Si no tienen afán, es un plan de ahorro. Eso sí, tener en cuenta que tanto para crédito como para estos planes de autofinanciamiento hay que poder demostrar solvencia y, financieramente hablando, ni por un método ni por el otro nunca serán una inversión (a menos que sea para un carro de servicio público), entonces lo de ‘trabajar’ la plata a intereses no aplica porque, además del riesgo, ese dinero está presupuestado para un gasto, no inversión. Una alternativa es, no empezar el plan de ceros, sino comprar uno que ya esté adelantado a alguien que se quiera salir, de pueden ahorrar algunas cuotas, tiempo, y el pago de la inscripción. Lo malo de estos planes es que el precio del vehículo siempre va a ser el de lista, estos consorcios se ganan esa diferencia con respecto al precio comercial en un concesionario, y que hay que pagar matrícula y Soat, mientras que comprándolo financiado generalmente los precios están por debajo de lista y a veces regalan matrícula y/o Soat, además de algunos accesorios.
No hay sistema mejor o peor que el otro, todo depende del monto inicial con que se cuente y de la premura con que se quiera obtener el vehículo. Eso sí, hay que conocer muy bien las condiciones de cada sistema antes de tomar una decisión.