Para usted y para el que cree que quemar un CAI es lo peor:
La Violencia y la violencia.
Por: Santiago Mora Posada (Colaboración para Mochila Ambulante.)
Empecemos dejando las cosas claras. Hay dos tipos de violencia: la que es aceptada y la que no. Está la Violencia con mayúscula, la que infunde el miedo y la indignación en las gentes de una nación.Y está la violencia con minúscula, la que es aceptada a diario y en rutina. La violencia de la costumbre.
Nuestra sociedad vive acostumbrada a un tipo de violencia: violencia hacia las mujeres,hacia los homosexuales, hacia los pobres, hacia los excluidos en general. Así ejercieron los sapientes griegos la violencia contra los esclavos, así ejercieron la violencia las divinas coronas y principados contra los siervos y así ejerció la violencia la alta burguesía contra la comuna de Paris. Pero esa violencia se escribe con minúscula, no solo a los ojos de la historia sino a los ojos dela actualidad. Es una violencia encubierta, ideologizada. "Los esclavos lo son por naturaleza". "Los pobres por azares del mercado".
Las sociedades, no obstante, no soportan laViolencia con mayúscula. Esa Violencia es más atemorizante que laspequeñas violencias y escaramuzas del día a día. La Violencia conmayúscula, es la Violencia que no está planeada, la que no entradentro de las violencias contempladas. Una sociedad necesita edificarsu comportamiento brutal sobre unas bases sólidas, pero cuando estecomportamiento estalla al margen de las bases planeadas se vuelveinsoportable.
Lo irónico es que si nos fijamos un poco, quizá nos demos cuentas de que la mayúscula debería estar invertida.Pensemos lo que ha ocurrido en Colombia con respecto a las movilizaciones de apoyo al paro agrario. Podemos preguntarnos¿Cuantos días se necesita para que un banco repare sus ventanales?o ¿Cuántos días de producción son necesarios para reparar los destrozos de un disturbio? y también ¿Cuántos días se necesitan para que no haya más pobres en Colombia? o ¿Cuántos días se necesitan en Colombia para poder ejercer el derecho a la oposición sin ser asesinado? la respuesta a las dos primeras es posible darla,la respuesta a las dos últimas la seguimos esperando hace ya 200 años.
Los actos "vandálicos" que se han presentado en Bogotá son una prueba sencilla de lo irónico de la situación. Hace poco hablé con una persona a la que le dije con mucha indignación que por qué nadie se había indignado con la muerte del muchacho en suba, pero si con la destrucción de una decena (incluso una centena sería poco comparada con una vida) de ventanales y con otro poco de saqueos. A lo que me respondió que, si estaba robando estaba “dando papaya”. A lo que inmediatamente me pregunte ¿Cuántos objetos debió el muchacho robar o romper para que se le haya arrebatado la vida? ¿Cuántos objetos de esos se producen nuevamente al siguiente día? ¿Será que lo vale?
En todo caso, lo que vale la pena preguntarse es ¿Qué violencia es realmente más violenta? Y bueno me aventuro a decir, con riego de parecer extremista, que la violencia con minúscula en Colombia es, solo quizá, más violenta que la Violencia con mayúscula. Puede que me equivoque. Pero algo me dice que entre más de 3000 asesinados por disidencia política,entre paseos de la muerte en los hospitales, entre asesinatos a líderes populares, entre la pobreza y el olvido, la violencia del día a día en Colombia es mucho más indignante que la violencia ejercida en la efervescencia de un disturbio.
Tomado de:
https://www.facebook.com/notes/mochila-ambulante/la-violencia-y-la-violencia/722540857771721