Chascos de la vida real

squalll

Lanero Reconocido
27 Dic 2005
134
Busque algun sitio donde postear lo que me paso ayer y como no encontre ningun foro, entonces abro este para que aqui dejemos consignadas todos esos "Chascos" a veces graciosos a veces no tanto, este es un espacio para desahogarse y para reirse un rato o para aconsejar a aquel que necesite consejo sobre su chasco personal.
:p
 
Bueno comienzo yo

Ayer por la noche cogi un taxi para la tadeo, que normalmente me cuesta unos 5000 pesos la carrera (del restrepo a la tadeo)

Y cuando llegue a la universidad me dice el taxista:

Taxista: Son 6400 joven :bandido:
yo(con mi billete de 5K listo): Uhy espereme un momentico :confused: ,con monedas y todo reuni 6300 - señor, solo tengo 6300, me rebaja los 100?? -
Taxista: uhy no por que donde no lleve el producido completo me joden es a mi :S
yo: Bueno, -le pase un billete de 50k -
taxista: uhy no tiene los 6400 sencillos
yo: >D no señor le acabo de decir que tengo 6300, si quiere valla y cambie el billete yo aqui lo espero
taxista: :( ya vengo (por idiota y no aceptarme los 6300)
yo: bueno fresco
..........18 minutos despues............
Taxista piedro: mire aqui estan sus vueltas
yo: bueno bien.....pero señor....este billete de 2000 esta falso :enojado:
taxista: uhy no me di cuenta, pues dejemos asi por lo que me toco ir a cambiar el billete :bandido: (que ampon el man, me queria ver la cara de idiota)
yo: no señor, que pena con usted pero es su responsabilidad tener cambio para billetes de cualquier denominacion.
taxista: ahy ahora le pide peras al olmo (????? taxista agresivo, utiliza bocablos que no domina) :enojado: yo no se usted vera donde mete ese billete
yo: :cansado: aja, pues si, yo de aqui no me bajo hasta que usted no me de los 2000 pesos que me faltan (todo por 100 pesos vida hij....)
taxista: a hijue***** vida ya vengo ( y se va trotando pa donde cambio el billete)

........10 minutos despues..........

Taxista mamado: no sabe que, deme los 6300 -sera perderle-
yo: :confused: bueno, deme el billete de 50k y tome los 6300 pesos
taxista: listo, (casi me quita un dedo con todo y plata)
Luego me bajo del taxi, y me doy cuenta que en la silla llacia deslumbrante una moneda de 500 que se me habia caido sin que yo me dieracuenta :ko: no puede ser juep.... tanto tiempo perdido por 1000 pesos y estaba sentado encima de 500

asi que recojo los 500 pesos, me los hecho al bolsillo. y le doy un portazo al taxi, que se alejo rapidamente mientras el taxista proferia un conocido insulto contra mi madre a todo pulmon
jejeje a mi me parecio muy chistoso en medio de todo, me rei mucho del taxista y por lo menos hizo un poquito de ejercicio trotando desde la 24 hasta la 19 jejejeje espero que posteen sus chascos:)
 
Ayer en fotojapon de galerias me mande a tomar unas fotos para el pase, preferi tomarmelas con camara digital porque puedo elegir la que quiero (pa no quedar con los ojos entrecerrados o algo asi) y ademas salen de una. La primera foto no me gusto, asi que le dije a la muchacha que me tomara otra, la tomo, la segunta quedo torcida asi que le dije que por favor me tomara otra, y la muchacha respondio (de mala gana) "para que se va a tomar otra si siempre va a salir igual" a lo que respondi "que pena pero la foto no me gusto, por favor tomeme otra, por eso elegi pagar este servicio" y de mala gana cojio la camara de nuevo pero esta vez la alejo y la inclino (de pura mierd...coles) con tan mala suerte para ella que la foto salio bien, tal vez la foto en la que mejor he quedado en mi vida.

Mi hermano tambien se tomo las fotos y cuando las vimos impresas ya nos dimos cuesnta que la señorita habia mandado a imprimir una en la que habia quedado torcido, nos quejamos y la vieja dijo "ya las imprimi, ya que" asi que pedimos hablar con el administrador y este nos dijo "ahi esta bien" (obviamente no era asi, estaba completamente torcido) entonces le dijimos que esa no era la foto que elejimos para imprimir y nos dijeron "siempre va a salir igual en las fotos, llevense esas" el tipo ya se habie empu...puesto bravo y seguia argumentando que no era culpa de ellos. Al final no imprimieron otras, no nos devolvieron la plata y perdieron a toda una familia como clientes (y talvez uno que otro lanero y sus conocidos :p). Al salir vimos otro chuso y entramos, las fotos salieron mas baratas e imprimieron la que elejimos :).
 
Estaba yo solo en el apto, mas desparchado que un berraco, me dió por verme una peliculita (xxx) luego me dió por m@sturbarme y de repente entra mi novia y me pilla con el instrumento en la mano.

Inicialmente se le sale una sonrisa de oreja a oreja que luego cambia a cara de puño cuando se da cuenta que el motivo de mi "líbido" eran las viejas en pelota del tv.

Nunca pude entender el motivo de su reacción porque si yo la hubiera pillado en esas me hubiera unido a la acción.

De todas maneras fué algo incómoda la situación.
 
monoxid con gente como usted tan sincera creo en la civilizacion humana.
a mi tambien me paso una vez con mi mujer....que carajos sera algo que le deja la adolescencia a uno.
 
