproporcionados. En efecto sobre una muestra de los contratos individuales de trabajo suscritos por la empresa, se observa que los salarios y bonificaciones pactadas desbordan no sólo las condiciones salariales de altos directivos a nivel nacional sino que incluso pueden llegar a superar los salarios pagados a directivos de empresas del sector privado".
Tarifa de Ola afecta a EPM y ETB
La junta llegó a tener un plan B, por si se iba Mauricio Mesa y su equipo.
El malestar en la Junta llegó a un punto tal que uno de los representantes de la ETB dijo que si habían dudas sobre el asunto, quien estaba formulando tantos reparos debería pedirles la renuncia a los directivos e iniciar un procedimiento en contra de la Junta que había santificado tales actuaciones. Ese miembro de Junta por la ETB se paró y dijo que renunciaba a su cargo.
El segundo error
La inconformidad en la Junta con Mauricio Mesa también era extensiva a un tema clave: la tarifa de introducción de Ola no fue aprobada por Junta y es tan baja que causa enormes daños al negocio de larga distancia de los dueños, o sea al 05 de Orbitel (propiedad en un 50 por ciento de EPM) y al 07 de la ETB.
"¿Quién les autorizó los 30 pesos por minuto?", preguntó un miembro de Junta a los directivos de Ola, durante una sesión del mes de septiembre de 2003. "¿Cómo así que vienen con un plan especial de larga distancia? ¿Qué vienen con otro plan para corporados? ¿Cuándo nos vamos a enterar si esto afecta los negocios de los dueños?".
"Eso se los explicamos", replicaron los vicepresidentes de Ola. Sin embargo, al ir a las actas no se encontró ninguna evidencia de ello. Ante tal situación, los ejecutivos replicaron que eso no había quedado en actas, pero que sí estaba en una presentación. Tal presentación, que tenía unas 200 gráficas, se revisó durante toda una noche y por allá se encontró una frase, chiquitica, en la que se decía que es posible diseñar un plan de 30 pesos por minuto. La Junta se sintió asaltada en su buena fe, y aunque calificó de irresponsables a los directivos el plan pioneros de Ola ya no tenía reversa.
Para medir el daño sobre los dueños, Telecomunicaciones de EPM hizo un análisis de los impactos y detectó cifras escandalosas, porque 30 pesos por minuto en larga distancia es la muerte para las Empresas Públicas de Medellín, para la ETB y aún para la misma Telecom. La primera sufre por partida doble. De un lado, porque Ola le muerde mercado de larga distancia a Orbitel. Y del otro, porque también le deteriora el mercado de telefonía local a EPM.
Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, actual Gerente General de las Empresas Públicas, es consciente de esos conflictos de intereses entre firmas de telecomunicaciones del mismo grupo empresarial y dice que quien más puso el grito en el cielo con la tarifa de Ola fue Orbitel. Añade que Telecomunicaciones de EPM aún no registra el cambio del teléfono fijo por el móvil, pero reconoce que sí se siente la competencia de Colombia Móvil en la baja de ritmo en la comercialización de la segunda línea telefónica a nivel residencial.
Mesa sumaba así dos equivocaciones lo suficientemente poderosas como para terminar, con justa causa, su "contrato laboral". De la inconformidad de los dueños dan cuenta dos cartas en las que le llaman la atención por haber incumplido mandatos expresos, tanto en materia de tarifas, como en el salario de él y de los vicepresidentes. La primera carta fue firmada por Edith Cecilia Urrego Herrera, quien reemplazó a Iván Correa Calderón en la gerencia General de EPM, y por Paulo Orozco, presidente de la ETB. La segunda misiva es muchísimo más fuerte, porque resalta que la Junta en pleno no compartía las políticas y censuraba el desconocimiento flagrante a los estatutos y a sus órdenes.
El tema era en extremo delicado. Corría el mes de diciembre de 2003. Ola recién había entrado al mercado y se veía con preocupación una eventual salida del presidente y de su cuerpo directivo. Para evitar traumatismos se diseñó un plan B y se comisionó a un miembro de Junta para que entrara a renegociar con Mesa su remuneración y la de los vicepresidentes, con todo y gabelas.
Mesa, asistido por su Secretario General, Henry Tapieros, no daba su brazo a torcer. Los voceros de la ETB eran partidarios de que se fuera. Los de EPM sostenían la opinión contraria, pues pensaban en el daño que podría sufrir la empresa recién nacida.
A través de Tapieros, el presidente entregó los documentos que sirvieron de base para establecer su salario. Después de más de cinco días de extenuantes negociaciones, lo único que hizo entrar en razón a Mesa fue que había una justa causa para dar por terminado su contrato, porque desconoció la orden de la Junta sobre la manera como se debía firmar.
Mesa asintió. Pidió que le aceptaran el argumento de que siempre había actuado de buena fe. Solicitó que le respetaran sus condiciones y, de manera inteligente, pidió que le recortaran sólo aquello que fuera contrario a la ley.
El ejecutivo hizo un excelente negocio. Después de estar a un paso de quedarse en la calle, logró salvar beneficios como éstos:
1. El contrato pasó de término indefinido a dos años pues, por estatutos, ese es el período del presidente, aunque reelegible por las veces que quiera la Junta. Si se prescinde de los servicios de Mesa, antes de tiempo y sin justa causa, habría que indemnizarle por el término restante para honrar el contrato.
