El Rincón del Vago es uno de los pocos sitios web que no solo han logrado sobrevivir 13 años en internet, sino aumentar su
tráfico año a año. De la mano de France Telecom, hace poco llegó a la histórica suma de dos millones de visitantes únicos diarios. Es el paraíso de los holgazanes.
El 21 de febrero de 1998, Javier Castellanos y Miguel Ángel Rodero, dos jóvenes de Salamanca, España, lanzaron en internet un sitio en el que pedían a los aún tímidos cibernautas de la época que enviaran sus exámenes, apuntes y trabajos de colegio para que otros pudieran beneficiarse de ello. Lo bautizaron El Rincón del Vago y en poco tiempo, por el voz a voz, comenzó a ganar adeptos en el mundo de habla hispana.
Semanas atrás ellos, que eran graduados de Finanzas de la Universidad de Salamanca y estudiantes de Informática en la Pontificia, debían entregar un trabajo sobre el aborto para una clase de Religión que no les interesaba. Además pensaban que hacer trabajos para la universidad era rescribir lo que otros ya habían producido. Lo primero que se les ocurrió fue revisar en internet si alguien ya había hecho algo similar. Y aunque no encontraron respuesta en ese momento, se tropezaron con la idea que les cambiaría la vida. Sin pensarlo dos veces, colgaron seis trabajos universitarios suyos "disponibles para los interesados", al tiempo que invitaban a otros a hacer lo mismo, bajo el lema de "no hay que perder el tiempo en algo que ya está hecho".Todo esto sucedió en la prehistoria de internet, cuando el buscador más importante era Altavista, Wikipedia no existía y Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, era un colegial de 14 años.
Hoy, luego de 13 años en el negocio, El Rincón del Vago sigue siendo un referente para estudiantes de 75 países. El promedio actual es de 1.800.000 visitantes únicos al día, con un aumento del tráfico de 29 por ciento cada año. "Yo he hecho varias tareas con la ayuda de ese sitio. Tienen mucha información", señala Laura Valentina, de 13 años, estudiante de octavo grado en México, uno de los países que más reportan tráfico a esta página, luego de España y Colombia. Solo en los primeros 15 días de septiembre, en el país hubo 5.500.000 visitas, desde Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Fundación. Los usuarios ya son de una segunda generación. "Hace poco nos escribía desde California un chaval de unos 11 años que acude a la página porque a su mamá la sacó de más de un apuro en su época de estudiante", dijo a SEMANA Ángel Luis Benito, gerente de contenido del portal.
En El Rincón hay 81.000 documentos en línea entre trabajos, reseñas de libros, exámenes y apuntes de clase. Pero esos números aumentan con cada hora que pasa. "Ahora mismo estamos subiendo 10.000 más", señala Benito. Cada día reciben setenta documentos nuevos.
Vistas desde la perspectiva de negocios, esas cifras representan una hazaña pues no solo lograron sobrevivir a la explosión de la burbuja de las punto com, sino que hoy siguen creciendo a pesar de competencia fuerte como Wikipedia y Google. Javier Castellanos señala que el éxito del portal ha sido absoluto desde el comienzo, tal vez porque fueron los pioneros. Al principio los servidores colapsaban por tanto tráfico y a ellos les tocaba poner de sus ahorros para arreglar el problema. "No teníamos dinero", dice. Por eso, para crecer tuvieron que venderle a France Telecom, empresa que vio su potencial de negocio. Gracias a ese apoyo han podido invertir en recursos técnicos y contar con el músculo de ventas para llegar a marcas importantes interesadas en el público objetivo, que son personas entre 10 y 30 años. Ellos poco hablan de números pero se rumora que un banner en este portal puede costar hasta un millón de dólares. Gracias a ello, El Rincón se sostiene con publicidad y los usuarios no pagan un centavo por el servicio.
La mejor parte del negocio con France Telecom es que Castellanos y Rodero, junto a otras seis personas más, siguen haciendo el trabajo de siempre, sin interferencias de la multinacional, en la misma oficina donde todo comenzó. "Es como si nunca nos hubieran comprado pero con las ventajas de poder crecer". Ya han desarrollado aplicaciones para dispositivos móviles y han creado una especie de red social con Mi Rincón, que pretende reproducir el aula de clase para que los usuarios se mantengan conectados con sus pares.