♣Eltu Khan♣ dijo:
Ayer en fotojapon de galerias me mande a tomar unas fotos para el pase, preferi tomarmelas con camara digital porque puedo elegir la que quiero (pa no quedar con los ojos entrecerrados o algo asi) y ademas salen de una. La primera foto no me gusto, asi que le dije a la muchacha que me tomara otra, la tomo, la segunta quedo torcida asi que le dije que por favor me tomara otra, y la muchacha respondio (de mala gana) "para que se va a tomar otra si siempre va a salir igual" a lo que respondi "que pena pero la foto no me gusto, por favor tomeme otra, por eso elegi pagar este servicio" y de mala gana cojio la camara de nuevo pero esta vez la alejo y la inclino (de pura mierd...coles) con tan mala suerte para ella que la foto salio bien, tal vez la foto en la que mejor he quedado en mi vida.

Mi hermano tambien se tomo las fotos y cuando las vimos impresas ya nos dimos cuesnta que la señorita habia mandado a imprimir una en la que habia quedado torcido, nos quejamos y la vieja dijo "ya las imprimi, ya que" asi que pedimos hablar con el administrador y este nos dijo "ahi esta bien" (obviamente no era asi, estaba completamente torcido) entonces le dijimos que esa no era la foto que elejimos para imprimir y nos dijeron "siempre va a salir igual en las fotos, llevense esas" el tipo ya se habie empu...puesto bravo y seguia argumentando que no era culpa de ellos. Al final no imprimieron otras, no nos devolvieron la plata y perdieron a toda una familia como clientes (y talvez uno que otro lanero y sus conocidos :p). Al salir vimos otro chuso y entramos, las fotos salieron mas baratas e imprimieron la que elejimos :).
A mi alguna vez en fotojapon de la 45 con 30 (mejor fotochambon) fui a mandar revelar un rollo de diapositivas para una presentacion en la Universidad, llegue a las 9am y se supone que el servicio es de 1 hora... entonces yo volvi a las 10:15am y me dijo la señorita que habia un problema y que se demoraba una hora mas :cansado: bueno me fui para la casa y a las 11:30 volvi de nuevo y la señorita me dijo que aun no estaban, yo ya estaba de mal genio pero bueno me devolvi para la casa y de nuevo a esperar :chino: luego a las 12:30 volvi de nuevo ya con cara de puño y la señorita me dice que aun no estan y que espere unos 15 minutos :jaguar: yo me puse a esperar ya de MUY mal genio.... despues de los 15 minutos llega la señorita con un rollo nuevo y un vale para un revelado y me lo da :muerto: :jaguar: ::pirata:: :llamas: y simplemente me dice se dañaron sus fotos tenga un rollo nuevo y un vale...

YO ME FUI TAN ENFURECIDO (con hp:p) para la casa y me entre a la pagina de fotojapon, alli tome todos los emails que tenian, desde el webmaster hasta los gerentes de todos los puntos y les envie un email bastante agresivo pero no grosero :) contando toda la situacion y listando cada uno de los valores empresariales que listaban en la pagina sumados a la "mision" y "vision".... el resultado: a la hora me estaba llamando la niña que me atendio pidiendome mil perdones y diciendome que habia recuperado algunas de mis fotos :)

juanmagargamel dijo:
monoxid dijo:
Estaba yo solo en el apto, mas desparchado que un berraco, me dió por verme una peliculita (xxx) luego me dió por m@sturbarme y de repente entra mi novia y me pilla con el instrumento en la mano.

Inicialmente se le sale una sonrisa de oreja a oreja que luego cambia a cara de puño cuando se da cuenta que el motivo de mi "líbido" eran las viejas en pelota del tv.

Nunca pude entender el motivo de su reacción porque si yo la hubiera pillado en esas me hubiera unido a la acción.

De todas maneras fué algo incómoda la situación.
monoxid con gente como usted tan sincera creo en la civilizacion humana.
a mi tambien me paso una vez con mi mujer....que carajos sera algo que le deja la adolescencia a uno.
Jajaja si es verdad.... creo que yo no podia ser tan sincero en un foro :calma:

C.F.
 
jejeje que bueno que esten dejando sus chascos para pasar un rato agradable
Les contare otro que me paso hace unos años

Cuando recien entre a la universidad conoci a una niña muy bonita (se parecia a pilar smith) no posteo fotos para que nunca se sepa quien era la vieja esa, por lo menos no aqui

Pues comence a hablar con ella, era muy linda y parecia que yo le gustaba, lo unico que pesaba era que ella tenia mucha $$$$ y yo mas bien soy vaciado de profesion :(, pero bueno con todo y eso como al mes de conocernos nos cuadramos y todo estaba muy bien hasta que un mes despues una de las amigas de la universidad de ella se me acerco y me dijo que tenia algo que mostrarme, que si podiamos salir por la tarde,....y pues yo vi eso como muy sospechoso y le dije claro si va fulanita (osea mi novia en ese momento)

la amiga me dijo, "nooooo es que es algo relacionado con ella" :alien: what do you talking about....pues vamos por la tarde no le digas nada a fulanita, que tengo que mostrarte algo muy importante

asi que cuando ya estaba saliendo de la universidad, me di cuenta que la amiga de fulanita me esperaba afuera en su carro y decidi subirme, me llevo a uno de los bares de la 82, y oh sorpresa cuando veo a mi linda noviecita de 17 añitos con un man de unos 50 años ahi manociandose y besandose

no quise ver mas, me sali, la amiga de fulanita se salio tambien y me abrazo...loca la vieja por que yo ni la conocia,...en todo caso casi se me salen las lagrimas de la piedra tan hij...., fuimos a otro sitio con la amiga de fulanita, y ella me conto que mi novia era PREPAGO...ahhhhhhhh que susto....que asco.....y la vieja cobraba como 500K por su "compañia"

al otro dia le termine y nunca le dije por que, ella duro como un año jodiendo y diciendo que si volviamos, que por que estaba muy enferma y solo queria pasar sus ultimos años de vida conmigo (pura shit, por que no estaba enferma ni nada), eventualmente desaparecio, tambien la hecharon de la unversidad por mal rendimiento, y no volvi a hablar con ella, a veces me la encuentro pero ya ni nos saludamos

