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Obdulio, el Gran Sabio, gracias a su iluminación divina, lo ve todo y lo sabe todo. Por eso, no duda en tratar de enajenados a los secuestrados, y de perfectos idiotas a los estudiosos, expertos y analistas:
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA INSISTE EN QUE LAS FARC YA SE ACABARON (fuente: Radio Santa Fe -Marzo 28 de 2008)
Ni Vicepresidente ni José Obdulio Gaviria fueron a conciliación con sindicalistas (fuente: El Tiempo - Marzo 25 de 2008)
La sombra del Águila (fuente: Semana - Marzo 20 de 2008)
JOSÉ OBDULIO GAVIRIA INSISTE EN QUE LAS FARC YA SE ACABARON (fuente: Radio Santa Fe -Marzo 28 de 2008)
“Pobres tipos, pobres analistas, Dios los bendiga y les ayude a pasar esta etapa de disolución de esta organización criminal a quien ellos exaltaron tanto”, manifestó a los micrófonos de Radio Santa Fe, el asesor presidencial José Obdulio Gaviria, refiriéndose a los escritores que han criticado sus declaraciones en contra de las Farc, en donde afirma que esta guerrilla ya no tiene el poder de antaño y ahora son unas bandas delincuenciales.
“Las Farc ya se acabaron, son seis bandas dispersas”, dijo el asesor presidencial al diario Hoy, hecho que ha levantado ampolla en diferentes columnistas de importantes diarios nacionales que han calificado las declaraciones de “irresponsables y ligeras”.
Precisamente el día 19 de Marzo, el columnista Ramiro Bejarano Guzmán, de El Espectador, criticó fuertemente al asesor presidencial:
“A pesar de estar tomada la decisión de guardar silencio una semana y dejar descansar a los lectores, antes de iniciar mi delicioso viaje, en la madrugada me metí a navegar en la internet y encontré en El Tiempo una entrevista que José Obdulio Gaviria Vélez concedió al diario Hoy, y aquí estoy escribiendo de nuevo.
Naturalmente me detuve en sus insolencias y provocaciones, y, no pude menos de sentir pánico de sus reflexiones tan irresponsables y ligeras. “Las Farc ya se acabaron, son seis bandas dispersas”, afirmó el primo de Pablo Escobar Gaviria, porque curiosamente este es el gobierno de los primos. Según el asesor presidencial “lo importante es entender que no hay un mando unificado …. no tienen un núcleo que las una y sus actividades militares son lo que se le ocurra al jefe, sin ningún plan preconcebido”.
Me aterra pensar que el triunfalismo de José Obdulio al sentenciar que las Farc ya están aniquiladas y que son simples bandas desarticuladas, no le haya dejado ver que en ese estado de desespero y de desbandada son todavía más peligrosas que antes, y, además, que por ese camino los secuestrados están más expuestos a un desenlace fatal.
Si no hay un mando central, y si cada quien en su frente se siente autónomo para decidir las acciones de guerra, o a quién secuestran o matan, o dónde ponen una bomba, el peligro se habrá multiplicado a unas proporciones inimaginables. Si las Farc cuando estaban articuladas invocaban toda clase de excusas inadmisibles para justificar sus crímenes, estando desintegradas y cada uno en lo suyo, vamos a tener no una sino seis guerrillas diferentes, todas igualmente asesinas.
He allí el peligro de afirmar que ganamos la guerra, cuando apenas está herido y acorralado el tigre. Lo de José Obdulio no tiene límite, pues interrogado sobre qué opinaba respecto de los análisis que hacen en otros países, entre ellos Francia, contestó con su conocida arrogancia “Son pobres analistas.” ¡Hágame el favor!, sólo los del Gobierno tienen la verdad revelada.
Y claro, no faltó el veneno estigmatizador contra quienes piensan diferente a esa escuela fascista del uribismo que se empotró en el poder y hoy paga recompensas disfrazadas por matar. Según el influyente asesor, lo de los computadores de Raúl Reyes “ha sido como abrir una caja de Pandora, que revela lo que está ocurriendo hoy en las Farc. Que están rotas todas las alianzas y contactos con dirigentes colombianos, distintos a los que hablaban de la liberación de los secuestrados”. ¡Qué tal, ahora criminalizó las gestiones humanitarias para liberar los secuestrados que se están pudriendo vivos en la manigua.
Qué cosa con este José Obdulio. Con razón Iván Cepeda desde estas páginas pidió su destitución. Lástima que no le puedan hacer caso, porque Gaviria formalmente no es un funcionario público que pueda ser investigado por indelicado o por abusivo. Él se puso a salvo de la ley, que es lo más parecido a ponerse al margen de la misma. Él es “garante” del régimen y de sus provocaciones, para eso lo tienen. En eso es experto, él sabe por qué lo digo. No es la primera vez que vestido de garante aparezca del lado de la ley, a pesar de estarla ultrajando. Genio y figura, hasta la sepultura”.
