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La Ciencia y los libros sagrados - Decimosexta parte
EL UNIVERSO ENVEJECE, PERO SE REGENERA (continuación)
El artículo ¿La evolución viola las leyes de la Termodinámica? nos da más luces sobre el asunto:
EL CREADOR SUPERA A SU CREACIÓN
El pastor Ureña, en cambio, habla de una "ley de causa y efecto", que es el sexto principio de la verdad contemplado en el Kybalión, texto francmasón escrito probablemente por el abogado ocultista estadounidense William Walker Atkinson a finales del siglo XIX, con base en los principios herméticos, atribuidos al sabio egipcio de la época pre-faraónica Hermes Trimegisto, considerado como el padre de la alquimia. cLos Siete Principios de la Verdad son un conjunto de creencias filosóficas y religiosas que generó varias escuelas esotéricas, entre ellas la Metafísica y la Orden Rosacruz. El sexto principio de la verdad del hermetismo reza así: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley. Casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causación, pero nada se escapa a la ley". Parece que Ureña se sale del cristianismo apocalíptico que profesa (este pastor no ahorra esfuerzos para encender los ánimos y arrastrar al mundo a su fin) y se mete en terrenos del ocultismo para argumentar que sólo Dios pudo originar el Big Bang. Y al hacerlo, entra en contradicción consigo mismo, pues si Dios creó al universo a través del Big Bang, no pudo haber creado al universo de forma acabada como lo aseguró en su artículo sobre la Primera Ley de la Termodinámica. Esta ley de causa y efecto me recuerda el libro La Revolución de Bel, publicado en 1.950 por el místico colombiano y fundador del movimiento gnóstico latinoamericano Samael Aun Weor. Este movimiento, aunque no está relacionado en forma alguna con el gnosticismo histórico, tiene claros fundamentos en algunas ideas de sectas gnósticas del cristianismo primitivo, así como de la metafísica y otras escuelas místicos. En el capítulo 18 (El Milenio) del libro mencionado, Samael dice:
No vamos a decir que Ureña es un masón escondido bajo una máscara de pastor cristiano. Quizás él se remonta a los primeros siglos de la iglesia cristiana, cuando los textos de Hermes gozaban de gran autoridad entre los doctores cristianos. O quizás Ureña confunde la ley de causa y efecto con la Tercera Ley de Newton o Ley de Acción y Reacción, promulgada en 1.687 por el alquimista, físico, filósofo y matemático arrianista inglés Isaac Newton, padre de la Mecánica Clásica, y que dice que "las fuerzas siempre se presentan en pares de igual magnitud y sentido opuesto y están situadas sobre la misma recta".
Si Ureña se refiere a la ley física, está totalmente desfasado en su pretensión. Tengamos en cuenta que la física newtoniana del siglo XVII no tiene nada que ver con la Teoría del Big Bang, que es un modelo dentro de la Teoría General de la Relatividad formulada por Einstein en el siglo XX. Como ejemplo de la diferencia entre ambas explicaciones del universo, puedo decir que mientras Newton considera la gravedad como una fuerza de atracción entre los cuerpos celestes, Einstein explica la gravedad como una consecuencia de la curvatura del universo. El modelo que dio sustento a la Teoría del Big Bang, fue desarrollado por el físico y astrónomo ucraniano George Gamow, pionero del desarrollo de la Teoría Cuántica de la Radiactividad. Su modelo, de 1.948, predijo la radiación de fondo de microondas, cuyo descubrimiento accidental en 1.964 por parte de los ganadores del Nobel, el físico judío alemán Arno Allan Penzias, y el físico estadounidense Robert Woodrow Wilson, fue la principal demostración de que la Teoría del Big Bang es correcta.
No se pueden mezclar peras con papas, no podemos tratar de explicar una Teoría fundamentada en la Relatividad con una Ley newtoniana. Ahora bien, si Ureña en realidad se refiere al sexto principio de la verdad del hermetismo, la forma como lo aplica está profundamente equivocada. Mirémoslo de este modo: si la forma como el pastor Ureña aplica este principio fuese correcta, entonces deberíamos decir que la humanidad es cada generación más estúpida, o para ser más exactos, un poco menos inteligente que la anterior, pues la causa (los padres) será siempre más inteligente que el efecto (los hijos). De igual forma, el conocimiento que se transmite de generación en generación es cada vez menor, pues la causa (el maestro) siempre será mayor que el efecto (el alumno), por lo que jamás el hijo superará al padre ni el alumno al maestro y, en consecuencia, el hombre —como especie— está abocado a convertirse en… ¡simio! Ureña nos ha planteado una teoría lineal de evolución inversa, en la que la especie se degrada progresivamente a un nivel de desarrollo cerebral inferior.