Hoy en dia me hace gracia la historia, y pues le agradezco mucho a la amiga de fulanita por que de no haberme contado quien sabe q tan lejos habria llegado con esa pu****

Que chasco noo??:cool:
 
alejo_id dijo:
hubiera seguido con ella, se habria vuelto su manejador y en este momento estaria lleno de plata...

jajajajaja ahorita andaria en el supercarro, anillos de oro, cadenas de oro y todo los ajuares de los que hacen eso jejeje

Prefiero estar pobre (no he podido ni comprarme mi moto por que no me dan credoto :().....pero eso si con la mujer que amo=)
 
jeje yo tengo uno buenisimo que me paso hace 15 años...

fui a USA hace años a acompañar a mi hermano y padres para un tratamiento para el ASMA d emi hermano.. luego de varias idas para lo mismo pues mi papa nos dijo un dia.. listo nos vamos pa Disney...jeje uno con 12 años... el sueño de la vida...

Bueno luego de hacer los recorridos de los parques y todo aun nos quedaba un dia libre y decidimos repetir parque.. pues yo escogi EPCOT Center y mi hermano DisneyWorld, conmigo se fue un amigo para EPCOT y mi hermano y papa para el otro, yo siempre fui un poco gordito y en esa epoca estaba en dieta ppor un problema de colesterol, al promediar las 2pm sin almuerzo y patoneando como loco nuevo pues le dije al amigo de mi papa (tambien medico como el) que me dejara comerme un Perrito caliente ... luego de rogar y rogar pues me dejo y me dijo que sin decirle a nadie.. pues por lo de la dieta... yo todo feliz me pongo a hacer mi fila en la caseta para el hot-dog..

Luego de 30 minutos de Fila (eran como 60 personas comprando) me toco el turno pedi mi hot-dog (salchicha y pan ya que alla uno le pone solo salsitas y pepinillos en una barra) pase a la barrita para poner las salsas y listo.. yo si me di cuenta que el cartoncito donde entregaban el perro caliente tenia dos partes y la gente cojia una y lo tapaba y se iba.. pero uno de ignorante..

cuando termino de poner salsas me dirijo donde estaba el amigo de mi papa feliz con mi perro y mi gaseosa, con mi perro en la mano feliz... cuando veo que se le transforma la cara al medico amigo y yo que me paro y cuando siento una gaviota se me lleva el perro caliente de las manos sin poder reaccionar.. ademas del susto solte la gaseosa al piso...

La risa de la gente fue interminable y ni que hablar de la pena y la verguenza.. resulta que la otra parte del carton era para tapar el perro paera que las gaviotas no vieran la comida y pasara lo que me paso... pero yo como niño bueno vuelvo con mi frente en alto a hacer la fila y luego de 20 minutos de fila al llegar a la ventanita la persona que atiende la cierra y pone el letrero CLOSED...

Termine almorzando un vaso grandisimo de crispetas y un vaso de agua...

aaaaa vida H.P..

jeje es algo que ahopra lo comentamos en la familia y a conocidos y mucha gente nome lo cree.
 
jajaja estuvo muy bueno el del perro caliente, ami me habria pasado lo mismo...

RojoX en cuanto a lo de la foto no la pongo por que la vieja ahorita estudia en una universidad muy reconocida donde seguro estudian algunos laneros, y pues no me gustaria que miraran mal a la vieja, lo unico que le digo esque una vez salio en una propaganda de pespi twist jejeje
 
mmm pues no es que la miren exactamente mal, jeje sino que si hablarian de la vieja y pues que tal ya halla dejado esa vida, me parece algo gracioso para contar, pero pues nada mas :)
 
squalll dijo:
mmm pues no es que la miren exactamente mal, jeje sino que si hablarian de la vieja y pues que tal ya halla dejado esa vida, me parece algo gracioso para contar, pero pues nada mas :)
se puede hablar de negocios.....si quiere envieme por MP los datos ;)
 
:muerto: :S que asco de chasco

Bueno como nadie mas ha contado nada aqui va otro chasquito

Sali de la casa de mi novia a eso de las 2:00 am, muerto del sueño y con clase de 7 al otro dia :ko: , cogi un colectivito de esos asquerosos que van por la primero de mayo, y me sente en dos sillas a la vez (por que soy bastante grande y no quepo en los colectivos), en la silla de enfrente, venia una negra que ocupaba las dos sillas pero por lo obesa y pues no le preste la menor importancia y me acomode escuchando musica mientras tantio

