La gama de productos PLC PowerLine de D-Link es, sin ningún género de duda, una opción muy interesante para resolver los problemas de cobertura de nuestra red WiFi, sobre todo en rincones o zonas difíciles.
Su funcionamiento es realmente simple: utilizamos dos o más adaptadores, enchufamos uno de ellos al router y el otro lo conectamos al enchufe de la habitación o zona de la casa en la que queramos utilizar la conexión a Internet. De esta frase tan sencilla se desprenden un montón de posibilidades.
Vamos a imaginar que nos encontramos en una casa de dos plantas, el router está en la superior y nosotros estamos en la cocina en la planta inferior. Los obstáculos y la distancia hacen que la señal de nuestra red WiFi llegue muy débil y no podamos, por ejemplo, escuchar música con nuestro smartphone conectado a Internet mientras cocinamos.
¿Cómo podemos solucionarlo? Muy sencillo, con dos PLC PowerLine. Conectamos uno al router y otro a un enchufe de la cocina y voilá, recibiremos una señal perfecta y podremos disfrutar de unas velocidades muy elevadas. Sí, hablamos de 200 Mbps a 500 Mbps, dependiendo del modelo que utilicemos.
Pero lo mejor es que, como ya habréis imaginado, podemos mover los PLC PowerLine por la casa, adaptándolos a nuestras necesidades, lo que sin duda ofrece mucho juego y los convierte en un producto muy interesante, sobre todo si tenemos en cuenta que tienen precios de partida bastante económicos.
Así, y a modo de ejemplo, podemos recomendaros el kit DHP-311 AV, que incluye dos adaptadores con velocidades de 200 Mbps por 29,50 euros.
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