Una de las tantas cualidades por las que se destaca el señor Spielberg, es que siempre busca marcar diferencia entre el resto de sus colegas, claro, si hacemos referencia al solo planteamiento visual y es que esto (para mí) lo hace único dentro de su especie, por lo tanto nunca le veras una escena que se asemeje a otra película que no sea de él, solo EL tiene un sello propio que lo identifica y solo El tiene derecho a remedarse asi mismo, pero de una manera cada vez mas sofisticada.
Asi que me atrevería a decir que Steven Spielberg es el producto Original y los otros vienen siendo sus derivados. ( Si de comparaciones odiosas hablamos)
Ya era hora que este director volviera a lo suyo, a lo que sabe hacer, luego de un merecido descanso que se nota en las muy ligeras: Atrápame si puedes y Terminal, digamos que son productos dirigidos exclusivamente a ese publico que tanto le critica lo que sabe hacer: Cine de entretenimiento con mucha clase.
Y es que La Guerra de los Mundos es una película que tiene como único objetivo: ENTRETENER y por lo tanto su director no se complica la vida en volverse tan trascendental con una historia tan sencilla como es una invasión y ataque de extraterrestre, y aquí no te pone a pensar mucho como lo hizo con la grandiosa I.A. o Sentencia Previa, con la única razón de que no descuides el espectáculo visual del cual nos provee.
Y es que el solo inicio es apabullante, después de presentarnos a sus muy humanos y sencillos personajes, Tom Cruise no es Tom Cruise el héroe, le han dado un papel que dista mucho de los anteriores y eso es un gran punto a su favor, ni que decir de la Dakota Faning y el dramatismo que le imprime a cada escena, y el resto del muy competente elenco, incluyendo hasta los extras, todos han hecho una muy, pero muy buena labor, mi única queja es con el personaje que le dan a Tim Robins, un papel muy corto, desagradecido y poco sustancioso, en donde solo sirve para dar un dato clave y nada mas.
Con todo lo anterior, un toque de expectativa inicial, adornada de un suspenso acojonante, la película empieza su marcha y Steven Spielberg da rienda suelta a lo que bien sabe hacer, y para sorpresa de muchos el director no se toma la molestia de ocultarnos por largo rato a los antagonistas y lo que hace es mostrarlos de una manera explícita no muy característica en él, si nos referimos a la escena donde por primera vez muestra los Trípodes gigantescos, confieso que el Spielberg explícito me tomo por sorpresa, tal vez porque me tenían muy mal acostumbrado.
De ahí en adelante todo es destrucción, pánico y muerte, elementos no muy usuales en este director, y para que estos tres elementos se desarrollen creíblemente, Spìelberg acude a su principal condimento: Los efectos especiales, que sin exagerar, me han parecido Asombrosos y Espectaculares.
Cuando los trípodes empiezan a atacar la ciudad ves a una ciudad “realmente” atacada y no una maqueta destruida, en eso se diferencia Steven Spielberg de sus colegas, porque con cada película que hace se esmera en ser creíble en cada fotograma que elabora.
Pero hay una escena en particular que merece todos los elogios posibles, porque que me dejo plenamente satisfecho y que yo llamaría la escena memorable de la peli, si, esa que paga la boleta de entrada, esa en la que uno se pregunta: ¿Como diablos la hicieron? Y como cosa curiosa en mi, no se trata de una escena que tenga que ver con naves o Ets, se trata mas bien de una escena “al parecer” secuencial (tengo que volverla a analizar), en la que el protagonista huye con su familia en un vehículo mientras la cámara los sigue – los rodea – hace su ingreso dentro del mismo – sale - nuevamente los rodea – se aleja – muestra la autopista y asi continua por alrededor de cuatro minutos, instantes de huida mostradas desde los ángulos mas imposibles, una escena mas en donde Steven Spielberg muestra su genialidad.
Una pelicula grandiosa, de eso no hay duda.
Claro, con sus fallos normales de los que siempre peca mi querido Steven, pero que por mi parte son perdonables.
Asi que me atrevería a decir que Steven Spielberg es el producto Original y los otros vienen siendo sus derivados. ( Si de comparaciones odiosas hablamos)
Ya era hora que este director volviera a lo suyo, a lo que sabe hacer, luego de un merecido descanso que se nota en las muy ligeras: Atrápame si puedes y Terminal, digamos que son productos dirigidos exclusivamente a ese publico que tanto le critica lo que sabe hacer: Cine de entretenimiento con mucha clase.
Y es que La Guerra de los Mundos es una película que tiene como único objetivo: ENTRETENER y por lo tanto su director no se complica la vida en volverse tan trascendental con una historia tan sencilla como es una invasión y ataque de extraterrestre, y aquí no te pone a pensar mucho como lo hizo con la grandiosa I.A. o Sentencia Previa, con la única razón de que no descuides el espectáculo visual del cual nos provee.
Y es que el solo inicio es apabullante, después de presentarnos a sus muy humanos y sencillos personajes, Tom Cruise no es Tom Cruise el héroe, le han dado un papel que dista mucho de los anteriores y eso es un gran punto a su favor, ni que decir de la Dakota Faning y el dramatismo que le imprime a cada escena, y el resto del muy competente elenco, incluyendo hasta los extras, todos han hecho una muy, pero muy buena labor, mi única queja es con el personaje que le dan a Tim Robins, un papel muy corto, desagradecido y poco sustancioso, en donde solo sirve para dar un dato clave y nada mas.
Con todo lo anterior, un toque de expectativa inicial, adornada de un suspenso acojonante, la película empieza su marcha y Steven Spielberg da rienda suelta a lo que bien sabe hacer, y para sorpresa de muchos el director no se toma la molestia de ocultarnos por largo rato a los antagonistas y lo que hace es mostrarlos de una manera explícita no muy característica en él, si nos referimos a la escena donde por primera vez muestra los Trípodes gigantescos, confieso que el Spielberg explícito me tomo por sorpresa, tal vez porque me tenían muy mal acostumbrado.
De ahí en adelante todo es destrucción, pánico y muerte, elementos no muy usuales en este director, y para que estos tres elementos se desarrollen creíblemente, Spìelberg acude a su principal condimento: Los efectos especiales, que sin exagerar, me han parecido Asombrosos y Espectaculares.
Cuando los trípodes empiezan a atacar la ciudad ves a una ciudad “realmente” atacada y no una maqueta destruida, en eso se diferencia Steven Spielberg de sus colegas, porque con cada película que hace se esmera en ser creíble en cada fotograma que elabora.
Pero hay una escena en particular que merece todos los elogios posibles, porque que me dejo plenamente satisfecho y que yo llamaría la escena memorable de la peli, si, esa que paga la boleta de entrada, esa en la que uno se pregunta: ¿Como diablos la hicieron? Y como cosa curiosa en mi, no se trata de una escena que tenga que ver con naves o Ets, se trata mas bien de una escena “al parecer” secuencial (tengo que volverla a analizar), en la que el protagonista huye con su familia en un vehículo mientras la cámara los sigue – los rodea – hace su ingreso dentro del mismo – sale - nuevamente los rodea – se aleja – muestra la autopista y asi continua por alrededor de cuatro minutos, instantes de huida mostradas desde los ángulos mas imposibles, una escena mas en donde Steven Spielberg muestra su genialidad.
Una pelicula grandiosa, de eso no hay duda.
Claro, con sus fallos normales de los que siempre peca mi querido Steven, pero que por mi parte son perdonables.