EL CHECKLIST DE LA CREACIÓN
¿VISIBILIDAD O DENSIDAD?
El que algo no sea visible, no significa que no sea físico. No son visibles las amebas, a menos que utilicemos un microscopio, pero son entidades físicas biológicas. No se pueden ver las bacterias, a menos que utilicemos microscopios electrónicos, pero mucho antes que dichos microscopios electrónicos se inventaran, ya el químico católico francés Louis Pasteur, padre de la microbiología, había hablado de microorganismos responsables de la descomposición de los alimentos y de las infecciones de las heridas. Pasteur nunca vio un virus, pero inventó las vacunas. La bomba atómica, primera prueba de laboratorio hecha en la Tierra que demostró que la Teoría de la Relatividad estaba en lo cierto al afirmar que la masa puede transformarse en energía, mostró al mundo los efectos de la fisión de los átomos; es decir, la explosión de Hiroshima fue el efecto de la física de lo invisible. Pero muchos siglos antes de Einstein, muchos siglos antes del modelo atómico del físico danés y premio Nobel Niels Böhr, la palabra átomo ya existía. Los primeros en decir que la materia estaba constituida por partículas invisibles fueron los griegos antiguos, que llamaron a cada una de estas partículas átomo, que en griego significa "que no se puede separar". Esta idea dio origen a un sistema filosófico llamado atomismo, atribuido al griego Sidonio Mosco en el siglo XIV a.C. Lo que significa que 1.500 años antes que Dios revelara esta información en el Nuevo Testamento, ya los griegos la conocían. Por lo tanto, decir que los hombres de ciencia pensaron siempre que todas las cosas visibles estaban constituidas por cosas visibles, es completamente falso.
Incluso el espacio que existe entre las partes constitutivas de la materia, es una entidad física, y no una "substancia no-física". Claro que Ureña utiliza físico por tangible, que no es lo mismo. Entonces lo que él defiende, es que el hombre y todas las cosas visibles, están constituidos en gran medida por algo no tangible, por espacio. Esto ya estaba previsto en la concepción de materia de los antiguos griegos, para quienes la única forma en que un cuchillo podía cortar una manzana, era gracias a los espacios entre los átomos (y no se equivocaban, no se pueden cortar átomos con un cuchillo, son los espacios entre ellos los que permiten el corte). No sólo hay espacios entre los constituyentes de las cosas que vemos, sino que todo está en movimiento. Las moléculas de un sólido están en movimiento. Si la energía de dichas moléculas aumenta con el consecuente aumento de su movimiento, el sólido cambia de estado y se vuelve líquido. Si aumenta aún más la energía de las moléculas y su movimiento, el líquido cambia de estado y se vuelve gas.
Por otro lado, decir que la ciencia, al ir descomponiendo el átomo en partículas subatómicas, se está enfrentando al dilema de que todo es energía, no tiene ningún asidero. En primer lugar, el conocimiento que hoy tenemos del átomo nos revela una estructura muy compleja, la materia es mucho más compleja de lo que se pensaba, pero es materia, cumple con el Principio Cuántico de Exclusión, enunciado en 1.925 por el físico austríaco y premio Nobel judío (aunque bautizado católico romano) Wolfgang Pauli. Este principio, en palabras sencillas, afirma la impenetrabilidad de la materia. No importa qué tanto se pueda descomponer el átomo y qué cantidad de partículas posea, sigue siendo materia, no energía. Otra cosa es que, como ya dije en este artículo, la Teoría de la Relatividad demostró, con su famosa fórmula e=mc2, que la materia y la energía son en realidad equivalentes, es decir, una puede transformarse en la otra, con lo que podemos considerarlas dos estados de lo mismo. Por tanto, a ningún físico puede sorprender hoy día que todo sea en últimas, de alguna forma, energía. Los reactores nucleares de fisión (y el recién inaugurado reactor de fusión chino) son la prueba de que la materia se convierte en energía. Lo que aún no se ha hecho en la práctica, pero en la teoría es igualmente cierto, es que la energía se convierte en materia (sólo hay que despejar m en la fórmula anterior), lo que significa que materia y energía son dos formas, estados o manifestaciones de una misma cosa. Eso no presenta ningún dilema para la ciencia, todo lo contrario, la ciencia lleva décadas utilizando este conocimiento para generar energía atómica.