2. El ejecutivo no podía tener la primera opción para adquirir los dos carros comprados por leasing, porque éstos forman parte del patrimonio público y se tienen qué someter a reglas como la declaratoria de desuso y la venta en subasta pública. El vehículo que usa en Medellín es un Volkswagen, de 112 millones de pesos, y el que utiliza en Bogotá es un Mercedes Benz, de 123 millones de pesos.
3. Mesa no probó que en el anterior trabajo gozaba de un seguro de vida de 25.000 dólares. Se estableció que uno de 5.000 dólares era hasta exagerado para su nivel y se acordó una cifra de 4.000 dólares.
4. Los 6 millones de pesos mensuales para arriendo no tenían presentación y se pactó que desde enero de 2004 el directivo pagaría de su salario lo concerniente a su vivienda.
5. También se quedó sin plata para el mercado, o sea los 500.000 pesos mensuales de prima de alimentación.
6. Se acordó adquirir una acción de un club social pero a título corporativo. Es decir, quien llegue a ese cargo de Presidente de Colombia Móvil la disfruta. Los consumos, antes ilimitados para Mesa, ahora tienen un tope de un millón de pesos.
7. No se le aceptaron los 600.000 pesos mensuales para salud prepagada. Se le dijo que se acomodara a un plan con menos de 100.000 pesos. Antes estaba amparado con señora e hijos. Ahora el valor de su familia lo debe cubrir con su salario.
8. También sobrevivieron los 368 millones de pesos anuales que recibiría como incentivo por cumplimiento de indicadores de gestión (equivalente a dos de sus salarios mensuales) y por la obtención de los indicadores de resultados (6 de sus salarios). Esos indicadores aún no están elaborados y en el 2003 la Junta no aprobó bonificación alguna. Primero, porque Ola no entró en octubre, como se había dicho, sino el 18 de noviembre. Y segundo, porque cuando EPM le inyectó más capital a esta empresa de telefonía lo hizo con la promesa de que al final del 2003 se estaría facturando el servicio a 500.000 usuarios, un número que Mesa y los directivos pretendieron hacer bajar después a 400.000, para ganarse el bono.
Una Junta generosa
En medio de todo, los dueños de Colombia Móvil, o sea la ETB y EPM, fueron bastante generosos con Mauricio Mesa, en un ambiente empresarial en el que durante todo ese proceso brilló la ausencia de un personaje clave: aunque a mediados del 2003 EPM seleccionó al auditor interno de Colombia Móvil, de una terna propuesta por la ETB, a finales de diciembre pasado el funcionario no se había posesionado. Esa falta de control interno apenas ahora se intenta corregir, aprovechando una auditoría que un grupo de ocho analistas, de las dos casas matrices, está efectuando.
En Medellín la administración del alcalde Sergio Fajardo ha visto como normal la remuneración del presidente de Colombia Móvil y el gerente General de EPM, Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, se niega a suministrar informes sobre el particular. Su argumento: "No es que yo esté escondiendo absolutamente nada. El problema es que cometería una indelicadeza con la Junta. Hable con quienes asistieron a esa Junta, a ver qué se puede hacer. Yo no voy a entregar una cosa en la que no participé. Eso no es mío, yo no estaba en esa Junta y no me voy a poner a echarle leña al fuego. Eso es como si yo me estuviera robando información. ¿Para hacerla pública con qué sentido? Usted conoce el cuento, pues cuéntelo".
Un miembro de Junta Directiva de Colombia Móvil tuvo una reacción aún más desconcertante. Este diario lo invitó a que escuchara el relato, pero se negó a la confrontación y dijo que prefería leerlo cuando se publicara. Mauricio Mesa, a través de sus voceros, comunicó el jueves que del tema laboral no hablaba. Al día siguiente, se informó que estaba solucionando problemas con la red de Ola y que podía hablar el lunes.
Todo indica que los documentos que Gaviria Gutiérrez protege con tanto celo, y que también atesora su Gerente de Inversiones, Óscar Velásquez Johnson, no tienen en la capital de la República ese manto de estratégico o confidencial que se les pretende dar. Allá, además, el ex contralor Distrital, Juan Antonio Nieto Escalante, ha llamado la atención del alcalde Luis Eduardo Garzón sobre los salarios que pagan en Colombia Móvil, los problemas del servicio y el milimétrico reparto regional de la nómina.
Sobre el primer punto, Nieto le advirtió en una carta a Garzón que "es claro que la puesta en marcha de la nueva empresa trae consigo altas inversiones y gastos ineludibles; sin embargo, es prudente revisar los gastos administrativos actuales, en especial los concernientes a servicios personales asociados a la nómina, que parecen desproporcionados. En efecto sobre una muestra de los contratos individuales de trabajo suscritos por la empresa, se observa que los salarios y bonificaciones pactadas desbordan no sólo las condiciones salariales de altos directivos a nivel nacional sino que incluso pueden llegar a superar los salarios pagados a directivos de empresas del sector privado".