Pero otros asocian su nombre al fenómeno del copy-paste, una versión moderna del plagio que se disparó gracias a la facilidad de encontrar información en internet. Al principio les llegaban cartas y mensajes electrónicos en los que les decían que eran una amenaza para la educación. Y en varias oportunidades hubo revuelo cuando se conoció que personalidades citaban El Rincón para trabajos serios. Solo basta recordar el incidente del concejal César Diago, quien presentó un proyecto de acuerdo en el que se citaba el sitio. Otro escándalo similar se desató en Argentina cuando un juez recurrió al portal para la fórmula del trinitrotolueno o TNT. Ambos asuntos llegaron a las primeras planas de los periódicos en las que los académicos afirmaban que recurrir El Rincón del Vago denotaba carencia de conocimiento. Cuando los creadores de la página fueron entrevistados sobre el tema, dijeron con desparpajo: "Lo importante es que la información sea correcta. Y está correcta. ¿Qué más da de dónde la has sacado?", dijo Javier a los medios, en esa oportunidad.
Para Javier, el nombre El Rincón del Vago "es puro 'marketing'. Si le hubiéramos puesto Apuntesonline sería más serio pero muy aburrido". Para ellos, en El Rincón pasa lo mismo que sucedería en un corredor de un colegio en el que se encuentran dos estudiantes que intercambian apuntes, trabajos, resúmenes de libros, solo que aquí sucede a una escala global y a través de internet. "Antes, tú ibas a la biblioteca y sacabas un párrafo de cada uno de los cinco libros que pedías y los pegabas, y tenías tu trabajo. Nosotros ahora le facilitamos las cosas a la gente", añade. De los cientos de documentos que reciben a diario seleccionan los más útiles, comprueban la autoría y los clasifican. No garantizan que la información sea correcta porque solo sirven de mediadores. Gran parte del contenido es creado por estudiantes para estudiantes. "Al fin y al cabo la colaboración es la base del progreso humano", dice. Algunos catedráticos lo usan porque prefieren dejar sus apuntes en El Rincón, ya que por esta vía llegan más pronto a los alumnos que si los dejan en la fotocopiadora de la universidad. También ofrecen exámenes de todas las asignaturas, desde inglés hasta geología. Y aunque ellos no son muy fanáticos de la lectura, ya han publicado nueve títulos sobre diferentes temas de la educación: Internet para vagos, Matemáticas para vagos, etcétera.
Últimamente las críticas se han vuelto menos comunes y han aumentado los elogios y las condecoraciones. Han sido padrinos de promoción del colegio y son profesores de máster de la Universidad de Salamanca. Han recibido premios, como el Ibest, el Óscar de los sitios de internet, y el de la mejor empresa de base tecnológica que otorga la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León. Además, las empresas privadas los invitan a hablar sobre redes sociales y con frecuencia van a foros y seminarios especializados en tecnología, donde opinan sobre ese tema. Para Javier, todo esto es señal de que la gente hoy está más familiarizada con el uso de internet para consultar información.
Pero no debería estar tan seguro. Pablo Arrieta, profesor de la Universidad de los Andes y de la Javeriana, no ve ninguna hazaña en El Rincón, pues "un sitio para vagos es como un sitio para pornografía, siempre va a tener adeptos", dice. El docente explica que mientras Wikipedia es una enciclopedia hecha entre todos, El Rincón es un sitio para hacer trampa entre todos, "donde alguien se lucra cada vez que los estudiantes hacen clic". Y para él, lo más triste es que de todas las posibilidades que ofrece la red para obtener respuestas y conocimiento, los jóvenes de hoy prefieran El Rincón del Vago, donde todo ya está masticado. "Fomenta a los estudiantes promedio".
Arrieta piensa que la culpa no es de internet sino del sistema educativo, que no ha estado a la altura de los cambios tecnológicos, porque los profesores siguen pidiendo las mismas respuestas de los alumnos -las cuales se encuentran en sitios como este- cuando podrían fomentar más la creatividad de los estudiantes al formularles tareas diferentes o al calificar los procesos de conocimiento y no solo el resultado. Lo curioso es que Castellanos está de acuerdo con él. Dice que no tiene sentido memorizar la tabla periódica de los elementos cuando esto se puede consultar en Google desde un teléfono celular. Piensa que los docentes deben poner más énfasis en explicar los conceptos y en cultivar la creatividad. "La educación tiene que cambiar -dice-. El día que nadie entre a El Rincón del Vago será porque esto habrá sucedido".
