Un tipo estaba de viaje por la India y decide pedir alojamiento en un templo de monjes.
Al visitante le asignaron una habitación que tenía tres ventanas. Por la primera, vio a todos los monjes desnudos con el p.ene sobre una gran mesa.
Por la segunda, vio a una hermosa mujer desnuda acostada en una cama.
Por la tercera, vio a un monje colgado de una soga, ahorcado.
El hombre se quedó intrigado y le pregunta a uno de los monjes sobre lo que vio.
El monje le contestó:
"En la primera ventana viste una ceremonia que hacemos todos los lamas y consiste en colocarnos desnudos con el p.ene sobre una gran mesa, luego soltamos una mosca y en el p.ene donde esta se pose, es el ganador para pasar la noche con la hermosa mujer que viste en la segunda ventana."
"Y entonces, ¿quién era el ahorcado?"
"Ese era un hijo de p*uta que ganaba siempre, hasta que descubrimos que se la untaba con miel."
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Un famoso m.aricón, que tantas veces había dado y otras tantas recibido, un buen día muere y llega en presencia de San Pedro. El Santo le dice paternalmente: "querido hijo, para entrar al paraíso deberás responder a mi pregunta, para la cual seguramente no estas todavía preparado; en tanto, toma esta pastilla. Y le da un comprimido blanco del tamaño de un botoncito, ve al baño y tómala con un poco de agua, luego vuelve a mi".
El m.aricon, estupefacto lleva a cabo la orden y, después de algunos segundos va al baño, donde se libera en una terrible maloliente diarrea por 10 minutos seguidos. Terminada la c.agada, se reencuentra Blanco y demacrado de frente a San Pedro, que lo mira con ojo clínico, y Le dice: "Aún no te encuentro listo", y le da una pastilla del tamaño de un maní y lo invita a comportarse como la vez anterior.
Esta vez el efecto de la pastilla es mortal, el maricón caga diarrea ininterrumpidamente por 3 horas, y luego, extenuado, se encuentra delante del Santo. Después de un atento examen, le dice "todavía no estas listo" y le da otra pastilla, ahora de la dimensión de una uva.
El efecto es terrible, espantoso, bestial. Una megac.agada de 12 horas con fisura de ano y hemorroides múltiples.
El m.aricon, ya convertido en una larva humana, vuelve delante del Santo hombre, quien lo mira y aprueba con la cabeza: "Si, ahora seguramente ya estas listo para mi pregunta: ¿Has entendido para que sirve el c.ulo?
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Un lorito que viajaba en un avión, en primera clase, llama a la azafata:
- A ver, prostituta .. vení a atenderme.
- ¿Qué desea, Señor Loro? - Responde ésta.
- Traeme un whisky, guacha.
- Si Señor Loro, en un instante se lo traigo.
El señor que estaba sentado al lado del lorito, aprovecha cuando se acerca la azafa a traerle a este el whisky, y le dice:
- Señorita ¿Y a mí podría traerme un café?
- Cuando tenga tiempo se lo traigo - Le responde la azafata de mala gana.
Media hora más tarde, el lorito vuelve a dirigirse a la azafata:
- A ver, trolita barata, traeme otro whiscacho
- Si Señor Loro, de inmediato se lo traigo
- A mi tráigame por favor el café que le pedí hace media hora, señorita - Insiste el hombre.
- Usted espere, y no me apure señor - Responde la azafata malhumorada.
Media hora más tarde, el lorito vuelve a dirigirse a la azafata:
- Che, putarraca de cuarta, traeme otro whiscardo.
- Si Señor Loro, de inmediato - Musita la azafata.
- ¿Y mi café, señorita? - Pregunta ya un poco enojado el hombre.
- Usted espere, señor ¿No ve que estoy muy ocupada?
Entonces el hombre, no soporta más, y le dice al loro:
- Oiga ¿Cómo hace para que lo atiendan tan bien, que le traigan tres whiskies, y yo no consigo que me traigan un miserable café?
- Muy simple señor - Responde el loro - Yo se lo pido con firmeza, la trato mal, para que vea quien es el que manda, y quien el que obedece.
- ¡¡¡Ahhhhh ...... a ver, voy a probar con su método, a ver si funciona!!!
Exclama el hombre. Y dicho esto, comienza a gritar:
- ¡¡¡A ver, azafata del orto, si me traés el p.uto café que te pedí hace como una hora, reventada!!!
Ante esto se acerca muy enojado el comisario de a bordo, los agarra del cogote al señor y al lorito, y los tira del avión.
Cuando van los dos cayendo, el loro le dice al hombre:
- ¡¡¡Hay que ser muy macho, para ofender a la azafata y no saber volar!!!