Avanzadas unas calles en dicho colectivo, empiezo a notar que la vieja me miraba con mucha insistencia al punto de llegar a ser muy incomodo, yo por evitar miraba hacia el frente, hasta el momento en que note que la vieja se movia de una forma un poco extraña en la silla,:eek:gro: que le pasa a esta loca (pense), asi que decidi mirar que era la joda y la mire un momento, pues oh cuando me doy cuanta que la vieja llevaba la mano metida entre el jean el cual habia desapuntado y estaba ahi *********************andose, sin quitarme la mirada de encima, solo para cerrar los ojos e inclinar la cabeza hacia atras (que asco quien sabe que se andaba imaginando):S la vieja esa

al borde del vomito no aguante mas y me baje muy lejos de mi casa y preferi caminar que ver ese esppectaculo tan grotesco

guacala
 
Bueno muchachos aqui les posteo la historia,que escribio un amigo de la universidad relatando su historia en su paso momentaneo por una estacion de policia,es bastante larga pero muy entretenida:



Todo comenzó a las dos de la mañana de un domingo, cuando una patrulla de Policía llegó a una tienda donde estaban peleando dos grupos de jóvenes. Julián, uno de mis mejores amigos, que nada tenía que ver en el asunto, resultó detenido. En ese momento, en un arranque de valentía y a la vez estupidez, me subí a la camioneta Luv, que hacía de patrulla, dispuesto a acompañarlo en su desventura.

Junto con nosotros, también detuvieron a otros dos jóvenes. Uno era de aproximadamente 19 años, dijo llamarse Andrés, llevaba el cabello en forma de cresta, tenía los ojos verdes y vestía una chaqueta naranja, jean oscuro con grandes rotos en las rodillas y unas zapatillas que no necesitaban cordones. El otro, Orlando, que al igual que yo venía por pura amistad, parecía ser más decente, o al menos a mi parecer tenía mejor apariencia: cabello negro crespo engominado, nariz grande, ojos oscuros y vestía camiseta azul, jean claro y tenis OP. Julián y yo no los conocíamos, pero ellos tampoco habían estado nunca en una cárcel, por lo cual convinimos en que si nos metían al calabozo estaríamos los cuatro juntos.

Cuando llegamos a la estación de policía de San Fernando, ubicada en el noroccidente de Bogotá, un oficial obeso, alto, de cara gruesa, de un solo empujón me bajó del platón de la patrulla.
-Chino camine. Entre rápido a la estación- me ordenó, a la vez que cogía bruscamente mi brazo derecho con sus manos regordetas.
- ¿Qué le pasa?, ¿Por qué me pega?, yo puedo ir solo-, le respondí alterado,- mire me daño la chaqueta.
- Usted qué cree, que esta en su casa-, me reclamó el agente.
- No, en mi casa me tratan bien.

Estas palabras acabaron de enfurecerlo. Me empujó lo más fuerte que pudo contra una de las paredes del lugar. Tal sería la fuerza con que me arrojó, que un escritorio que veía muy lejos, ahora estaba a escasos centímetros de mí. En el escritorio se encontraba otro policía, que al igual que el que me trajo, era gordo, pero más viejo.

-Pelado, cálmese y no haga más bochinche-, me dijo el veterano agente.
- Pero es que si me trae pegándome, cómo quiere que no-, manifesté.
-Bueno ya, simplemente quédese quieto y siéntese.
- No me quiero sentar.
- Ah bueno, no se siente-. La actitud bonachona de este policía me tranquilizó un poco, me callé y esperé a que llegaran los demás.

Una vez todos filados contra la pared a donde anteriormente me habían empujado, el policía nos pidió las cédulas y en una libreta de cartón empezó a escribir nuestros nombres. Luego nos ordenó que nos quitáramos el cinturón y los cordones de los zapatos, advirtiéndonos que esos instrumentos no los podíamos meter a la celda porque nos podían ahorcar con ellos. Al oír al agente explicarnos eso me aterré mucho y le dije a Julián que hiciera algo para poder irnos. Mi amigo, mucho más asustado que yo, sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón y llamó a su casa para pedir ayuda a sus padres. Su cara mirando hacia abajo y moviéndose de lado a lado en forma de negación, me anticipó la respuesta: “mi mamá no va a venir. Dice que yo ya soy mayor de edad y que tengo que responder por mis actos”, me contó Julián. No había de otra, me tocaba ahora llamar a mí para que nos sacarán. Pensando que mi mamá podría hacer algo, cogí el celular y temblando marqué el número telefónico de mi casa.

-Aló, mamá.
-Aló mijo, ¿qué pasó?-, preguntó mi madre con voz asustada. Era lógico, pues si suena el teléfono a las dos de la mañana es porque algo pasa.
-No ma, es que se estaban peleando unos manes en la tienda, entonces llegó la policía y nos llevó a Julián y a mi a la estación-, le conté, intentando aclararle desde ese momento que yo no había hecho nada.
-¿Y quiere que vaya?
-Claro ma, no ve que como que nos van a llevar a la UPJ
-Ya voy para allá-, respondió mi progenitora.

Apenas terminé de hablar, el viejo policía que estaba en el escritorio mencionó mi nombre. Me pidió los objetos de valor, pues él luego no podía hacerse responsable de las cosas que no le entregara en ese instante. Le di mi celular y el reloj que me habían regalado de grado. Anotó en su libreta las cosas que me había quitado y después me solicitó que me hiciera contra la pared con las manos arriba, para poder requisarme. Mientras me requisaba, voltee a mirar a la izquierda, y no muy lejos de mí estaba sentado un señor de unos 40 años con la cabeza desgonzada sobre los hombros, seguramente por la borrachera en la que se encontraba.

