Alemania es un de los países más avanzados en el mundo y Múnich fue una de las primeras ciudades en adoptar Linux en la infraestructura oficial. En 2003, el consejo de la ciudad aprobó un proyecto para invertir más de 30 millones de euros y migrar todos los sistemas de la ciudad al sistema operativo libre. Después de 10 años, el proceso terminó el año pasado. Sin embargo, solo un año después, ya hay una comisión estudiando si deben desechar Linux y volver al mundo de Microsoft.
Según ZDNet, el estudio tiene razones políticas y tecnológicas. Josef Schmid, que vendría siendo el vicealcalde de la metropolis, dijo que los empleados están sufriendo con la transición. El caso de Munich es muy interesante porque rompe algunos mitos que están asociados con Linux.
Una investigación de la Unión Europea encontró que la decisión de moverse hacia Linux no fue por costos, sino por tener independencia de un solo proveedor de software. Según los calculos de la ciudad, mantener Linux por el tiempo que duró la migración costaría solo 2,5 millones de euros más, una cifra mínima si se tiene en cuenta el presupuesto de la ciudad y el marco de tiempo.
Los 30 millones de euros que invirtió Múnich en la migración fueron destinados principalmente en personal para ejecutar el proyecto y programas para entrenar a los empleados del distrito.
La ciudad atacó el estudio de la Unión asegurando que según sus cálculos, la migración a Linux le ahorró al distrito 11,6 millones de euros al no tener que actualizar los 15.000 PC a Windows 7 y a la nueva versión de Office. Los dos estudios aseguran que los programas de entrenamiento costaban unos 22 millones de euros.
Microsoft también metió la cucharada asegurando que el proyecto de Linux costó 60 millones de euros, comparado a los 17 millones que hubieran gastado manteniendo la plataforma de Microsoft. Múnich dijo que ese reporte estaba basado en información incorrecta.
Fuera de todos los estudios y reportes, la realidad es que los empleados están teniendo problemas de compatibilidad con otras agencias gubernamentales. Aunque LibreOffice se entiende muy bien con el paquete de productividad de Windows, en los archivos más complejos todavía presenta problemas. Además, a nivel de servidor, también se han reportado problemas con la 'data'. Es más, Schmid dijo que "Linux es caro" porque hay que desarrollar programas especiales para diferentes necesidades.
La posibilidad de que Múnich vuelva al software propietario es muy alta. "Si los expertos recomiendan un regreso a la plataforma de Microsoft, no se puede descartar", aseguró el segundo al mando.
Esto sería un golpe duro a los creyentes del software libre. El caso de Múnich era una de las estrellas que tenían los linuxeros para argumentar su posición.
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