¿Final para el monopolio de las transmisiones de fútbol en Argentina?
El Gobierno de los Kirchner estaría apuntando todos los dardos a una de las joyas que tiene en su poder el mayor conglomerado de medios del país. La intención sería parte proyecto de ley de radiodifusión que prepara el Ejecutivo por estas horas.
Dentro del marco de guerra existente entre el Gobierno argentino y el Grupo multimedios Clarín, el más poderoso del país, han comenzado a trascender un nuevo embate oficial hacia una de las fortalezas de la compañía: su control monopólico de los derechos de emisión del fútbol profesional. Desde la Casa Rosada se estaría motorizando un proyecto para arrebatarle a clarín los derechos de exclusividad en la transmisión de los partidos de fútbol de Primera División. La iniciativa que acompañaría el supuesto ingreso de la ley de radiodifusión en el Congreso, pretende acabar con el control monopólico de un negocio que en el mercado estiman en 9.300 millones de pesos argentinos anuales.
El contrato de televisación comenzó en 1991 y, desde entonces, se fue prorrogando. La empresa que explota los derechos para transmitir el fútbol de Primera A y el Nacional B es Televisión Satelital Codificada (TSC) y su contrato vence en 2014. El Grupo Clarín y Torneos y Competencias se reparten su capital en partes iguales: 50% para cada uno. Actualmente TSC les cede a los clubes de Primera División 180 millones de pesos por todo el año. River Plate y Boca Juniors se quedan con 18 millones cada uno; Vélez, Independiente, San Lorenzo y Racing con unos 11 millones; y el resto con 7 millones, según destaca un artículo de Diego Genoud del diario nacional Crítica.
El presidente de la AFA, Julio Grondona, les advirtió a los dueños del fútbol televisado: "Pongan más plata porque el Gobierno quiere estatizar". De acuerdo a esta misma fuente, las fuentes consultadas del sector empresario y de la dirigencia del fútbol coinciden en que quitarle los derechos a TSC es "muy difícil". El Gobierno buscaría impulsar una "ley del fútbol", que declara al deporte de "interés nacional". El proyecto ocupa a funcionarios del Comfer -un organismo que tiene una larga historia de "discapacidad"- que preside Gabriel Mariotto, y a especialistas de la Secretaría de Legal y Técnica, que conduce Carlos Zannini, un hombre que está vinculado a intereses de los Kirchner. Una posibilidad sería ceder los derechos al canal que oferte la cifra más alta para transmitir cada partido, subraya Crítica. "Queremos que por lo menos seis de los diez encuentros que se juegan los fines de semana sean emitidos por televisión abierta" aseguró.
CONSECUENCIAS DEL MONOPOLIO
(Por Omar Méndez) El fútbol argentino era una fábrica interminable de talentos futbolísticos. El preterito puede corroborarse con un simple repaso de las dos últimas décadas. La debacle, según fuentes consultadas por este cronista, se inicia en los comienzos de los años noventa, coincidentemente con un cambio dramático en el modelo de negocios estructurado hasta entonces por la Asociación del Fútbol Argentino. La televisión toma entonces un papel fundamental, a partir de un acuerdo que involucra directamente a grupos empresarios y al mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona. Esa mancuerna ató la suerte de los clubes a las dádivas de las emisiones televisivas. Para aquel entonces, se discutia, y con razón, la necesidad de variar el modelo económico-financiero de los clubes, afectado por propios errores y fundamentalmente por los desastrosos manejos gubernamentales de la economía nacional. La llegada a la Casa Rosada de la administración menemista, considerada la más dañina de toda la historia del país, terminó por empujar cada uno de los sectores de la economía a un abismo. El ente de competencia, caracterizado por sus actos penumbrosos, dio luz verde a esa sociedad, que dejó en un par de manos la suerte del fútbol profesional. Los clubes, dependientes 100% de los ingresos por derechos futbolísticos y de administraciones fraudulentas en la mayoría de los casos -una cultura propiciada desde la propia Asociación del Fútbol Argentino-, colapsaron.
Las consecuencias son evidentes: Argentina se convirtió, en la ecuación habitantes-profesionales del fútbol, en el principal exportador mundial de talentos con el consiguiente desguase de la plaza local; los clubes quebraron o quedaron al borde del quebranto; sus divisiones inferiores, canteras de lujos a nivel internacional en otros tiempos, se convirtieron en canteras fantasmas o directamente desaparecieron; sus espectáculos perdieron, según los críticos, dos o tres categorías por lo menos; el poder de exportar, como resultas, cayó a sus niveles más bajos de los últimos 25 años; la AFA, otrora institución de prestigio mundial, se transformó en un antro con un único dueño que traza los destinos. Cualquier observador extranjero de la TV abierta argentina puede constatar una extraña circulación por los principales canales de aire de periodistas pertenecientes a una misma compañía: todos ellos son comentaristas deportivos, parte de una misma estructura empleadora, que los hace multifunción, según la pantalla que les toque.
Ese modelo de mancuerna organizativa-económica-TV dependiente y monopólica no ha sido revisado ni cuestionado pese a la situación de desastre en la que se encuentra el fútbol profesional argentino. Ahora es el Gobierno de los Kirchner el que quiere meter mano en el fango que beneficia a unos pocos. Lamentablemente no lo hace por interés social sino por revanchismos propios de una dictadura.
Fuente: Todo TV
Saludos amigos.