Semanas atrás ellos, que eran graduados de Finanzas de la Universidad de Salamanca y estudiantes de Informática en la Pontificia, debían entregar un trabajo sobre el aborto para una clase de Religión que no les interesaba. Además pensaban que hacer trabajos para la universidad era rescribir lo que otros ya habían producido. Lo primero que se les ocurrió fue revisar en internet si alguien ya había hecho algo similar. Y aunque no encontraron respuesta en ese momento, se tropezaron con la idea que les cambiaría la vida. Sin pensarlo dos veces, colgaron seis trabajos universitarios suyos "disponibles para los interesados", al tiempo que invitaban a otros a hacer lo mismo, bajo el lema de "no hay que perder el tiempo en algo que ya está hecho".Todo esto sucedió en la prehistoria de internet, cuando el buscador más importante era Altavista, Wikipedia no existía y Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, era un colegial de 14 años.
Hoy, luego de 13 años en el negocio, El Rincón del Vago sigue siendo un referente para estudiantes de 75 países. El promedio actual es de 1.800.000 visitantes únicos al día, con un aumento del tráfico de 29 por ciento cada año. "Yo he hecho varias tareas con la ayuda de ese sitio. Tienen mucha información", señala Laura Valentina, de 13 años, estudiante de octavo grado en México, uno de los países que más reportan tráfico a esta página, luego de España y Colombia. Solo en los primeros 15 días de septiembre, en el país hubo 5.500.000 visitas, desde Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Fundación. Los usuarios ya son de una segunda generación. "Hace poco nos escribía desde California un chaval de unos 11 años que acude a la página porque a su mamá la sacó de más de un apuro en su época de estudiante", dijo a SEMANA Ángel Luis Benito, gerente de contenido del portal.
En El Rincón hay 81.000 documentos en línea entre trabajos, reseñas de libros, exámenes y apuntes de clase. Pero esos números aumentan con cada hora que pasa. "Ahora mismo estamos subiendo 10.000 más", señala Benito. Cada día reciben setenta documentos nuevos.
Vistas desde la perspectiva de negocios, esas cifras representan una hazaña pues no solo lograron sobrevivir a la explosión de la burbuja de las punto com, sino que hoy siguen creciendo a pesar de competencia fuerte como Wikipedia y Google. Javier Castellanos señala que el éxito del portal ha sido absoluto desde el comienzo, tal vez porque fueron los pioneros. Al principio los servidores colapsaban por tanto tráfico y a ellos les tocaba poner de sus ahorros para arreglar el problema. "No teníamos dinero", dice. Por eso, para crecer tuvieron que venderle a France Telecom, empresa que vio su potencial de negocio. Gracias a ese apoyo han podido invertir en recursos técnicos y contar con el músculo de ventas para llegar a marcas importantes interesadas en el público objetivo, que son personas entre 10 y 30 años. Ellos poco hablan de números pero se rumora que un banner en este portal puede costar hasta un millón de dólares. Gracias a ello, El Rincón se sostiene con publicidad y los usuarios no pagan un centavo por el servicio.
La mejor parte del negocio con France Telecom es que Castellanos y Rodero, junto a otras seis personas más, siguen haciendo el trabajo de siempre, sin interferencias de la multinacional, en la misma oficina donde todo comenzó. "Es como si nunca nos hubieran comprado pero con las ventajas de poder crecer". Ya han desarrollado aplicaciones para dispositivos móviles y han creado una especie de red social con Mi Rincón, que pretende reproducir el aula de clase para que los usuarios se mantengan conectados con sus pares.
