Microsoft presentó el Xbox One el martes y, aunque todavía no tiene una fecha oficial de lanzamiento, se sabe que tendrá que competir con el PlayStation 4.
En primer lugar, y tal vez más importante para los compradores, están los precios. Aunque todavía no se sabe exactamente cuanto costarán estas consolas, Gamestop señaló que esta generación tendrá un menor precio que la del Xbox 360 y PS3 cuando salieron.
En cuanto a componentes, el PS4 y Xbox One son casi iguales. Según información difundida a la prensa especializada, ambos aparatos cuentan con lector Blu-ray y procesadores de 8 núcleos AMD Jaguar con una velocidad tope estimada en 1.6GHz.
Si bien las dos máquinas contienen memorias RAM de 8GB, la consola de Sony toma ventaja al utilizar una memoria GDDR5 que corre hasta una velocidad de 5.500MHz, mientras que la del Xbox One (la DDR3) solo alcanza los 2.133MHz.
El nuevo Xbox tendrá 500 GB de almacenamiento no removibles, aunque el espacio podrá ser aumentado usando discos duros externos conectados mediante puertos USB 3.0. Por su parte, Sony aún no comparte cuánto almacenamiento tendrá el PS4.
Otra novedad es que ambas marcas rediseñaron sus mandos. El DualShock 4 mantiene su sensor de movimiento y añade una pequeña pantalla táctil, así como un botón de ‘Share’ (Compartir). Mientras tanto, el mando de Xbox ha cambiado el pad direccional para ser más cómodo.
En cuestión a los sistemas de reconocimiento de movimiento, Sony ha mejorado PlayStation Eye con una cámara de doble lente. Microsoft, por su parte, incluyó en su nueva consola una versión más avanzada del Kinect (con una cámara con resolución 1080p y de 30 FPS) que será necesaria para el funcionamiento del sistema.
Solo Xbox One tendrá sintonizador de TDT
Por último, en el aspecto de la retrocompatibilidad, el PS4 utilizará Gakai, un servicio basado en la nube, para permitir a sus usuarios jugar juegos de consolas anteriores mediante streaming, lo que implicará una necesidad de tener una conexión de Internet rápida. Por su parte, el Xbox One no aceptará juegos de Xbox ni Xbox 360.
Si bien es cierto que la información continúa siendo limitada en algunos aspectos, y que sus fabricantes no han revelado por completo sus especificaciones, eso no cambia el hecho de que ambas consolas deberán enfrentarse en el mercado (léase “arrancarse los ojos”), y que los usuarios necesitan saber hasta el más mínimo detalle para determinar en dónde van a colocar su dinero. Por más que a Sony y a Microsoft les desagrade la idea, la Xbox One y la PlayStation 4 tienen hasta aquí más puntos en común que diferencias, al menos en lo que se refiere a hardware.
La presentación de la nueva consola de Microsoft tomó por asalto a Web, generando comentarios positivos y críticas de toda clase. Algunas personas querían ver más sobre juegos (después de todo, los juegos son el reactivo limitante de la consola), pero no debemos perder de vista el detalle de que Microsoft dividió en dos el lanzamiento de la Xbox One. Lo que se vio ayer no es otra cosa más que la primera parte, y para conocer el resto, inevitablemente habrá que esperar hasta la E3. Nada demasiado grave, si tenemos en cuenta que también hay que esperar a que la PlayStation 4 haga acto de presencia.
Los rumores se han quedado sin combustible, y Microsoft está haciendo todo lo posible para despejar dudas... aunque debería esforzarse un poco más. El conflicto sobre la “cuota para juegos usados” tuvo a un vicepresidente corporativo chocando de lleno con representantes del canal oficial de Xbox en Twitter, hasta que Larry Hryb, director de programación en Xbox Live, debió desactivar lo que podría haberse convertido en una catástrofe de relaciones públicas, y aún así, lo hizo parcialmente. Hablar de “escenarios potenciales” y hacer cierto énfasis sobre la necesidad de “ingresar” a Xbox Live con nuestras cuentas nos hace pensar en varias teorías. Tal vez no haya que pagar dos veces un juego, pero es probable que las licencias estén vinculadas a cada cuenta.
Aunque podemos seguir especulando sobre funciones, compatibilidad, derechos de reventa, cuentas y conectividad, lo que nos reúne aquí es el hardware de esta nueva generación de consolas. No quiero parecer injusto con la Wii U, pero los tiempos de Nintendo fueron muy diferentes, y todos los indicadores apuntan a que su consola se encuentra en una situación muy delicada. Por lo tanto, el “intercambio de golpes” parece estar limitado a la PlayStation 4 y la Xbox One. Tal y como lo revela el cuadro más arriba, las especificaciones son similares. Aunque en ambas plataformas podemos encontrar la mano de AMD, Microsoft ha mantenido la fuga de detalles al mínimo. Sabemos que las partes de la Xbox One son hechas a medida, y de acuerdo a Redmond, la nueva consola tiene “ocho veces el poder gráfico” de la Xbox 360. Si obedecemos a los números, el chip Xenos en la Xbox 360 alcanza los 240 GFlops. Multiplicados por ocho nos da 1.920 GFlops, un rendimiento cercano al que posee la reciente Radeon HD 7790, aunque otras interpretaciones colocan al vídeo de la Xbox One por debajo de una HD 7850.
Otro punto de discusión se encuentra en la capacidad de almacenamiento. Si la Xbox One busca ser una plataforma multimedia completa que cubra todas las necesidades del usuarios (y por qué no, de su familia), un disco duro de 500 GB parece inadecuado para la tarea. Además, Microsoft ha dicho que el disco duro no se puede retirar ni reemplazar. Imagino que debe haber más de uno con un destornillador en la mano queriendo poner eso a prueba, pero Redmond fue tajante. La presencia de puertos USB 3.0 debería hacer sencillo el proceso de conectar unidades externas, pero a menos que Redmond haya descubierto un equivalente al elixir de la vida eterna para los discos duros, el no poder reemplazar la unidad es una mala idea. Esto nos lleva al punto de la conectividad: La Xbox One no requiere una conexión constante a la Web, pero sí requiere una conexión. En otras palabras, Microsoft quiere que uses la nube. Por el lado de Sony, sabemos que el disco de la PS4 "será grande", pero creo que no deberían apuntar a nada por debajo de un terabyte.
Para finalizar, algo que ya sospechábamos: La retrocompatibilidad en la Xbox One es cero. Algunas funciones de Xbox Live seguirán estando allí cuando un usuario se conecte con la Xbox One, pero en materia de juegos, será mejor que sigas dejando un lugar para tu Xbox 360. Los cambios de arquitectura son complicados, y los títulos desarrollados para plataformas anteriores suelen pagar el precio más alto. Sony dijo que algunos títulos de PS3 estarán disponibles en línea para la PS4 (aún sabiendo eso, coloqué "no" en el cuadro para retrocompatibilidad), pero Microsoft no tiene intenciones de hacer eso, y no hay emulación que valga. Iremos incorporando más información a medida que la recibamos. Duele admitirlo, pero el hardware en esta nueva generación de consolas ha pasado a un segundo plano. Juegos, conectividad y funciones sociales son los factores que probablemente determinen el destino de estas dos consolas.
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