En seguida el policía llamó uno a uno a mis compañeros y realizó la misma operación. En mi mente solo existía la esperanza de que para cuando el oficial acabara de llenar los trámites para meternos al calabazo, ya hubiera llegado mi mamá. Está ilusión no duró mucho; al rato el agente nos pidió que nos paráramos y estuviéramos listos porque ya nos iba a entrar. “Métalos rápido comando, que aquí caben muchos más. Es que así se nos quita el frío, ja, ja, ja”, dijo jocosamente una voz aguda de hombre que provenía de lo que seguramente era la celda: una puerta negra, enrejada hasta la mitad, ubicada al lado izquierdo del escritorio del policía, y que seguida de un corredor de unos dos metros sin ningún tipo de iluminación, conducían hacia otro enrejado que era la puerta de una especie de cuarto a donde metían a todos los detenidos.

El oficial abrió la primera puerta, yo a la cabeza de la fila india que nos pidió que hiciéramos para ingresar a este sitio, estaba más asustado que nunca, creo que me temblaba hasta el pelo. Atravesamos la entrada y al dar mi primer paso sin culpa pisé la pierna de alguien. Era de una mujer que se encontraba acostada en el suelo. Ahora sí tenía entendido por qué había dos puertas. Esta zona en la que estábamos, que poseía un área no mayor a los dos metros de ancho por dos de largo y tres de alto, era el sitio que correspondía a las mujeres detenidas.

No tuve tiempo de pedirle disculpas a la mujer, pues el policía inmediatamente procedió a abrir el siguiente enrejado de barrotes negros y ordenó que nos metiéramos. Luego, el agente cerró la celda y se fue. Al momento, un joven que estaba peinado hacia el lado, con un mechón como el de Alf, nos dio la bienvenida: “Ya están en mi fantasía, porque esto parece eso, una de mis fantasías”.

La tortuga ninja al cuidado de las ratas

El olor era insoportable, el más fuerte que había aspirado en toda mi vida. Un hedor nauseabundo producto del sudor, la orina, la ******************, el humo de cigarrillo, la marihuana y el bazuco, hacia que, aunque llevara dos minutos en la celda, deseará nunca haber entrado. La oscuridad también era total, solo un pequeño haz de luz aparecía por la entrada, lo cual no me dejaba observar bien el lugar donde estaba. Lo único que podía ver era que las baldosas de las paredes eran blancas como las que utilizan en los baños, y que las del piso eran del mismo color, pero tenían puntitos negros.

Los cuatro nuevos detenidos estábamos colocados todos juntos cerca de la entrada. Como no había mucho que hacer los cuatro nos dedicamos a hablar con la otra gente que estaba cerca.

-¿Qué horas son?-, le dije para romper el hielo al preso que estaba más cerca de mí, un hombre de aproximadamente treinta años, cabello corto negro y bigote mal afeitado, que no le había dejado su reloj al agente.
-Falta un cuarto para las tres-, respondió el hombre, que tenía una camisa blanca y encima de ésta un chaleco reflector naranja, como los que usan los motociclistas.
-¿A usted por qué lo metieron?-, pregunté en seguida.
- Salimos del trabajo y nos fuimos con dos amigos a tomar cerveza. Cuando llevábamos varias polas a uno de nosotros le dio por orinar en una esquina. Una cucha se dio cuenta y empezó a regañarlo. Todos empezamos a reírnos porque esa vieja hablaba muy chistoso. De puros salados pasó una moto de Policía, entonces la señora esa nos embaló con ellos y de una nos trajeron con todo y bicicletas-, me contó señalando a la persona por la que los habían traído, un hombre que seguramente tenía la misma edad de mi interlocutor y que estaba tirado en el piso durmiendo debido a la borrachera.
- ¿Y por esa pendejada los trajeron?-, pregunté sorprendido.
-Sí. El comando nos contó que el nuevo código de Policía tiene más de 800 faltas, entonces que lo que habían eran cosas para inculparnos-, respondió y luego, sin decir nada, se fue hacia el baño.

Voltee hacia donde estaban Andrés y Orlando, que se encontraban hablando con el que nos había dado la bienvenida, el del mechón de Alf. Éste, vestido de chaqueta y pantalón de jean, también les estaba contando porqué lo habían apresado. “Venía en un carro con varios amigos, entonces nos cerró un man de un Corsa. El que iba manejando hizo lo mismo y casi nos estrellamos con él. En un semáforo me bajé a reclamarle, -les explicaba el que dijo llamarse Alejandro-. Luego ese man se bajó todo alevoso a pelear. Yo de una saqué mi reata y le di un chapazo en la espalda. Resulto que él era de la Cruz Roja. Hizo una actuación total por ese pequeño golpecito. Llamó una ambulancia y luego a la Policía, que me detuvo ahí al lado del Cafam de la Floresta”.

Después de varias historias escuchadas, pensé que estas personas eran iguales a mí, gente común y corriente, en su mayoría arrestados por faltas menores. El momento de reflexión fue interrumpido cuando llegó uno de los policías a la celda.
-¿Quién es Edison Monroy?-, preguntó el policía catano.
-Yo-, Respondí en seguida.
- Acá está una tal Luz Polanía y dice ser su madre-, tomo un respiró y prosiguió- ¿Quiere que le dé sus cosas?
-Sí-, dije ilusionado, pues creí que mi mamá podía hacer algo para sacarme, pero no fue así. Los policías le dijeron que yo ya era mayor de edad y que mi suerte solo dependía de lo que quisiera hacer la teniente. Luego la despidieron y le indicaron que volviera a las nueve, que a esa hora seguramente ya estaría definida mi situación.