(Continúa...)
EL UNIVERSO ENVEJECE, PERO SE REGENERA (continuación)
El artículo ¿La evolución viola las leyes de la Termodinámica? nos da más luces sobre el asunto:
Así que todo depende del punto de referencia que adoptemos. En la Tierra, la creación está en constante evolución, en continuo cambio. El universo en general, eventualmente, alcanzará la muerte térmica, pero eso aún está lejos de suceder, aún hay evidencias de juventud en él. Esto reafirma la idea de que el universo no fue creado de forma ya acabada desde un principio. En todo caso, podemos afirmar que la Biblia nos da una enseñanza muy importante en este punto. Más allá de lo científicamente correcto que pueda resultar el pasaje de Hebreos 1:10-11, y obviando los errores en los que incurre Ureña en su interpretación y justificación del mismo, este texto bíblico nos muestra de forma acertada que todo en el mundo es pasajero, incluso la vida del hombre, que todo cambia, se transforma, y que por ello no podemos cifrar nuestras esperanzas en los bienes materiales y en lo que el mundo nos ofrece. "¿Es que no reflexionan en su interior? Dios no ha creado los cielos, la tierra y lo que entre ellos existe sino con una finalidad y por un período determinado. Pero muchos de los hombres se niegan a creer en el encuentro con su Señor", Surah 30:8. No es necesario tratar de forzar una correlación entre los descubrimientos científicos y estos textos sagrados para ver su valor como guía espiritual.El argumento creacionista se basa en un malentendido fundamental de la termodinámica y la Segunda Ley. Las leyes de la termodinámica sólo se aplican dentro de un sistema termodinámicamente "cerrado", en el cual no puede entrar energía libre desde el exterior del sistema. Bajo tales circunstancias, la energía libre disponible se usa y se degrada hasta que no pueda hacer trabajo, conduciendo a un decaimiento termodinámico y a un incremento en la entropía y en el desorden, justo como la casa en nuestro ejemplo cae inevitablemente en el deterioro.
Sin embargo, como señalé anteriormente, hay una forma de revertir esta tendencia hacia el desorden y mantener el orden -si gasto energía nueva y hago más trabajo. Un sistema en el cual hay energía libre disponible desde el exterior es un sistema termodinámicamente "abierto", y en dicho sistema es posible revertir la entropía (adicionando nueva energía libre). Esta nueva energía tiene sin embargo un precio qué pagar -ella reduce el monto de energía libre que está disponible en el exterior del sistema, y por lo tanto, incrementa la entropía del sistema total.
El universo mismo, por ejemplo, es un sistema termodinámicamente cerrado. No puede entrar nueva energía libre desde el exterior, así que su entropía se incrementa inevitablemente. De hecho, la entropía inevitablemente lo destruirá, agotando y usando toda su energía libre y reduciéndolo a un reino frío en inerte donde no hay flujo de energía, una condición conocida como "muerte térmica".
Sin embargo, al contrario de las afirmaciones creacionistas, la Segunda Ley y el incremento de la entropía no se aplican en "todos los sistemas" -sólo se aplica en aquéllos que no tienen flujo entrante de energía libre. La Segunda Ley se aplica sólo en los sistemas cerrados. La vida en la tierra no es un sistema termodinámicamente cerrado -constantemente está recibiendo energía libre desde el exterior en la forma de luz y energía solar. La vida en la tierra es capaz de canalizar esta energía libre para hacer trabajo y así, reducir la entropía y moverse realmente desde el desorden hasta un estado mayor de organización.
Sin embargo, mientras la tierra está usando esta energía libre desde el sol para reducir su entropía, el sistema solar como un todo está experimentando un incremento de su entropía, y morirá de forma inevitable a medida que el sol use toda su energía libre disponible y alcance su muerte térmica. Hasta ese momento, sin embargo, hay suficiente energía libre disponible en la tierra para hacer trabajo y reducir localmente la entropía, y ésto permite a la vida volverse más y más organizada (menos entropía) incluso aunque el sistema solar como sistema esté perdiendo energía libre (más entropía).