Ni Vicepresidente ni José Obdulio Gaviria fueron a conciliación con sindicalistas (fuente: El Tiempo - Marzo 25 de 2008)
Los altos funcionarios fueron demandados por calumnia por la acusación que hicieron contra varios sindicatos de haber firmado un documento en el que se apoyaba a las Farc y al Eln.
La acción fue interpuesta por los sindicatos de trabajadores de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia y el Sindicato de Trabajadores de la Empresas Públicas de Cali.
El Congreso en el que se produjo el documento se realizó en julio del 2007.
La diligencia de conciliación estaba programada para hoy por la Fiscal Delegada ante la Corte Suprema, Ángela María Buitrago. Los altos funcionarios no asistieron a la diligencia porque no existía ánimo de conciliación, decisión que fue dada a conocer el pasado 11 de marzo.
"El hecho de que no existiera ánimo de conciliación, no entraña de por sí que se inicie acción penal; esto simplemente indica que se agotó el trámite previo de la conciliación", señaló un comunicado de la Vicepresidencia.
La sombra del Águila (fuente: Semana - Marzo 20 de 2008)
Vuelven los asesinatos selectivos, las amenazas, los sufragios y el robo de información a los líderes de organizaciones sociales.
En las últimas semanas varios sectores del país sintieron un renovado pánico por el resurgir de fuerzas oscuras que anuncian una cruzada de sangre y muerte. El objetivo militar de estas acciones son grupos de desplazados, defensores de derechos humanos y ONG que trabajan con víctimas del conflicto. Todas organizaciones altamente vulnerables. Decenas de personas asociadas a este tipo organizaciones han recibido expresas amenazas de muerte por haber apoyado la marcha del pasado 6 de marzo, convocada en solidaridad con las víctimas de los paramilitares. Los panfletos amenazantes han llegado por correo electrónico y están firmados por el 'Comando Central Águilas Negras en Rearme', agrupación que dice abiertamente estar emprendiendo una nueva temporada de accionar paramilitar.
Las amenazas coinciden, además, con otros hechos preocupantes en contra de estas organizaciones -atentados, raptos, robo de información- y con varios homicidios. Los afectados creen que esos crímenes son las primeras acciones concretas de la ola de terror desatada y acusan al gobierno de haber enturbiado la situación con la posición que tomó frente a la marcha.
Entre el 4 y el 9 de marzo han sido asesinados en distintas zonas del país cuatro líderes sindicales. El crimen más reciente fue el de Carlos Burbano, vicepresidente de la asociación nacional de trabajadores hospitalarios de San Vicente del Caguán. Este sindicalista de 52 años ayudó a coordinar la marcha en esa zona desde donde se reportaron problemas para llevarla a cabo. El cuerpo de Burbano apareció el pasado 12 de marzo en un basurero en las afueras del municipio. Las autoridades señalan que murió a causa de varias puñaladas propinadas en el pecho. Burbano tenía cinco hijos y trabajaba como enfermero auxiliar desde hacía varios años.
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Las organizaciones amenazadas coinciden al sostener que los distintos hechos se desencadenaron a partir del 10 de febrero, cuando el consejero presidencial José Obdulio Gaviria anunció en varios medios de comunicación que el gobierno brindaría las garantías necesarias pero no participaría de la marcha porque esta era convocada por las Farc. Iván Cepeda, uno de los principales promotores de la marcha, decidió pedirle formalmente al presidente Uribe destituir a Gaviria y anunció acciones legales contra éste porque cree que con sus declaraciones "incitó a la violencia". Gaviria considera "una grosería" insinuar que la posición del gobierno tenga relación con esos hechos y afirma que la directriz oficial es acentuar el trabajo que viene adelantando desde 2002.
Hasta ahora no se ha probado que los crímenes estén conectados entre sí ni que estén relacionados con la participación de las víctimas en la manifestación del 6 de marzo. Pero de cualquier modo, cuatro sindicalistas asesinados en poco más de un mes hace recordar los momentos más temibles de años pasados, cuando el gatillo silenciaba cualquier deliberación. Por otra parte, es evidente que las amenazas y demás intimidaciones buscan restringir la movilización civil liderada por estas organizaciones que, con pocos recursos e innumerables adversidades, lograron convocar a miles de personas para manifestar repudio por los crímenes de los paramilitares.
En un país como Colombia, con semejante historia de violencia política y con una estela sangrienta de intolerancia, de poco sirve brindar protección policiva a las organizaciones amenazadas si no les brinda también protección política. El gobierno está en mora de reconocer públicamente la importante labor que cumplen estas organizaciones en el marco de la democracia. Estigmatizarlas y polarizar la opinión sembrando dudas infundadas no ayuda en nada. El respaldo expreso al legítimo trabajo de estas organizaciones no puede continuar en veremos. Y menos ahora, cuando fuerzas oscuras anuncian una "implacable" campaña de exterminio.