Pasados varios minutos, cuando intentaba conciliar el sueño, sonó un golpe contra el piso. Luego, escuché una algarabía que procedía de los policías. Me paré asustado y miré hacia la entrada. Solo pude distinguir la mitad del cuerpo de un agente que se movía de lado a lado como si estuviera dándole patadas a algo. Maldiciendo el agente decía: “viejo, yo le dije que se estuviera calmado. Así se veía mejor”. Posteriormente, a empujones metieron a la celda al mismo señor que había visto al lado del escritorio cuando me requisaron. De grandes anteojos, cabello canoso y parado, se había despertado de su borrachera dispuesto a pegarle a los policías, pero no lo logró y el que resultó golpeado fue él.

Cuando lo entraron, prendieron la luz. El bombillo que quedaba en la mitad de la celda me dio la claridad que necesitaba para que por fin pudiera observar bien el lugar donde estaba, los 10 metros cuadrados más que no sabía que existían. Enfrente a mi había un pequeño cuarto, y a la derecha de este seguían dos entradas de pequeñas secciones en donde se encontraban los orinales. En frente del segundo orinal, otro cuarto destinado para más reclusos. Con la luz prendida ya no me dio miedo ir al baño, me paré y sin mirar a nadie fui directo al hueco en donde estaba. El olor asqueroso de toda la celda se intensificaba en esta zona. Además, ya adentro había un solo charco de orina, puesto que la parte donde había que depositarla ya estaba a tope. También, muchas manchas de ****************** se encontraban por todas las paredes. Parecía que en esta estación nunca hicieran aseo. La inmundicia y el hedor repugnante del lugar me hacía sentir como si estuviera viviendo como una rata: entre mugre y desperdicios.

Cuando me devolví al lugar donde estaba, me empezó a doler el estomago. Era un nuevo infortunio, los frijoles que me comí en el almuerzo y la comida, empezaban a hacer su efecto. Me senté, agache mi cabeza e intente hacerme el dormido. Aguantaba y aguantaba para que ningún gas se fuera a escapar o aún peor, que me dieran ganas de poposear. “¡Ni por el *************** iba a cagar acá!”, pensaba. Dejé de aguantar, ya no soporte más. Al momento, un pequeño gas con sonido salió de mí. Julián y los otros que estaban cerca de mí solo se rieron y durante otro rato se burlaron. El pedo no olió a nada, o al menos eso me pareció, lo más seguro es que se haya confundido con el hedor del sitio.

Después, cuando el dolor se había ido de mi estomago, llegó un nuevo agente, tenía un pasamontañas y gafas. “Parece una tortuga ninja”, dijo el del chaleco reflector. El policia nos confirmó nuevamente que nuestras madres se habían marchado porque la teniente era la única que nos podía sacar y ésta sólo llegaría hasta las nueve. Por las próximas horas él nos cuidaría. Los demás policías se habían ido a comer y a tomar algo. Le pregunte si nos iban a llevar a la UPJ y me respondió que lo más posible era que no, debido a que no había boletas para hacer los trámites.

A las cuatro de la mañana ya no había más de que hablar, ni nadie con quien hacerlo, pues todos estaban intentando dormir. El silencio era el nuevo rey del lugar. Cuando yo también intentaba conciliar el sueño abrieron la celda de mujeres, una nueva detenida había llegado. La vi, era de estatura media, cabello largo castaño y ojos oscuros, muy grandes. Entro al lugar sonriente, me saludó y luego hizo lo mismo con los demás. “¿Quién de ustedes me quiere más? ¿Cuál es el más macho?, el que es, que se me venga que yo lo atiendo,- decía la nueva residente del sitio-. Ah, no es ninguno. Partida de ******************s, mejor me duermo”. Al decir esto, se desplomó en el suelo y empezó a roncar. Como a la media hora, se despertó y a gritos le pidió al policía que la sacara porqué tenía ganas de ir al baño. El agente de pasamontañas la dejo salir y cuando ella dio el primer paso afuera de la celda, empezó a insultarlo. Al rato, sin que nadie le hubiera hecho ni dicho nada, con mucha fuerza se dejó caer para atrás. Sólo escuché el totazo, sorprendido me paré. La otra mujer que estaba en la celda se levanto, miró lo que pasó y nos contó que a la loca, como la califico ella, le salía mucha sangre de la cabeza, y que además estaba inconsciente. A los pocos minutos sonó la sirena de una ambulancia que se la llevó directo al hospital. “Quien sabe que se fumó esa chica”, exclamó la que ahora volvía a ser la única mujer detenida.

Arriando ganado

A las seis de la mañana, cuando ya había amanecido, se empezaron a despertar los presos. De los cuartos salieron unas diez personas más. Cuatro de ellos empezaron a gritarles a los agentes que los soltaran porque ya habían cumplido las 24 horas de arresto. Al rato vino el policía de pasamontañas y les aseguró que a las ocho y media saldrían los primeros. Estos cuatro si se notaba que eran habitantes de la calle, ya que el tono del habla, al igual que sus vestimentas tan sucias, los delataba.
-Si ve marico, por usted nos trajeron y ahora no nos quieren sacar. Yo le dije que no nos fuéramos a bañar, que todavía aguantábamos dos días más-, dijo uno de los ñeros, uno calvo, con bigote como el de cantinflas y de ropa con rotos por todos lados.
-Parce, yo que culpa tengo de que los tiras (policías) pasaran por ahí. Eso le pasa a uno por limpio. Donde estuviéramos robando ahí si no nos cogen-, le replicó el otro, uno alto, de saco verde y con gorra que decía “adodas” en el frente, imitando el logotipo de Adiddas.