EL CREADOR SUPERA A SU CREACIÓN
Aquí me confundí un poco, pues Ureña, en su página sobre Armonía en la física - La 3ra Ley: La Ley de la Causa y Efecto afirma que se refiere a la Tercera Ley de la Termodinámica, enunciada por el físico y premio Nobel de química alemán de origen polaco Walther Nernst, y que básicamente se refiere a que en el cero absoluto, cualquier proceso de un sistema se detiene y la entropía alcanza un valor constante.iluvala dijo:LEY DE LA CAUSA Y EFECTO:
En pocas palabras esta ley establece que la Causa siempre debe ser mayor que el Efecto. Si tú empujas una pared y eres capaz de derribarla, entonces tu fuerza (la Causa), debe ser mayor a la fuerza de resistencia que la pared te ofrece (el Efecto). En Génesis 1:1, la Biblia nos dice cómo Dios (la Causa) creó la Creación (el Efecto). Por tanto Dios es mayor que su creación. Si del "Big Bang" apareció la inteligencia, esta ley mantiene que la Causa del Big Bang debió ser más inteligente que su Efecto, ¡nosotros!
El pastor Ureña, en cambio, habla de una "ley de causa y efecto", que es el sexto principio de la verdad contemplado en el Kybalión, texto francmasón escrito probablemente por el abogado ocultista estadounidense William Walker Atkinson a finales del siglo XIX, con base en los principios herméticos, atribuidos al sabio egipcio de la época pre-faraónica Hermes Trimegisto, considerado como el padre de la alquimia. cLos Siete Principios de la Verdad son un conjunto de creencias filosóficas y religiosas que generó varias escuelas esotéricas, entre ellas la Metafísica y la Orden Rosacruz. El sexto principio de la verdad del hermetismo reza así: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley. Casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causación, pero nada se escapa a la ley". Parece que Ureña se sale del cristianismo apocalíptico que profesa (este pastor no ahorra esfuerzos para encender los ánimos y arrastrar al mundo a su fin) y se mete en terrenos del ocultismo para argumentar que sólo Dios pudo originar el Big Bang. Y al hacerlo, entra en contradicción consigo mismo, pues si Dios creó al universo a través del Big Bang, no pudo haber creado al universo de forma acabada como lo aseguró en su artículo sobre la Primera Ley de la Termodinámica. Esta ley de causa y efecto me recuerda el libro La Revolución de Bel, publicado en 1.950 por el místico colombiano y fundador del movimiento gnóstico latinoamericano Samael Aun Weor. Este movimiento, aunque no está relacionado en forma alguna con el gnosticismo histórico, tiene claros fundamentos en algunas ideas de sectas gnósticas del cristianismo primitivo, así como de la metafísica y otras escuelas místicos. En el capítulo 18 (El Milenio) del libro mencionado, Samael dice:
Samael estudió metafísica y estuvo en la Orden Rosacruz. Decía que la tierra estaba dominada por Cristo, líder de los magos blancos, y por Yahvé, líder de los magos negros, y que ambos permanecían en lucha eterna. Semejante disparate me recuerda a los adeptos a Creciendo en Gracia, tatuados con el tan mentado 666, que hoy se sabe no fue el número originalmente escrito en el Libro de las Revelaciones (en el papyro Oxyrhynchus 4499, que contiene una versión del Apocalipsis de Juan de finales del siglo III d.C. —la más antigua que se conoce— se lee 616, mientras que en otros textos aparece como 665). El que quiere creer por creer, termina creyendo cualquier idiotez.Y recibí orden de los señores del Karma para encerrar a Yahvé y a todos los magos negros en el abismo. [...]
Llegada la noche en que debía obedecer la orden de prender a Yahvé, marché con todos mis discípulos en rigurosa formación militar, echándole vivas a Yahvé, y lo rodeamos y prendimos por sorpresa. [...]
Luego lo encerramos en el Avitchi de la luna negra. Siete puertas atómicas de hierro conducen a ese plano de conciencia y en la gran puerta externa permanece colgada la espada conque Miguel venció a Luzbel y a todas las legiones tenebrosas de los antiguos períodos cósmicos.
