La opinión de un columnista de El Colombiano:
¡Puya el burro!
Por
Elbacé Restrepo
Esta expresión costeña significa "apúrate" y se me hace, no me consta, que eso fue lo que le dijo don Alejandro, el presidente de Une, al funcionario responsable de las tarifas: "bájalas".
Bueno, seguramente no sea tan coloquial la explicación de las rebajas en las tarifas, porque las empresas prestadoras de servicios no se mandan solas. Para eso existen la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones, que las regula y controla, y las Superintendencias, que se encargan de vigilarlas y sancionarlas si no cumplen la normatividad que se ha definido en materia de protección a los usuarios, pero a los ciudadanos comunes y silvestres, no expertos en leyes, nos cuesta entender que rebajen las tarifas de Une justo en el momento en que aparece otra firma con mejores precios y más ofertas.
Más se demoró Telmex en salir a promocionar sus planes de internet banda ancha con más velocidad, televisión con más canales y telefonía ilimitada, que Une en correr, ahora sí, a ofrecernos los mismos servicios pero mejorados y más baratos. Digamos que son gajes de la competencia comercial en la que supuestamente resultamos ganando los usuarios, los mismos que ahora nos debatimos entre el asombro, la duda y una rabia delgadita, porque sentimos que durante mucho tiempo fuimos obligados a pagar una tarifa que ahora vale menos y que no implicaba ni medio riesgo de pérdida para Une Telecomunicaciones. En tres palabras: nos estaban exprimiendo, y si Telmex no llega a tirar sus cables por toda la ciudad, en Medellín seguiríamos pagando lo que a bien tuviera cobrarnos EPM a través de Une, que al parecer necesitaba sentir pasos de animal grande para beneficiarnos a todos. En opinión de una inmensa mayoría, los servicios públicos de EPM son tan buenos que llegan casi a la excelencia, pero eso no lo justifica todo. La rebaja en las tarifas de Une es muy positiva, pero nos deja claro que los usuarios antiguos hacíamos parte de una relación en la que la empresa ganaba y los usuarios no tanto, entre otras cosas porque no teníamos más opciones para elegir.
Sabemos que las buenas marcas cuestan más, pero ahora que a Une le salió gallo al ruedo y sus precios están incluso más rebajados que los de la competencia, Telmex tendrá que ganarse nuestra credibilidad a punta de calidad, eficiencia y rapidez en la atención, capacidad técnica y amabilidad de los empleados. Todos estos elementos son valores agregados que no tienen precio y que los usuarios debemos poner en una balanza antes de tomar decisiones que ya no están motivadas solamente en el ahorro.
Telmex deberá puyar el burro para brindar a sus abonados en Medellín un servicio que supere lo que por años nos ha vendido Une, o deberá recoger sus redes y dejarnos como estábamos. Y no es por desanimarlos pero el nivel es alto y el bulto muy pesado, porque cuenta hasta el arraigo. Están jugando de visitantes en una plaza donde el local pesa bastante.
Los interesados deben pensarlo bien antes de firmar un contrato irreversible por un año, con multa costosísima para el usuario que quiera terminarlo antes de tiempo, o arriesgarse a quedar más arrepentido que un tatuado.
El Colombiano (Medellín)
Fecha: Nov 30, 2007
Página: 5a