Al rato salieron otros dos apresados, a estos tampoco los había visto. El uno era flaco y no muy alto, tenía una gorra negra, ojos saltones oscuros y nariz pequeña. El otro tenía un aspecto muy parecido, lo más probable es que fueran familiares. Uno de ellos, el de los ojos saltones, me preguntó si los policías habían dicho si nos iban a llevar a la UPJ. Le respondí que no sabía nada, pero que había escuchado que no había boletas para hacer el traspaso.

Más tarde, cuando el reloj marcaba las ocho de la mañana, un policía que nunca había visto, tal vez porque hubo cambio de guardia minutos antes, preguntó por Julián. Luego abrió la celda y le dijo a mi amigo que ya podía salir. Yo me fui detrás de él pero cuando fui a atravesar el enrejado, el oficial ya lo había cerrado.
-¿Por qué no me deja salir?, Yo vine a acompañarlo a él-, le indagué al policía.
- No sé chino, los duros solo hablaron por éste-, me dijo el agente señalando a Julián.
-Yo no me voy sin él-, expresó mi amigo.
- Ah bueno, entonces se quedan los dos-, respondió de nuevo el agente.
- Julián, más bien váyase e intente sacarme rápido desde allá- le dije, esperanzado en que si salía él, al rato yo también estaría afuera. Julián dudó, pero luego pidió sus cosas y se fue del lugar.

Pasó una hora y yo aún seguía en la celda, por lo cual mi paciencia empezó a acabarse. Me reprochaba a mí mismo, pensaba el porqué estaba aquí. Si yo no hubiera acompañado a Julián, si me hubiera ido temprano para la casa como me recomendó otro amigo, es más si no hubiera ido a la fiesta pues estaba muy cansado del entrenamiento de fútbol, no estaría acá, pensaba. Pero como decía un tío mío, el “hubiera” y los “casis” no existen, así que hay que afrontar los sucesos que pasaban en ese instante.

Al rato me trajeron algo de comer, unas empanadas y un kumis. Deduje que esto me lo trajo Julián u otra persona que no era mi madre, ya que ella casi nunca me da kumis. Toda la comida la compartí, no por buen samaritano, sino porque todavía tenía un poco de dolor de estomago.
-Ya son las nueve, nos tiene que sacar-, le gritó a un policía el joven de cresta llamado Andrés.
-Paila pelado. La teniente todavía no llega-, respondió el agente

Pasó una hora más. La resignación se apoderó de mí. Pensaba que Julián me había dejado botado y que por eso pasaría todo el día aquí. En ese momento, llegó el policía que ahora estaba a cargo de todos los detenidos y nos dijo que nos dejaría un rato afuera para que tomáramos el sol. Abrió la celda y como al ganado, nos condujo hacia un corral improvisado. Simplemente habían armado un cuadrado con vallas blancas y verdes, como las que utilizan en los conciertos para retener a la gente. “Se me mantienen tranquilitos dentro del corral. Al que se salga sin permiso le clavamos más horas”, advirtió el agente.

Respirar algo de aire puro me hizo sentir un poco de felicidad. Además, desde ese lugar podía ver la entrada a la estación en donde estaban mi mamá, Julián y los papas de él, que me recordaban que yo no estaba solo, que varias personas me querían afuera. Pero estas pequeñas alegrías se aplacaron rápidamente cuando habló uno de los detenidos, el hermano del de los ojos saltones, que nos advirtió lo que iba a pasar. “Eso es que nos van a llevar a la ratonera, por ahí a las once llega la nevera que nos arrastra hasta allá”, dijo el preso, haciendo referencia a la Van policial que se encarga de estas funciones.

La nevera ardiente

A las doce del día llego la van, que como todo lo de la Policía, era de color blanco y verde. Dos agentes estaban encargados de hacer las boletas para poder llevarnos. En esos papeles rosados especificaban el delito y la hora en la cual la persona era arrestada. Quién sabe que habrán escrito en la mía, si yo no hice nada. Lo único que podía pensar era en cual sería la falta por la cual me inculparían.

De las 21 personas que estábamos en el corral dejaron a cuatro: a la única mujer y a otros tres indigentes que no se podían ni mover. A los otros 17 nos montaron en el vehículo policial. A seis los montaron esposados unos con otros en la parte de adelante. Esa zona tenía ventanas y sillas, y era la parte más cómoda en el vehículo. En un principio me iban a meter ahí, pero cuando don Víctor, el papá de Julián, renegó por la forma en que nos esposaban, me cambiaron de lugar. En el segmento de atrás de la Van, adecuado para máximo seis o siete personas, me metieron a mí junto con los diez restantes.

Con el cupo más que completo la van arrancó rumbo a la UPJ. Donde yo estaba no había ventilación alguna por lo cual el olor horrendo de la celda volvió a hacerse presente. Era una ironía, en la nevera, como le dicen a la van policial, el calor empezó a ser insoportable. El conductor iba de afán, o al menos eso parecía. No le importaba coger huecos, pero a nosotros sí nos afectaba. Cada vez que pasaba por encima de uno de ellos nos hacia saltar, pegarnos sin culpa entre nosotros y apretujarnos más.

La van paró y parqueó en frente de un edifico, ya habíamos llegado a la UPJ, un lugar al que en un fin de semana llegan más de 1000 detenidos procedentes de todas las estaciones de la ciudad. Esperé ansioso a que nos bajaran, ya no soportaba más ese calor y olor tan feos. No abrieron ninguna puerta, puesto que un camión en el que al menos iban 50 personas provenientes de Ciudad Bolívar también acababa de llegar, y ellos tienen la prioridad para entrar más rápido a ésta unidad. Luego nos avisaron que hasta las dos de la tarde nos meterían, debido a que a la una los agentes tienen el receso para almorzar.