Los magos negros se horrorizan al ver esa espada. Yahvé tenía un Karma gravísimo, pues fue el autor secreto de la crucifixión del Cristo, y el directo responsable del fracaso de la evolución humana en la tierra. Esa deuda vieja tenía irremediablemente que pagarla, pues nadie puede impunemente burlarse de la ley.
Los señores del Karma me entregaron una enorme y pesada cruz llena de púas para que crucificara a Yahvé con la cabeza para abajo y los pies para arriba, pues él crucificó al Cristo y ahora el Karma entrará en acción.
No vamos a decir que Ureña es un masón escondido bajo una máscara de pastor cristiano. Quizás él se remonta a los primeros siglos de la iglesia cristiana, cuando los textos de Hermes gozaban de gran autoridad entre los doctores cristianos. O quizás Ureña confunde la ley de causa y efecto con la Tercera Ley de Newton o Ley de Acción y Reacción, promulgada en 1.687 por el alquimista, físico, filósofo y matemático arrianista inglés Isaac Newton, padre de la Mecánica Clásica, y que dice que "las fuerzas siempre se presentan en pares de igual magnitud y sentido opuesto y están situadas sobre la misma recta".
Si Ureña se refiere a la ley física, está totalmente desfasado en su pretensión. Tengamos en cuenta que la física newtoniana del siglo XVII no tiene nada que ver con la Teoría del Big Bang, que es un modelo dentro de la Teoría General de la Relatividad formulada por Einstein en el siglo XX. Como ejemplo de la diferencia entre ambas explicaciones del universo, puedo decir que mientras Newton considera la gravedad como una fuerza de atracción entre los cuerpos celestes, Einstein explica la gravedad como una consecuencia de la curvatura del universo. El modelo que dio sustento a la Teoría del Big Bang, fue desarrollado por el físico y astrónomo ucraniano George Gamow, pionero del desarrollo de la Teoría Cuántica de la Radiactividad. Su modelo, de 1.948, predijo la radiación de fondo de microondas, cuyo descubrimiento accidental en 1.964 por parte de los ganadores del Nobel, el físico judío alemán Arno Allan Penzias, y el físico estadounidense Robert Woodrow Wilson, fue la principal demostración de que la Teoría del Big Bang es correcta.
No se pueden mezclar peras con papas, no podemos tratar de explicar una Teoría fundamentada en la Relatividad con una Ley newtoniana. Ahora bien, si Ureña en realidad se refiere al sexto principio de la verdad del hermetismo, la forma como lo aplica está profundamente equivocada. Mirémoslo de este modo: si la forma como el pastor Ureña aplica este principio fuese correcta, entonces deberíamos decir que la humanidad es cada generación más estúpida, o para ser más exactos, un poco menos inteligente que la anterior, pues la causa (los padres) será siempre más inteligente que el efecto (los hijos). De igual forma, el conocimiento que se transmite de generación en generación es cada vez menor, pues la causa (el maestro) siempre será mayor que el efecto (el alumno), por lo que jamás el hijo superará al padre ni el alumno al maestro y, en consecuencia, el hombre —como especie— está abocado a convertirse en… ¡simio! Ureña nos ha planteado una teoría lineal de evolución inversa, en la que la especie se degrada progresivamente a un nivel de desarrollo cerebral inferior.