Pero otros asocian su nombre al fenómeno del copy-paste, una versión moderna del plagio que se disparó gracias a la facilidad de encontrar información en internet. Al principio les llegaban cartas y mensajes electrónicos en los que les decían que eran una amenaza para la educación. Y en varias oportunidades hubo revuelo cuando se conoció que personalidades citaban El Rincón para trabajos serios. Solo basta recordar el incidente del concejal César Diago, quien presentó un proyecto de acuerdo en el que se citaba el sitio. Otro escándalo similar se desató en Argentina cuando un juez recurrió al portal para la fórmula del trinitrotolueno o TNT. Ambos asuntos llegaron a las primeras planas de los periódicos en las que los académicos afirmaban que recurrir El Rincón del Vago denotaba carencia de conocimiento. Cuando los creadores de la página fueron entrevistados sobre el tema, dijeron con desparpajo: "Lo importante es que la información sea correcta. Y está correcta. ¿Qué más da de dónde la has sacado?", dijo Javier a los medios, en esa oportunidad.
Para Javier, el nombre El Rincón del Vago "es puro 'marketing'. Si le hubiéramos puesto Apuntesonline sería más serio pero muy aburrido". Para ellos, en El Rincón pasa lo mismo que sucedería en un corredor de un colegio en el que se encuentran dos estudiantes que intercambian apuntes, trabajos, resúmenes de libros, solo que aquí sucede a una escala global y a través de internet. "Antes, tú ibas a la biblioteca y sacabas un párrafo de cada uno de los cinco libros que pedías y los pegabas, y tenías tu trabajo. Nosotros ahora le facilitamos las cosas a la gente", añade. De los cientos de documentos que reciben a diario seleccionan los más útiles, comprueban la autoría y los clasifican. No garantizan que la información sea correcta porque solo sirven de mediadores. Gran parte del contenido es creado por estudiantes para estudiantes. "Al fin y al cabo la colaboración es la base del progreso humano", dice. Algunos catedráticos lo usan porque prefieren dejar sus apuntes en El Rincón, ya que por esta vía llegan más pronto a los alumnos que si los dejan en la fotocopiadora de la universidad. También ofrecen exámenes de todas las asignaturas, desde inglés hasta geología. Y aunque ellos no son muy fanáticos de la lectura, ya han publicado nueve títulos sobre diferentes temas de la educación: Internet para vagos, Matemáticas para vagos, etcétera.
Últimamente las críticas se han vuelto menos comunes y han aumentado los elogios y las condecoraciones. Han sido padrinos de promoción del colegio y son profesores de máster de la Universidad de Salamanca. Han recibido premios, como el Ibest, el Óscar de los sitios de internet, y el de la mejor empresa de base tecnológica que otorga la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León. Además, las empresas privadas los invitan a hablar sobre redes sociales y con frecuencia van a foros y seminarios especializados en tecnología, donde opinan sobre ese tema. Para Javier, todo esto es señal de que la gente hoy está más familiarizada con el uso de internet para consultar información.
Pero no debería estar tan seguro. Pablo Arrieta, profesor de la Universidad de los Andes y de la Javeriana, no ve ninguna hazaña en El Rincón, pues "un sitio para vagos es como un sitio para pornografía, siempre va a tener adeptos", dice. El docente explica que mientras Wikipedia es una enciclopedia hecha entre todos, El Rincón es un sitio para hacer trampa entre todos, "donde alguien se lucra cada vez que los estudiantes hacen clic". Y para él, lo más triste es que de todas las posibilidades que ofrece la red para obtener respuestas y conocimiento, los jóvenes de hoy prefieran El Rincón del Vago, donde todo ya está masticado. "Fomenta a los estudiantes promedio".
Arrieta piensa que la culpa no es de internet sino del sistema educativo, que no ha estado a la altura de los cambios tecnológicos, porque los profesores siguen pidiendo las mismas respuestas de los alumnos -las cuales se encuentran en sitios como este- cuando podrían fomentar más la creatividad de los estudiantes al formularles tareas diferentes o al calificar los procesos de conocimiento y no solo el resultado. Lo curioso es que Castellanos está de acuerdo con él. Dice que no tiene sentido memorizar la tabla periódica de los elementos cuando esto se puede consultar en Google desde un teléfono celular. Piensa que los docentes deben poner más énfasis en explicar los conceptos y en cultivar la creatividad. "La educación tiene que cambiar -dice-. El día que nadie entre a El Rincón del Vago será porque esto habrá sucedido".
Fuente: Semana.com