Los casos que citas no son recientes, la SIC ha rectificado al respecto, la posición actual a 2024 es que frente al error evidente en el precio el empresario no está obligado a entregar el producto o servicio. si quiere busque la jurisprudencia reciente, en enero donde trbajo ganamos un caso de mac center por error evidente. El consumidor alego seguro lo que encontró en google viejo.
La SIC se fundó en 1968 y el
artículo 920 del Código de Comercio se creó en 1971, artículo que indica que el empresario no está obligado a cumplir con el precio irrisorio (error evidente)
siempre y cuando lo demuestre bajo requisitos y parámetros proporcionados por la SIC. También se acude consecuentemente al
artículo 1510 del Código Civil.
relativo a los errores de hecho, a saber:
“El error de hecho vicia el consentimiento cuando recae sobre la especie de acto o contrato que se ejecuta o celebra, (...)”
y al
artículo 26 de la Ley 1480 de 2011.
No tiene relevancia el hecho de que estamos en 2024, las leyes están puestas y la SIC se apalanca de las mismas para proteger al consumidor,
obligando al empresario a cumplir con el precio a
excepción de que el empresario demuestre un error evidente bajo unas características previamente dadas por la SIC, de no demostrarlas, deberá cumplirle al consumidor, ya que no es suficiente la gran desproporción del precio respecto al producto.
Los casos que mencioné (propios y verídicos publicados por la SIC) todos contienen precios irrisorios de error evidente, en el que en gran parte gana el consumidor y en menor proporción gana el empresario. Hay que borrar la creencia de que la SIC solo ampara al consumidor, el empresario también se puede defender.
Lo de Mac center de que el consumidor alegó (seguramente) lo que vió en Google es un tanto controversial, cuando uno inicia ese proceso no va a reclamar porque “lo ví en internet”, se reclama porque se compró un producto, se tiene factura, cancelaron la compra y ahora cobran más de lo ofertado originalmente. Casos se ganan, casos se pierden, la realidad es que estos errores la mayoría de veces resultan a favor del consumidor. Ni las más grandes se salvan.