EL CHECKLIST DE LA CREACIÓN
En efecto, la descripción bíblica de la creación no suena muy coherente. Si de fe se trata, se puede creer cualquier cosa, que Dios hizo la luz y no necesitaba ninguna fuente para ella, o que Él mismo era la fuente de luz antes de crear las estrellas. Pero si vamos a la lógica, es imposible que haya luz en el universo sin esos reactores nucleares de fusión que llamamos estrellas. No parece muy inteligente el checklist que verificó Dios durante la creación. Por su parte, el Corán es más reservado en este tema, no especifica el orden en que Dios creó las cosas, y no habla de la creación en días sino en eras (los creacionistas cristianos defensores de la Tierra Antigua, pero detractores de la teoría del lapso, interpretan los seis días de la creación bíblica como seis eras). "En verdad, vuestro Sustentador es Dios, que ha creado los cielos y la tierra en seis eras, y está asentado sobre el trono de Su omnipotencia. Cubre el día con la noche, que le sigue rápidamente; con el sol, la luna y las estrellas sujetos a Su mandato: ¡en verdad, Suyos son por entero la creación y el mandato", Surah 7:54. Pareciese que en el Corán, a Dios no le interesa brindar al hombre información científica sobre la creación del universo, tanto como manifestar claramente a la humanidad que es Él el creador y sustento del mismo. ¿No será ésta una lección importante a aprender sobre cómo interpretamos la Biblia?afiebrao dijo:De arranque la biblia comienza con un cuento que ni un bachiller medianamente preparado podría creer (obviamente desde un punto de vista científico):
Comenzó creando el cielo y la tierra, luz y tinieblas, noche y día el primer día, continentes y océanos el segundo día... así hasta el cuarto día donde creó dos lumbreras una grande y una pequeña (sol y luna) y ¡ahhhhh!, también las estrellas... obviamente creadas sólo para alumbrar a la tierra en la noche. Que visión tan patética sobre la formación de la tierra y el universo. ¿No le parece algo extraño desde el punto de vista científico haber ya diferenciado día y noche-luz oscuridad días antes de crear el sol? ¿Y que el enorme universo sólo haya sido creado para poner unos lindos punticos brillantes en las noches terrestres?
¿VISIBILIDAD O DENSIDAD?
"Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía", Hebreos 11:3. Debo empezar diciendo que este pasaje no tiene ninguna implicación científica, simplemente afirma que lo que se ve fue hecho de palabras, palabras de Dios, que no se pueden ver. La razón de ser de este texto bíblico no es brindar información científica, sino reafirmar el hecho de que Dios es el creador de universo. Pero bueno, admitamos que esto puede relacionarse con el hecho de que lo visible está constituido por cosas no visibles.iluvala dijo:La palabra "cosas" es usada en el lenguaje griego para describir lo "más pequeño y diminuto" "lo más elemental" "las partes más básicas de algo". Estos versos nos enseñan que "todas las cosas" se mantienen y se sostienen por el poder inherente puesto en ellas. […] En otras palabras, el material del universo, en su estado más básico realmente no es físico, sino que está compuesto por "cosas invisibles" "cosas que no se pueden ver", según otras versiones. Los hombres de "ciencia" del pasado han intentado razonar y pensaban que las cosas visibles habían sido hechas de otras cosas visibles y que estas cosas podían ser explicadas completa y fielmente en términos de leyes mecánicas y otros modelos. No obstante, en el Siglo XX ha habido una explosión del conocimiento […], y se ha descubierto, gracias a la física atómica, una pequeña galaxia de partículas girando alrededor de un núcleo. La distancia de estas partículas giratorias al núcleo es de ¡aproximadamente la misma distancia o radio de la tierra al sol! En otras palabras, el átomo en su mayoría está compuesto de espacio, y la materia está compuesta de átomos. Por tanto, el hombre en su mayoría está compuesto de espacio o ¡substancias no-físicas!
El que algo no sea visible, no significa que no sea físico. No son visibles las amebas, a menos que utilicemos un microscopio, pero son entidades físicas biológicas. No se pueden ver las bacterias, a menos que utilicemos microscopios electrónicos, pero mucho antes que dichos microscopios electrónicos se inventaran, ya el químico católico francés Louis Pasteur, padre de la microbiología, había hablado de microorganismos responsables de la descomposición de los alimentos y de las infecciones de las heridas. Pasteur nunca vio un virus, pero inventó las vacunas. La bomba atómica, primera prueba de laboratorio hecha en la Tierra que demostró que la Teoría de la Relatividad estaba en lo cierto al afirmar que la masa puede transformarse en energía, mostró al mundo los efectos de la fisión de los átomos; es decir, la explosión de Hiroshima fue el efecto de la física de lo invisible. Pero muchos siglos antes de Einstein, muchos siglos antes del modelo atómico del físico danés y premio Nobel Niels Böhr, la palabra átomo ya existía. Los primeros en decir que la materia estaba constituida por partículas invisibles fueron los griegos antiguos, que llamaron a cada una de estas partículas átomo, que en griego significa "que no se puede separar". Esta idea dio origen a un sistema filosófico llamado atomismo, atribuido al griego Sidonio Mosco en el siglo XIV a.C. Lo que significa que 1.500 años antes que Dios revelara esta información en el Nuevo Testamento, ya los griegos la conocían. Por lo tanto, decir que los hombres de ciencia pensaron siempre que todas las cosas visibles estaban constituidas por cosas visibles, es completamente falso.