-Una hora y media más acá. No, ya no puedo más-, dije alterado en voz alta
-Monito cálmese. Fúmese un poquito que esto lo deja sano- , me manifestó uno de los indigentes que estaba enfrente, mientras me ofrecía un poco del bazuco que tenía prendido en su mano derecha.
-No, gracias hermano, yo no le doy a eso-, le dije lo más decente que pude, asustado pero procurando que no se pusiera bravo.
-No se asuste monito, no le voy a hacer nada-, me respondió, seguramente por la cara que le hice.-Eso es bueno que los metan a ustedes, para que se den cuenta como es que nos tratan y después intente hacer algo-, concluyó el mismo indigente.

Cuando volvieron los policías a la van, nos abrieron la puerta y pude ver que mi papá ya había llegado. Él es abogado, así que creí que las posibilidades de salir aumentaban. “Pa, dígale a esta gente que vaya a coger ladrones y me suelte a mí”, le dije y en ese instante uno de los policías me miró mal y manifestó que ya iba a cerrar la puerta. “Mono toca que controle esa boquita, no sea que nos pase algo peor por su culpa”, me advirtió otro de los indigentes, o habitantes de la calle, como les dicen respetuosamente los policías.

La salida

De un momento a otro la van arrancó y se dirigió hacia un gran portón naranja que hacía de entrada del edificio de la UPJ. Apenas nos metieron, divisé un gran patio al que precedían dos grandes bodegas en ladrillo, con tejas naranjas y puertas en metal. De nuevo, como en la estación, nos condujeron a un corral improvisado. Había que esperar a que terminaran de meter a las bodegas a las personas que faltaba de Ciudad Bolívar.

Las nubes con amago de lluvia se fueron y ahora un sol picante brillaba en el cielo. Por esta razón nos dejaron ir a la sombra. En ese mismo momento sonó una voz preguntando por mí, por Andrés, por su amigo Duque y por Alejandro.
-Yo soy Edison Monroy-, dije al escuchar mi nombre.
-Mire, yo soy el teniente Cruz, subcomandante de la UPJ-, me dijo un hombre de aparentes treinta años, de estatura media y contextura delgada. Luego prosiguió.- Cuénteme qué fue lo que pasó, ¿por qué está aquí?
-Estábamos tomando con unos amigos, entonces otra gente empezó a pelearse y llegó la Policía, pero se equivocaron porque nos llevó fue a nosotros-, le explique.
- A bueno, ahora sólo tranquilícense que ya van a salir de acá.
-¿En cuánto tiempo?-, pregunté ansioso
-No lo sé. Lo que se demoren en los trámites. Igual no les va a pasar nada porque ya están bajo mi custodia y yo sé todo lo que sucede-, concluyó el oficial.

Pasada una media hora ya estábamos dentro de una de las bodegas listos para una nueva requisa. Uno por uno nos hicieron meter a un pequeño cuarto en el que un señor con tapabocas, le ordenaba a uno quitarse toda la ropa y que hiciera dos sentadillas, para verificar que no se traía ningún arma, droga u otra cosa prohibida.

Luego, a los cuatro que hablamos con el teniente Cruz nos llevaron a lo que en la UPJ llaman playa alta. Como en un conocido reallity, la UPJ está dividía en tres zonas: playa baja, media y alta. La primera es una bodega completa, en donde meten a casi todos los hombres que llegan al lugar y en la cual, me contaban los indigentes, si uno no está bien acompañado, lo roban o lo violan. Playa media es una bodega más chica, ubicada al lado de donde a uno lo requisan. Ahí llevan a los hombres que están próximos a salir. La mejor era playa alta, donde yo estaba. El lugar no era muy grande, por ahí unos 20 metros de largo por cinco de ancho. En esta zona, había dos pequeñas celdas de rejas naranjas que no ocupaban ni la mitad del salón. En una metían a los travestís y en la otra a los hombres que habían sido recomendados, como nosotros. El resto del lugar era para las mujeres. De estas no había más de 15, lo cual confirmaba que las mujeres o son menos corruptas que los hombres, o es que se dejan pillar menos fácil.

En esta zona solo estuvimos como diez minutos, puesto que Cruz llegó para sacarnos. Una señora regordeta de cabello rojo me hizo firmar un libro verde donde registran a los detenidos. “Edison Monroy, 18 años, estación de San Fernando, hora de entrada: 02:00, hora de salida: 17:00”, decía la hoja de orden de salida.

-Teniente, ¿estos muchachos por qué se van tan rápido?-, preguntó la gorda pelirroja a Cruz.
-Órdenes de arriba. La mamá de uno de estos es fiscal y otro es pariente de alguien de la presidencia-, le explicó el oficial.

Al otro día me enteré que lo dicho por Cruz no era verdad. Lo que pasaba era que los padres de los otros tres que iban conmigo, Andrés y los otros, habían pagado una suma cercana a los 100.000 pesos para que los dejaran salir libres. Y por mí, había hablado un tío de Julián, que había sido miembro de la guardia presidencial.

Ya con una cara de felicidad que no me quitaría nadie, me dirigí hacia la salida, no sin antes pensar que la justicia en Colombia es muy endeble, que tenemos un cuerpo policial que es igual o peor de corrupto a los ladrones que persiguen, que el sistema carcelario no es correctivo ni preventivo y que, lo más importante, es mucha gente inocente la que termina pagando los errores de los demás.
 
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