Incluso el espacio que existe entre las partes constitutivas de la materia, es una entidad física, y no una "substancia no-física". Claro que Ureña utiliza físico por tangible, que no es lo mismo. Entonces lo que él defiende, es que el hombre y todas las cosas visibles, están constituidos en gran medida por algo no tangible, por espacio. Esto ya estaba previsto en la concepción de materia de los antiguos griegos, para quienes la única forma en que un cuchillo podía cortar una manzana, era gracias a los espacios entre los átomos (y no se equivocaban, no se pueden cortar átomos con un cuchillo, son los espacios entre ellos los que permiten el corte). No sólo hay espacios entre los constituyentes de las cosas que vemos, sino que todo está en movimiento. Las moléculas de un sólido están en movimiento. Si la energía de dichas moléculas aumenta con el consecuente aumento de su movimiento, el sólido cambia de estado y se vuelve líquido. Si aumenta aún más la energía de las moléculas y su movimiento, el líquido cambia de estado y se vuelve gas.
En el gas, las moléculas están muy separadas unas de otras, hay mayor espacio entre las partes constitutivas de la materia, hay menor densidad. En el sólido, por el contrario, las moléculas están mucho más cercanas, hay menor espacio y mayor densidad. A mayor densidad, menor espacio entre moléculas y entre átomos, mayor concentración de la materia. Si se comprime a un ser humano de forma que se convierta en una bola de materia densa, podría llegar a tener el tamaño de la cabeza de una aguja, o mucho menos. Según la Teoría del Big Bang, el universo entero cabía en una cuchara o menos, un punto diminuto de densidad infinita. Esto prueba que las cosas visibles están conformadas por cosas no visibles que tienen espacio entre ellas, pero entonces, ¿diríamos que aquí la Biblia está corroborando el Big Bang? Francamente, no creo que el texto de Hebreos 11:3 sirva para argumentar que la Biblia habla de la existencia de los microorganismos, las moléculas, los átomos, las partículas subatómicas, el espacio entre la materia, los estados de la materia y el concepto de densidad.iluvala dijo:LA MATERIA EXISTENTE EN UN CUERPO HUMANO EN REALIDAD ES MENOR QUE LA CABEZA DE UNA AGUJA. No es hasta recientemente cuando los científicos se han dado cuenta de que toda la materia se mantiene unida por atracción (fuerza de cohesión), y por energía. O sea por "cosas que no se ven". La ciencia cada día descompone más y más el átomo y la tendencia luce presentar el dilema de que en realidad ¡nada es físico o tangible, sino energía!
Por otro lado, decir que la ciencia, al ir descomponiendo el átomo en partículas subatómicas, se está enfrentando al dilema de que todo es energía, no tiene ningún asidero. En primer lugar, el conocimiento que hoy tenemos del átomo nos revela una estructura muy compleja, la materia es mucho más compleja de lo que se pensaba, pero es materia, cumple con el Principio Cuántico de Exclusión, enunciado en 1.925 por el físico austríaco y premio Nobel judío (aunque bautizado católico romano) Wolfgang Pauli. Este principio, en palabras sencillas, afirma la impenetrabilidad de la materia. No importa qué tanto se pueda descomponer el átomo y qué cantidad de partículas posea, sigue siendo materia, no energía. Otra cosa es que, como ya dije en este artículo, la Teoría de la Relatividad demostró, con su famosa fórmula e=mc2, que la materia y la energía son en realidad equivalentes, es decir, una puede transformarse en la otra, con lo que podemos considerarlas dos estados de lo mismo. Por tanto, a ningún físico puede sorprender hoy día que todo sea en últimas, de alguna forma, energía. Los reactores nucleares de fisión (y el recién inaugurado reactor de fusión chino) son la prueba de que la materia se convierte en energía. Lo que aún no se ha hecho en la práctica, pero en la teoría es igualmente cierto, es que la energía se convierte en materia (sólo hay que despejar m en la fórmula anterior), lo que significa que materia y energía son dos formas, estados o manifestaciones de una misma cosa. Eso no presenta ningún dilema para la ciencia, todo lo contrario, la ciencia lleva décadas utilizando este conocimiento para generar energía atómica.
(Continúa...)